INDICE

La paradoja de Dios


Cuando me retiro sumiéndome en la contemplación de la naturaleza, como una forma medulosa de oración, la paradoja hace presa de mí en la que creo es una suerte de captación de lo que Dios realizó cuando creó el mundo.

En efecto, a altas cumbres se corresponden simas profundas... el día sucede a la noche, las estrellas se reflejan en aguas oscuras... la calma de los cielos se turba con el fragor del oleaje del mar... y todo así...

Leyendo estos poemas de Carlos Pérez siento que esa naturaleza hace mella en mí, conduciéndome hacia estados de elevación espiritual que facilitan mi meditación, mi reflexión hacia latitudes de Dios, de ese Dios que concibió la creación con estas características contradictorias, por expresarlo de alguna manera. Incluso, puedo agregar, internándonos en la doctrina de los espirituales - pienso en San Juan de la Cruz - , la noche oscura es portadora de la luz más pura,

 
1
 


el tenerlo todo se logra no teniendo parte en algo...

Paradigmáticos de todo ello, estos poemas. hondísimos para quien intente el arduo sendero del pensar o del no pensar para allegar al contemplar genuino.

La noche que ilumina. Esto es.

Debo dejar constancia de que el poeta los escribió muy al principio de comenzar el camino de mi acompañamiento tallerista. Yo no tuve intervención alguna en esta escritura que, con mucha gratitud y devoción, hoy prologo.


Ana María Rodríguez Francia

   
 
2
 

El todo y la nada


He querido encontrarme con el Todo
ignorando las voces de la nada
y mirando lo pobre de la nada
descubrí con más fuerza a quien es Todo

el Todo es esplendor porque es el Todo
la nada no responde porque es nada
y al buscar en los surcos de la nada
anhelo con fervor a quien da todo

el hombre que se queda con la nada
no puede descubrir la luz del Todo
y naufraga en desiertos que son nada

quien se goza en los cánticos del Todo
ya no busca descanso en esa nada
pues carece del Ser que es todo en Todo


   
 
3
 

La palabra y el silencio


Cuando surge la voz de la palabra
ya todo nos reclama un gran silencio
la palabra alimenta ese silencio
que engendra en su callar nueva palabra

no se puede entender a la palabra
escapando a las voces del silencio
la palabra reclama del silencio
y el silencio se expresa en la palabra

la palabra de Dios vivió el silencio
en el seno que engendra la palabra
y la embriaga de paz en su silencio

quien escucha con gozo la palabra
necesita vivir en el silencio
la riqueza sin par de la palabra


   
 
4
 

Las sombras y las luces


Mientras vamos sedientos en la sombra
por asir de la tierra grandes luces
la sombra es manantial de aquellas luces
diseñadas en tiempos de la sombra

la tenue claridad que da la sombra
nos invita a buscar profundas luces
que conducen la vida por ser luces
y apagan los espacios de la sombra

felices quienes viven en las luces
saliendo cada día de su sombra
que no puede existir sin esas luces

nos albergan los techos de la sombra
por mostrar las riquezas de las luces
que iluminan al hombre y a su sombra


   
 
5
 

La muerte y la vida


La vida tiene fin en propia muerte
y la muerte me engendra en nueva vida
de ese modo buscamos en la vida
romper las ataduras de la muerte

y por eso la vida que en la muerte
encuentra la alegría de ser vida
no se cansa jamás de buscar vida
en el diario lamento de la muerte

la muerte es el gran precio de la vida
la vida es el regalo de la muerte
que busca recalar en honda vida

no te canses mortal ante la muerte
sabiendo que después está la vida
que se goza en la paz de cada muerte


   
 
6
 

Tiempo y eternidad


Mi vida se resume en propio tiempo
y busca atardecer en el Eterno
infinita es la luz que da lo eterno
y es pobre de por sí la voz del tiempo

pero Dios ha querido que en el tiempo
encontremos las luces de lo eterno
en palabras que expresan al Eterno
con las sílabas pobres que da el tiempo

glorioso es el camino que el Eterno
nos hace descubrir en este tiempo
cual docencia que ofrece el bien eterno

qué dichosa la vida de este tiempo
si nos abre las puertas del Eterno
caminando en las alas que da el tiempo


   
 
7
 

Cielo y tierra


No podemos vivir en esta tierra
ignorando las glorias de aquel cielo
que en la tierra aguardamos porque es cielo
y será fruto cierto de la tierra

no son nada los goces de la tierra
comparados con cánticos del cielo
que dan luz a la tierra y van al cielo
que es destino del hombre en esta tierra

oh música divina la del cielo
y nostalgia feliz la de la tierra
que goza la morada de su cielo

los destellos de luz que hay en la tierra
son apenas relámpagos que el cielo
nos invita a gozar en esta tierra


   
 
8
 

El sol y la sombra


La fuerza que en su fuego tiene el sol
produce con su luz también la sombra
y cobija en los techos de esa sombra
a seres agobiados por el sol

la vida regalada por tal sol
aparece en los surcos y su sombra
son raíces que viven en la sombra
y crecen orientadas hacia el sol

la semilla nacida en pura sombra
necesita beber la luz del sol
para luego morir en nueva sombra

es muy bello aquél fruto que da el sol
cuando alumbra los frutos que en la sombra
gimieron por mirar la luz del sol


   
 
