INDICE

INDICE

INDICE

INDICE

INDICE

Introducción

.


Dios es Amor y la belleza de su Verbo nos conquistó. El Amor es una Buena Noticia que nos sumerge en la poesía. Con alegría y urgencia el P. Carlos nos ofrece este Evangelio en forma poética, con la esperanza de poner ante nuestros ojos una expresión que invite a gustar el amor manifestado en Jesús... Porque el amor de Cristo nos apremia y son oportunas las palabras de Pablo:

Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. Tú,

 
2
 


en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio. Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.
(2 Tim 4,1-7)

En letra cursiva el P. Carlos transcribe el texto bíblico y en letra normal nos ofrece la forma poética.

El texto sagrado corresponde a El Libro del Pueblo de Dios, disponible en la página de la Santa Sede: http://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HTM


Beto Magnasco

   
 
3
 

Prólogo del Evangelio

Jn 1, 1-18


Al principio existía la Palabra,
y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios.
Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra
y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la percibieron.

Apareció un hombre enviado por Dios,
que se llamaba Juan.
Vino como testigo,
para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz,
sino el testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera
que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo,
y el mundo fue hecho por medio de ella,

 
5
 


y el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron,
a los que creen en su Nombre,
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre,
ni por obra de la carne,
ni de la voluntad del hombre,
sino que fueron engendrados por Dios.

Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria,
la gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él, al declarar:
«Este es aquel del que yo dije:
El que viene después de mí
me ha precedido,
porque existía antes que yo».

 
6
 


De su plenitud, todos nosotros hemos participado
y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios;
el que lo ha revelado es el Hijo único,
que está en el seno del Padre.


   
 
7
 

I. EVANGELIO DE LA INFANCIA

Romances de Navidad


Ya en el Evangelio de la infancia, Mateo nos anticipa quién es Jesús de Nazaret. Su "genealogía" se ha ido gestando a lo largo de toda la historia de Israel, que en él llega a su plenitud. Como "hijo de David", él es el Mesías anunciado por los Profetas y esperado por el Pueblo judío. Como "hijo de Abraham", es fuente de bendición para todos los hombres. Pero él es mucho más todavía: es "Dios con nosotros" (Mt 1,23). María lo concibió en su seno por obra del Espíritu Santo, y José, al darle el nombre de "Jesús" (Mt 1,25), asumió sobre él la función paterna y lo incorporó legalmente a su linaje davídico.
Todos los relatos de la infancia tienen un estilo literario propio del Antiguo Testamento, en el que abundan las apariciones, los sueños y las repetidas intervenciones del "Ángel del Señor". De esa manera, se quiere destacar la trascendencia de los acontecimientos narrados. Por eso, mucho más importante que

 
9
 


el aspecto anecdótico es el sentido religioso de aquellos relatos. Así, por ejemplo, la adoración de los "magos", que representan a los pueblos paganos, significa que la Salvación no está reservada exclusivamente al Pueblo elegido, sino que es para todas las naciones. Asimismo, por su huida a Egipto y su vuelta a la Tierra prometida, Jesús aparece como otro Moisés, que se pone al frente de su Pueblo y lo conduce al Reino de Dios.
El núcleo central de los Evangelios es el anuncio de la Muerte y la Resurrección de Jesús, lo que llamamos el "Misterio pascual". Pero Lucas quiere presentar el misterio de Cristo en su plenitud, y por eso -lo mismo que Mateo- se remonta hasta el nacimiento y la infancia del Señor, que también son "Evangelio", o sea, Buena Noticia. Este relato está lleno de expresiones e imágenes tomadas del Antiguo Testamento, y contiene numerosas alusiones a las profecías mesiánicas, que se cumplen en

 
10
 


la persona del Señor. Así este evangelista nos enseña que, si bien Jesús nace de María, su origen no es meramente humano. Él viene del Espíritu Santo para darnos la Salvación. Y el gozo de esa Salvación se proclama en los himnos de alabanza de la Virgen María, de Zacarías y del anciano Simeón. Por otra parte, san Lucas establece un paralelismo entre la infancia de Jesús y la de Juan, llamado el Bautista. Esto no significa que los dos se puedan igualar. Juan es solamente el "precursor" que va "delante del Señor preparando sus caminos". Jesús, en cambio, es el "Sol naciente", que viene "para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1, 76.78-79). (Levoratti y Trusso)


   
 
11
 

Romance del tiempo sin tiempo

(Jn 1,1)