9
 

Yo canto cuando río


Hoy entono las notas de mi canto
los arpegios que vivo cuando río
y en la humilde ribera del gran rio
expreso lo que siento cuando canto

la belleza expresada con el canto
se hace vida también cuando yo río
y en el rio de vida si no río
no sabría cantar cuando yo canto

la tristeza no existe si yo río
el dolor se transforma con mi canto
que me enseña a vivir cuando yo río

felices los arpegios de aquel canto
que me invita a reír cuando yo río
y a gozar la existencia cuando canto


   
 
10
 

La ciencia y la fe


Las profundas verdades de la fe
intentan discernir la humilde ciencia
es una la verdad que da la ciencia
y la voz revelada por la fe

el don que Dios regala con la fe
nos permite abismarnos con la ciencia
en mensaje que nunca por la ciencia
podremos adherir sin tener fe

humilde servidora de la fe
no comprende el misterio nuestra ciencia
desbordada en las aguas de la fe

el aporte que entrega toda ciencia
indica que el misterio de la fe
sólo Dios lo comprende en su omnisciencia

la ciencia que es apoyo de la fe
reconoce en la fe suprema ciencia


   
 
11
 

El agua y el fuego


Surge en el agua la raíz del fuego
ardor de fuego derramado en agua
y en ese fuego que nació en el agua
el agua pura me convierte en fuego

flameando en llamas jubiloso fuego
vive clamando por la voz del agua
que entrega gotas que tan sólo el agua
con la palabra llegará a dar fuego

enciende el fuego en la canción del agua
fuerza divina que tan sólo el fuego
puede entregar al derramarse el agua

bendita el agua que encendiera el fuego
bendito el fuego que nació del agua
del agua viva donde mora el fuego


   
 
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Noche y día


La luz en el crepúsculo del día
anuncia ya el principio de la noche
el sol nunca podría sin la noche
impactar con la luz que ofrece el día

y al cantar con sus voces cualquier día
va aguardando lo oscuro de la noche
que tan sólo ilumina porque es noche
con estrellas que ignora el mediodía

qué feliz el cantar de cada día
y profundo el andar de toda noche
que cobija las glorias de ese día

esperando también que en otra noche
jugueteando en las voces de ese día
se enriquezca el silencio porque es noche


   
 
13
 

Busqué en mi canto


Busqué en mi canto hasta beber silencio
y fue el silencio quien produjo el canto
porque se une a mi silencio el canto
cuando mi voz me reclamó el silencio

y adoctrinado en el sutil silencio
pude explayarme con la voz del canto
porque el silencio reclamó mi canto
y el canto es hijo que engendró el silencio

sé que en la tierra aquel profundo canto
fue demorado en proverbial silencio
que me reclama la matriz del canto

por dar la luz a quien está en silencio
con esas notas que produjo el canto
al que su vida lo llevó al silencio


   
 
14
 

Madre que sueñas


Madre que sueñas en la voz del hijo
hijo que gozas cuando ves tu madre
y la distancia que alejó a tu madre
hoy la reduces con tu amor de hijo

canta dichoso tu canción de hijo
porque has bebido su caudal de madre
y en esta tierra crecerá cual madre
que sólo vive cuando crece el hijo

hoy que celebras oh dichosa madre
el cumpleaños que alegró tu hijo
dale tu rosa que es amor de madre

y con tu ángel que te hiciera madre
goza en la niña junto al propio hijo
esta velada que es canción de madre


   
 
15
 

La semilla y el campo


He buscado sembrar una semilla
que arrojada en los surcos de mi campo
gozara la belleza de ese campo
germinando en su paz como semilla

eres tú con tu afán esa semilla
que adorna la pureza de ese campo
y añora ser fecundo porque es campo
dispuesto a dar aliento a tal semilla

y se alegra en su tiempo el fértil campo
cuando puede lograr que la semilla
demuestre la entereza de ese campo

cuando ve amanecer a la semilla
gozándose en el fruto que da el campo
a quien busca beber de la semilla


   
 
16
 

Mañana y tarde


Me anima el esplendor de la mañana
mientras corro feliz hacia la tarde
porque sé que me aguarda en esa tarde
la cosecha sembrada en la mañana

la vida cual espléndida mañana
se cobija en la hora de la tarde
y contempla arreboles que de tarde
culminan lo que nace en la mañana

esa paz que se expresa cada tarde
es fruto del portal de la mañana
que se abre a quien en busca de su tarde

trabaja con la luz de la mañana
y aloja en los fulgores de la tarde
la carrera que surge en la mañana


   
 
17
 

Dualidad trinitaria


Padre que hablas en la voz del Hijo
cuando proclamas tu verdad de Padre
al hijo humilde que encontró en su Padre
aquel secreto que entregara el Hijo

tu amor eterno de piadoso Padre
entrega al hombre la humildad del Hijo
que en obediencia a su misión de Hijo
nació en la cuna que dispuso el Padre

y ha conquistado con amor de Padre
por esa cruz en que muriera el Hijo
a todo el hombre que reclama al Padre

somos los hijos en tu propio Hijo
eres por siempre nuestro Dios y Padre
que en el Espíritu nos has dado al Hijo


   
 
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La noche que ilumina


Oh clara noche que secretos vives
oh tierna sombra que a soñar invitas
aleja al hombre de sus muchas cuitas
y entrega calma al que en amor recibes

tú sabes cuánto en tu cantar revives
en el humilde trajinar que habitas
cuando en la noche te consuelan citas
que en hombre puro tu ideal concibes

oh noche austera por demás gloriosa
donde tu nombre a cultivar conduces
y tus pasiones cual humilde rosa

truecan en gracia donde tú balbuces
un tiempo nuevo que nació gozosa
noche que esgrimes manantial que luces


   
 
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