Era el vacío y la nada
y el universo existía
solamente en la conciencia
del creador que se aplica
fuera del tiempo del hombre
a velar por lo que aspira
Dios el eterno Señor
que en su ser nos pretendía
que está fuera del espacio
y de un tiempo que termina
él es espíritu puro
y su amor lo regocija
al crear la tierra firme
y al hombre que la domina
pero en milenios sin tiempo
contempló con su retina
enviar al propio Verbo
a la tierra ya crecida
porque el hombre en su vileza
mataba su propia vida
y desde siempre el eterno
antes de crear la vida
soñó con la redención
y a su Hijo lo elegía

 
12
 


como salvador del hombre
desde el seno de María
eternamente existimos
en la mente enternecida
del Padre que halló en su amor
la respuesta que suspiran
los hijos que en esta tierra
sólo al Señor glorifican


   
 
13
 

El embarazo de María

(Lc 1,35)


María fue aquel sagrario
que cobijara en su seno
al Hijo que fue engendrado
y eternamente es el Verbo
en silencio contemplaba
la madre a quien por pequeño
pudo guardar en su entraña
y cuidarlo con gran celo
adorando con su ser
y entre cantares y ruegos
al salvador que llegaba
humilde al sencillo cuenco
donde el amor esperaba
impaciente en su desvelo
por acariciarlo a Dios
que allí se hiciera lucero
postrada en su corazón
María vivió el secreto
compartido con José
de ahondar en ese misterio
y al no poder ver entonces
la realidad de ese cuerpo
imaginaba la gloria
del infante y sus destellos

 
14
 


mientras sentía su sangre
crecer en sagrados huesos
y palpitaba al unísono
su corazón con el Verbo

Ah noches y días largos
nueve lunas, puro cielo...


   
 
15
 

La anunciación

(Lc 1,38)


El arcángel San Gabriel
portador de buenas nuevas
en Nazaret y a María
dirigió su voz primera
señalando el plan de Dios
que a los hombres le surgiera
y recitó aquel anuncio
destinado a la doncella
queriendo que su misión
explorara la respuesta
que el hombre a los cielos diese
con sus labios y la entrega
de quien fuese la elegida
para ser Madre en la tierra
del Hijo santo que ardía
por encontrar en la brecha
libremente pronunciado
el sí que Dios predijera
y el saludo del arcángel
y el candor de la respuesta
fueron idéntico gesto
del amor de Dios que llega
al hombre que en los aprestos
procura vivir la fiesta

 
16
 


del salvador de los hombres
nacido en lecho de piedra

que al fin de una larga cumbre
morirá en cruda madera


   
 
17
 

La visita a Isabel

(Lc 1,43)


Vio su luz la encarnación
donde el Padre enviara al Verbo
que el Espíritu engendraba
en el castísimo seno
de María humilde sierva
llena de gracia y de celo
por cuidar en sus entrañas
al deseado de los tiempos
y quiso con rapidez
visitar en su secreto
a su pariente Isabel
que fue madre cuyo seno
fecundo se enardeció
por la gracia de un misterio
engendrando a Juan Bautista
precursor del nazareno
y arrebatada en la luz
del amor que amó primero
dijo mirando al Señor
Dios te salve en este suelo
bendita entre las mujeres
por este fruto en tu seno
quien soy yo para que venga
la madre de quien venero

 
18
 


feliz de ti que has creído
pues en ti se encarna el Verbo


   
 
19
 

Magníficat

(Lc 1,52)


Mi alma canta jubilosa
de mi Señor la grandeza
y mi espíritu se alegra
en la salvación que llega
porque miró con amor
la pequeñez de su sierva
y por eso desde ahora
han de elogiar mi presencia
me proclamarán dichosa
generaciones enteras
pues hizo en mí grandes cosas
quien puede abrir toda brecha
porque en él su nombre es santo
y su piedad se acrecienta
obrando en generaciones
a los hombres que le teman
mostró el poder de su brazo
y a los soberbios desecha
enalteció a los humildes
y al fuerte borró su senda
al rico dejó sin bienes
y al hambriento lo alimenta
por su gran misericordia
tendió a su pueblo la mesa

 
20
 


como hablaba antiguamente
por la voz de los profetas
a Abraham y a nuestros padres
y a toda su descendencia
por los siglos de los siglos
donde a Dios se reverencia


   
 
21
 

La Peregrinación

(Lc 2,4-5)


José y María viajaron
a Belén donde esperaban
inscribirse en aquel censo
que el Imperio decretara
aquel camino sinuoso
lleno de luz se postraba
pues desde el seno bendito
el niño dios alumbraba
y sus padres recogían
los destellos de su estampa
mientras iban contemplando
tanto amor y tanta gracia
que el Padre le concediera
al hombre que halló esperanza
sólo en las manos de Dios
y a la luz de su mirada
que cumplía la promesa
de redimir nuestras almas


   
 
22
 

El nacimiento

(Lc 2,7)


Nació el niño que en sus ojos
mostró el amor de su Padre
y en su pequeña figura
la magnitud con que se abre
a ofrecer rayos de cielo
al que busca quien lo salve
de infortunios en la tierra
y en la gloria halló su enclave
feliz noche y clamorosa
donde nace aquel infante
que transforma el universo
con el amor de su sangre
y purifica a los hombres
que buscan aquellos aires
matizados en fragancias
que itineran en las calles
llamando a heredar el polen
que con sus brisas atraen
de las más hermosas flores
cuyos pétalos expanden
calor de misericordia
y el fuego que hay en los mares


   
 
23
 

Los pastores de Belén

(Lc 2,10-11)


Los pastores de Belén
recibieron la noticia
del nacimiento gozoso
de un niño que era el Mesías
los ángeles les pidieron
que con amor y con prisa
visitaran al infante
que naciera de María
y ellos fueron y encontraron
envuelto al niño que ardía
por el amor a los hombres
y por curar sus heridas
entregándoles descanso
después de tanta fatiga
contemplaron esos hombres
lo que del cielo venía
para iluminar la noche
y encender el Nuevo Día
y felices adoraron
a quien trajera la vida
que nadie pudiera dar
sino Dios con su visita


   
 
24
 

Los Reyes Magos

(Mt 2,10-11)


En el pesebre recibe
el niño a quienes visitan
el misterio de su infancia
y la sublime noticia
ha nacido el Rey del Cielo
que hoy a la tierra acaricia
con la fuerza de su amor
y su persona divina
y unos magos del oriente
con su oro incienso y mirra
reconocen en Jesús
al Señor que da la vida
desde Belén al calvario
donde aguarda su partida
y le ofrecen esa gloria
que se postra de rodillas
representando a los hombres
de todo el mundo que habitan
en el gesto de los magos
en tiempo de Epifanía
guiados por una estrella
y enmarcando su alegría
con regalos y plegarias
que el niño Dios merecía

 
25
 


invitándonos a dar
nuestras vidas al Mesías


   
 
26
 

La presentación

(Lc 2,29-30)


José y María llevaron
al niño recién nacido
al Templo donde el Señor
glorificará a su Hijo
recibiéndolo en ofrenda
y consagrando el designio
del infante presentado
para ser el blanco trigo
triturado por los hombres
y aquel decreto divino
de salvarnos de la muerte
y recrear un destino
el anciano Simeón
tomando en brazos al niño
lo proclama como luz
que al hombre en su noche vino
a redimir sus tinieblas
y engendrarlo en nuevo vino
de la alianza que surgía
por la gracia del ungido
para alentar al que llora
y resguardarlo en su nido


   
 
27
 

La huida a Egipto

(Mt 2,13)


Belén conoció el martirio
en los testigos infantes
que los verdugos buscaban
para allí verter la sangre
del niño Rey que nacía
para darnos el rescate
como precio del pecado
que al hombre hiere y deshace
Herodes indigno rey
quiso matar al infante
que la escritura sagrada
profetizó en sus anales
de anuncio que habría de ser
cumplido en la cruz y es llave
de los hijos del buen Dios
que nos llamó como Padre
a heredar la eterna gloria
e ingresar en los portales
el Niño Dios al momento
huyó en brazos de sus padres
a refugiarse en Egipto
mientras fuera vulnerable
hasta que Herodes dejara
de requerir esa sangre

 
28
 


y humilde pudo en destierro
del cruento rey liberarse


   
 
29
 

El niño perdido y hallado en el Templo

(Lc 2,49)


Para celebrar la pascua
en los ritos de su Templo
fueron a Jerusalén
José y María queriendo
incorporar a Jesús
en la fiesta de ese encuentro
y al regresar a su casa
en caravana anduvieron
hasta ver el primer día
y al final de ese sendero
que Jesús se había perdido
pues no viajaba con ellos
angustiados regresaron
sus padres venciendo el miedo
y luego de haber buscado
lo encontraron en el Templo
discutiendo con firmeza
a escribas y fariseos
y a los doctores y ancianos
que allí quedaron perplejos
escuchando la enseñanza
de Jesús el nazareno
al verlo María le dijo
cómo nos has hecho ésto

 
30
 


tu padre y yo te buscamos
preocupados por tu gesto
y Jesús le respondió
por qué tal dolor sufrieron
no sabían que a mi Padre
toda obediencia le debo
y yo vine para hacer
lo que Él busca en este tiempo
y Jesús volvió a su casa
con sus padres que advirtieron
el paso de Dios oculto
en el niño de sus sueños


   
 
31
 

Vida oculta en Nazaret

(Lc 2,39-40)


En simple casa paterna
que Nazaret albergaba
vivió la familia humilde
de Jesús que acariciaba
las horas junto a María
y a José con su labranza
el niño vivió obediente
a sus padres que brindaban
la adoración de quien vive
con Dios en su propia casa
contemplando el crecimiento
de Jesús en su mirada
infinito en su grandeza
vistiendo en humilde traza
trabajando con sus manos
mientras el Padre gozaba
en diálogos que surgían
de un amor ya sin palabras
María y José concientes
de la riqueza heredada
meditaban el misterio
en lo profundo del alma
y en sencilla aceptación
todo su amor regalaban

 
32
 


al Hijo que hubo nacido
sediento por darnos agua


   
 
33
 

Romance de la alabanza de María


Te saludamos Señora
Reina y Madre que en el alba
de la eterna redención
fuiste madre del que llama
para siempre a cada hombre
para llevarlo a la patria
donde Dios ha pernoctado
mirando tu amor sin tasa
y tu sublime hermosura
cual madre que al hijo aguarda
para rendirle su amor
y protegerlo en su infancia
feliz el sí de tus labios
que cobija la Palabra
en el cuenco de tu seno
y en el amor de tus palmas
y en tu plena libertad
para escuchar su llamada
feliz oh Madre de Dios
y madre que a quien restaura
la humanidad que ha caído
en tu voz halló la gracia
donde el Hijo de tu vientre
redime al hombre y lo salva


   
 
34
 

II. VIDA PÚBLICA

EL MISTERIO DEL REINO


"El Reino de los Cielos está cerca" (Mt 4,17). Tal es el objeto primero de la predicación de Juan Bautista y de Jesús (Mt 3,1; 4,17). Dios se ha hecho presente en la persona de Jesús para renovar todas las cosas.
El Reino de Dios ya está presente entre los hombres como la levadura en la masa. Los milagros y las palabras del Señor lo atestiguan, y él mismo lo confirma al disipar las dudas que podían abrigar Juan el Bautista y todos los que esperaban ver en el Mesías a un juez implacable o a un rey victorioso (Mt 11,2-6). A través de sus obras, él se manifiesta como el "Servidor del Señor" anunciado por Isaías (Mt 12,15-21), hasta que un día se cumpla el gran "signo" del profeta Jonás, mediante su Resurrección de entre los muertos (Mt 12,40). Pero la actitud de Jesús no sólo provoca dudas y extrañeza, sino también una abierta oposición. Él exige un cambio de vida tan radical, que muchos se resisten a romper con

 
36
 


los viejos moldes, especialmente los escribas y fariseos, encerrados en una fidelidad a la Ley mal comprendida y mezclada de ostentación y suficiencia religiosa. Sin embargo, otros llegan a comprender, y así comienza a formarse en torno a Jesús la comunidad de sus discípulos, el verdadero "Israel de Dios".
¿Cuál debe ser el comportamiento de los que quieren entrar en su Reino? A esta pregunta responde el primero de los discursos de Jesús -el célebre Sermón de la Montaña- que Mateo propone como la "carta fundamental" del Reino de los Cielos. Allí Jesús se manifiesta como el nuevo Moisés, que descubre el verdadero sentido y las exigencias más radicales de la Ley promulgada en el monte Sinaí. Él no destruye esa Ley, pero tampoco la considera intangible. El Sermón de la Montaña resume toda la moral cristiana, entendida no a la manera de un código legal de prohibiciones y obligaciones, sino como una invitación a ser

 
37
 


"perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo" (Mt 5,48). Es un nuevo programa, más exigente y gozoso a la vez, que de ninguna manera inculca la "resignación" a los oprimidos o la pasividad frente al mal. Tampoco propone un "tipo" de organización social, pero sienta las bases y señala las pautas de toda verdadera fraternidad. Es un nuevo estilo de vida, que se funda en el amor llevado hasta sus últimas consecuencias y convierte a los discípulos de Jesús en "sal de la tierra" y "luz del mundo" (Mt 5,13-16). (Levoratti y Trusso)


   
 
38
 

El Bautismo de Jesús

(Mt 3,11-17//Mc 1,7-11//Lc 3,15-17)


Habiendo llegado el tiempo
del Señor para su obra
se dirige hasta el Jordán
donde Juan vive su hora
y le pide que también
siguiendo el rito lo acoja
y lo bautice con agua
en un gesto que provoca
estupor en el bautista
pero Jesús se lo implora
y en aquel instante único
se abre el cielo y se coloca
el Espíritu de Dios
en forma de una paloma
sobre la cabeza pura
de Jesús y en esa hora
la voz del Padre aparece
con palabras de su boca
"es este mi amado Hijo
que llena de amor mi copa
escúchenlo complacidos
y obedezcan lo que exhorta
en Él me complazco yo
enciendan pues sus antorchas"


   
 
39
 

Las Bienaventuranzas

(Mt 5,1-12). Felices los pobres de espíritu


Felices esos pobres que en su espíritu
encuentran libertad en el destierro
despojados del techo que resguarda
y añorando en la vida su consuelo
descalzos y olvidados de sí mismos
descansan en la casa de su dueño
porque Dios es la plena recompensa
que encierra todo el bien que haya en el huerto
sólo basta el Señor que hace felices
a los hombres nacidos de su seno
que vivieron bregando su destino
y muriendo a los dioses de este tiempo

el pobre en su camino se hace fuerte
y descubre en las horas de orfandades
el trayecto que llega hasta los cielos
cabalgando en el vuelo de su nave
no es el oro o la alforja o el bastón
lo que da la alegría a su velamen
sólo quiere adherirse a la palabra
al vivir despojado en su equipaje
la tierra con las luces de su estirpe
ofrece con su diestra veleidades
que entorpecen los ojos del que ansía

 
40
 


recoger la belleza en sus verdades

felices quienes viven en silencio
gozando de los bienes que descansan
la sinuosa carrera que emprendieran
sin quedarse a beber en sus aguadas
sólo viven libando en esa fuente
que copiosa en canales se desangra
le regala la paz en esta tierra
y es promesa del cielo que rebasa
ante aquel horizonte en que sus ojos
alimentan la hora apaciguada
cuando el pobre en su claustro se retira
absorbiendo el manjar de sus tinajas


   
 
41
 

Felices los misericordiosos


Felices los que aman a su hermano
y ejercitan su fiel misericordia
y en clara compasión con sus heridas
cobijan al que siente su derrota
feliz el que sufriendo su miseria
se vuelca en la piedad hacia el que llora
animando a vivir en la esperanza
y a lograr construir la nueva historia
feliz el que apacigua la tormenta
y regala frutales de su gloria
quien da el pan en el hambre de la noche
y el agua en los ardores que sofocan

bendito el corazón del compasivo
que escucha las dolencias que empañaron
silenciosas las horas del enfermo
que clamaba en su cruz desconsolado
feliz el que viviendo en propia carne
las angustias del prójimo en su escarnio
redimió su dolor con la palabra
el consejo y la paz en su quebranto
el que supo acercarse hasta los muros
del hombre que padece encarcelado
llevando la certeza del amor

 
42
 


que alivia la prisión y enjuga el llanto

el Señor en su gran misericordia
nos dio la redención en duro leño
y nos pide vivir la propia cruz
que redime la sombra de este suelo
quien se apiada del prójimo que sangra
y busca algún descanso en su sendero
tendrá su recompensa en el amor
y el perdón del Señor que está en los cielos
feliz el que encendió misericordia
en horas de naufragio en un velero
y feliz quien anuncia amaneceres
donde el sol avecina sus destellos


   
 
43
 

Felices los que lloran


El Señor se dirige a los que lloran
prometiendo la fuerza del consuelo
sabiendo que las lágrimas acallan
y la gracia aligera los desvelos
quien llora se descubre entristecido
y envuelto en avatares que surgieron
y lo impulsa a vivir en la esperanza
el amor con que Dios mora en su seno
las lágrimas amargas de la tierra
son anuncios de cánticos de cielo
y logran la pureza de las almas
que aguardan en el llanto al mensajero

el camino del hombre en esta tierra
se estremece ante espinas y quebradas
que provocan estar en la impotencia
de encontrar los deseos que descansan
y en el duro fragor de vendavales
luchando por ganar voces del alma
se produce un dolor ensangrentado
que impide el regocijo en la posada
y en la cúspide asida al sufrimiento
enclavado en la cruz que nos desangra
surgirá aquel cantar del tiempo nuevo

 
44
 


que anuncia el andador de la confianza

es feliz el que llora mansamente
sometiéndose a Dios en la pobreza
porque sufre consciente que el dolor
es precio de la vida que se espera
y el llanto nos hermana entre los hombres
provocando raíces de pureza
en la diaria labor del hombre nuevo
que aspira a renacer en la sorpresa
de advertir que sus ojos inundados
produjeron senderos de paciencia
y conducen al tiempo del consuelo
donde el Padre cobija en su clemencia


   
 
45
 

Felices los pacientes


Felices los que saben aguardar
enunciando gemidos de paciencia
los que advierten que el tiempo de los hombres
no es el tiempo de Dios en esta tierra
y concluyen sus planes cuando surgen
los destellos del plan que está en la diestra
del Señor que conduce nuestra vida
a la senda de paz de su presciencia
la voz de los pacientes se acrisola
añorando aquel tiempo de la siega
donde surge madura certidumbre
de que el hombre ha vencido en la carrera

el andar de los hombres se asemeja
a la vida del niño en las entrañas
de la madre que vela por su hijo
ignorando la hora en la esperanza
donde aguarda el precioso alumbramiento
en que el niño reclame su posada
y el festivo misterio del que nace
bendice aquellas horas de nostalgias
porque fueron sostén que permitieron
irradiar tanta vida en la templanza
donde sólo el Señor en su sapiencia

 
46
 


brindará una alborada con su danza

felices los pacientes que nutrieron
sus alforjas con luces que imaginan
sin forzar esa hora señalada
donde mueren las voces de la espina
felices porque al fin de sus afanes
heredan esa tierra prometida
al que sabe batirse en el combate
con las armas de paz mientras camina
pues espera paciente en la tormenta
y hallará la promesa ya cumplida
del descanso en la paz de esa mirada
que es premio del amor en la partida


   
 
47
 

Felices los hambrientos de justicia


Agraciado es el hambre de justicia
y la sed de vivir en plena gracia
que es amor que enardece la conciencia
y respuesta al Señor que nos creara
la justicia se nutre en santidad
venciendo los escollos de la estancia
donde el hombre habitando su entramado
derrumba los obstáculos que avanzan
y creciendo en las luces que alimenta
gime el hambre y la sed en su nostalgia
y al comer y beber total primicia
persevera buscando lo que sacia

supremo el ideal del pan de vida
que nos da el alimento que perdura
cual maná de la tierra sin fronteras
en la carne de Dios que nos acuna
ese pan y ese vino consagrados
aplacan esa sed en la espesura
y colman en el valle de los pobres
el hambre de beber aires de altura
en que el rostro del Padre ha de calmar
el deseo infinito en su premura
el hambre del Señor nos da el sostén

 
48
 


y la sed de su amor el agua pura

en el hambre y la sed de la justicia
se resume el andar de este desierto
que pronuncia palabras sin respuesta
y permite escuchar humilde cuenco
que es caudal de la gracia que redime
y derrama la fuerza en mis anhelos
de encontrarme fundido en ese cuerpo
de Jesús el sublime bebedero
y en su voz su palabra y su persona
el Señor va apagando mi lamento


   
 
49
 

Felices los limpios de corazón


Felices los que viven la pureza
que libra el corazón de mezquindades
encontrando el tesoro y su secreto
en la recta intención de sus afanes
el que busca anidar en el servicio
desligando su amor de vanidades
despojado de herrumbre que corroe
y abrevando en los puros manantiales
desechando la senda que es inhóspita
y buscando el descanso en los brocales
donde el agua de Dios se manifiesta
a los ojos que puros lo reclamen

la pureza del hombre se asemeja
al mismo creador que en esa estampa
ilumina con ojos de ternura
y apacienta en su seno con su braza
el hijo que se encuentra con su Padre
necesita escucharlo en su mirada
y al crecer la pureza de su vida
logra ver al Señor que lo restaura
y extasiado en la fuerza de su dueño
va gozando caudales de esperanza
sabiendo que afincado en sus destellos

 
50
 


en la eterna visión no habrá mudanza

felices los que aman la armonía
nacida en la pureza de su hora
y pueden entregar a sus hermanos
el fruto que se expresa en la concordia
pues el hombre que crece sabiamente
construye la hermandad que lo apasiona
surgida del mandato del maestro
y respuesta que surge en la memoria
de quien lucha blandiendo aquella espada
que permite soñar ardiente rosa
y nos llama a ser fuego que en su brasa
enciende con fervor aquella glosa
que entrelaza con júbilo las manos
logrando en la unidad la ansiada joya


   
 
51
 

Felices los pacíficos


Llamados a vivir la paz del alma
son los hijos de Dios que le obedecen
instrumentos que anuncian la belleza
al gozar una paz que no se vende
y la ofrece con ansias inefables
quien la eleva en el aire que no muere
arriesgando sus horas en su canto
y plasmando su fuerza que detiene
a iracundos y rudos enemigos
que intentan destruir la luz que emerge
el pacífico busca que su cántaro
derrame su licor hasta las heces

el hombre que ha crecido en ese espacio
se allega a redimir hondos rencores
y busca embellecer esos momentos
que permitan crear las ilusiones
del amor fraternal que regocija
y sirve a los que lloran sus temores
impregnando en la paz esa vertiente
que intenta recrear en sus mojones
la senda de la mística unidad
que nace en esa paz que vive el hombre
recibiendo el anuncio de que es hijo

 
52
 


del Señor cuya voz cambió su nombre

Dios es paz y pronuncia su misterio
y el pacífico busca proclamarlo
brindándose a servir a quien sufriera
la violencia en el monte o en el llano
derramando su amor hasta la sangre
por beber la conquista que ha logrado
al gestar la amistad reconciliada
de quien tuvo rencores con su hermano
es el Padre dador de toda gracia
quien suplica a mi puerta con su mano
que derrame el regalo de la paz
y reciba el calor del Hijo amado


   
 
53
 

Felices cuando sean calumniados


Felices cuando el mundo los insulte
despreciando palabras de profeta
cuando vean que anuncian la alborada
sin temer las intrigas que se acercan
cuando habiten humilde hostal que ampara
sin el brillo que lucen las estrellas
felices cuando fueran perseguidos
al clamar por el pan de la pobreza
cuando anuncien verdades que conmueven
porque nunca perece lo que enseñan
y al postrarse en defensa del doliente
arriesgaron la suerte que se entrega

felices cuando sufran la calumnia
que es mentira arropada en la malicia
cuando escuchen la danza de la muerte
que se ufana en matar la sinfonía
y anunciando palabras inefables
los entreguen al fuego que calcina
porque yo su maestro he sido herido
por injurias que hundieron sus espinas
en el frágil espacio de mi rostro
que encendió el entusiasmo por la vida
y murió salpicando aquella sangre

 
54
 


que restaña en los hombres toda herida

es la cruz privilegio del amigo
que se arriesga a morir en la estocada
por amor al Señor que me ha entregado
su amistad en la cruz aprisionada
soy testigo de Cristo que ha sufrido
y en audaz y profética palabra
ha buscado salvarme de aquel fuego
que es eterno flagelo que no pasa
yo bendigo al Señor y humilde entrego
las calumnias prisiones y mortajas
y hoy anuncio las luces que da el Verbo
cuando sé que podré beber la espada


   
 
55
 

Felices los que sean perseguidos


El reino de los cielos ha llegado
en las alas del Verbo y su mensaje
provocando la fe de los que escuchan
o el rechazo de Cristo en su cordaje
el reino que esparciera su semilla
convierte su misterio en un paisaje
donde llegan los hombres que esperaron
el frutal que el Mesías en su tarde
entregó en la palabra luminosa
sabiendo proclamarla por los aires
que encontrando nostalgias de su escucha
descubrieron oídos que se abren

pero el hombre creyente en la palabra
inundado de fuego y de entusiasmo
comienza a difundir esa justicia
que es el sello de Dios que ha restaurado
y al verter las palabras del maestro
comenzó a practicar lo contemplado
viviendo la justicia en su tarea
y amparando al obrero ajusticiado
y al querer implantar esa defensa
y vivir la justicia que ha soñado
comenzó a recibir persecuciones

 
56
 


y es el blanco de espadas y sarcasmos

el reino nos exige la violencia
de vivir obedientes al maestro
y sólo los violentos lo consiguen
cosechando los frutos del esfuerzo
como Cristo implantara su palabra
y vivió su martirio en alto fuego
asimismo el discípulo derrama
la sangre en las heridas del acero
por ser fiel al amigo que entrañable
le promete su sede en aquel reino
porque lucha hasta el fin de su carrera
y se inmola en la mesa del cordero


   
 
57
 

PARÁBOLAS


Por medio de estas breves comparaciones, tomadas de la vida cotidiana, el Señor llama a la reflexión y busca la manera de entrar en diálogo con sus oyentes. Las parábolas descorren un poco, aunque no del todo, el misterio del Reino de Dios. Ese Reino escapa a toda definición: es como...; se parece a...; se puede comparar con...

De estas parábolas se desprende que el Reino de los Cielos es una "nueva situación", un "nuevo estado de cosas" que viene de Dios y se inicia con Jesús, pero reclama la respuesta de los hombres. Sus comienzos son muy modestos y apenas perceptibles.

Inaugurado por el "sembrador" que sale a sembrar, el Reino debe fructificar hasta la cosecha definitiva, de manera misteriosa y más allá de las contradicciones y los fracasos aparentes. Nada puede impedir que siga adelante, y sin duda terminará por transformarlo todo. Por él vale la pena sacrificar incluso los bienes más preciosos.

 
58
 


Ya se ha hecho visible, pero sólo al fin se manifestará plenamente. (Levoratti y Trusso)


   
 
59
 

Introito


Este reino de los cielos
joya divina engarzado
en el seno de la tierra
donde el hombre alza su llanto
al saberse confundido
por la astucia del atajo
sólo es gracia del mesías
que nos abriga en su manto
redimiendo con su cruz
la indigencia de mi parto
el reino es aquel misterio
que desarma mi quebranto
reino de paz y justicia
y el amor que me ha salvado
y recrea entre los hombres
una familia de hermanos
que solidarios caminan
y en la amistad se brindaron
y se alegran cuando viven
de orfandades despojados
por esa diestra del Padre
que nos diera al Hijo santo


   
 
60
 

Salió el sembrador

(Mt 13,1-9//Mc 4,1-9//Lc 8,4-8)


El reino oculta semilla
que sembrada en esta tierra
busca morir en el surco
para abrirnos una brecha
cuando muere entrega vida
a quienes velan por ella
y al caer en suelo virgen
es grande su sementera
pero a veces es sembrada
sobre el polvo de las piedras
y a poco se desmerece
porque su raíz se seca
a veces en los cardales
es tirada por la diestra
del sembrador que adivina
que las espinas la anegan
y también en el camino
es echada sin defensa
pues los pájaros del cielo
pronto su cuerpo se llevan
la semilla esa palabra
del hacedor de la siega
que recoge jubiloso
el fruto que allí se hospeda

 
61
 


y el hombre en su libertad
decide elegir su tierra


   
 
62
 

El trigo y la cizaña

(Mt 13,24-35)


Encontré en verde pradera
la simiente que sembrada
confirma en su fuerza agreste
y me reposa en sus ramas
y al crecer pude advertir
que junto al tallo brotaba
con profunda virulencia
la perniciosa cizaña
y entendí lo que el Señor
bien decía en su palabra
no la arranquen este día
aguarden la siega mansa
donde puedan separar
el trigo de la cizaña
porque si extirpan ahora
el veneno con su trampa
arrancarán sin buscarlo
la simiente allí sembrada
en el reino crecen juntos
el trigo con la cizaña
y al final podrá escogerse
el fruto bueno y su estampa
arrojando lo sombrío
al interior de la zarza

 
63
 


que es combate de violentos
ganar el reino y su talla
sabiendo que en toda guerra
siempre se pierden batallas


   
 
64
 

El grano de mostaza

(Mt 13, 31-32//Mc 4,30-32//Lc 13,18-19)


Este reino se parece
a un granito de mostaza
pequeño entre los pequeños
que al crecer muestra su traza
y es el arbusto más grande
sembrado en la tierra magra
y sus hojas el descanso
que cobija entre sus ramas
a los pájaros que vienen
a refugiarse en su palma
para guardarse del sol
y comer su fruta blanda
así el reino que ha nacido
pequeño eleva su planta
y más amplio su entramado
que lo que piensa al sembrarla
quien trabaja en aquel suelo
y busca arrendar su estancia
mi reino tiene la fuerza
que no conoce quien marcha
desafiando aquel poder
que oculto en la tierra danza
su grandeza es el misterio
que nace de humilde brasa


   
 
65
 

La semilla que crece sola

(Mc 4,26-29)


El reino como semilla
sembrada en la tierra buena
va creciendo noche y día
sin que el sembrador pudiera
imaginar con sus ojos
ese misterio que encierra
la vida fértil que duerme
en la simiente que espera
ver su tallo y ver la espiga
y el fruto que el tiempo vela
que al final ya madurado
surge otro tiempo de siega
también el hombre en el reino
contempla el alma que observa
que la gracia del bautismo
busca crecer sin barreras
por propia vitalidad
aunque yo en la noche duerma
y busca encontrar la edad
que soñara mi existencia
si creyendo en la palabra
y en el mentor de cosechas
permita ese crecimiento
sin mérito de mi hacienda

 
66
 


que por amor ha nutrido
el Señor aquella tierra
donde nace la simiente
que el sol y la lluvia riegan
sin otro esfuerzo al crecer
que contemplar la cosecha
cobijando en ese tiempo
el frutal que allí naciera


   
 
67
 

La levadura

(Mt 13,33//Lc 13,18-19)


El reino se me aparece
como en la casa en que observo
a un poco de levadura
que con la masa yo mezclo
y al tiempo surge elevada
y permite ver su vuelo
aquel pan o aquella masa
leudada en rápido tiempo
así el reino ha de librar
de la bajeza al sendero
y permanece en la vida
y eleva su tierra al cielo
pues el hombre es invitado
en los aires de su tiempo
a entonar la melodía
gestada en propio sendero
que es dar socorro al que llora
pan de consuelo al consuelo
aquel fermento buscado
por los hombres en el reino
expulsa la levadura
de la maldad que ha desecho
la verdad en su mentira
y la bondad en apremio

 
68
 


y renueva las entrañas
que surgen con aire nuevo
implorando ver crecida
la existencia en sus aleros


   
 
69
 

Tesoro escondido

(Mt 13,44)


El reino es como el tesoro
escondido en algún campo
y un caminante curioso
al volver sobre sus pasos
divisa aquella grandeza
y decide en ese tramo
vender toda su riqueza
para adquirir ese campo
y quedarse con la joya
que resuelve su quebranto
así el hombre que encontrara
la belleza de su rango
en el reino del Señor
que tanto nos ha donado
se desprende de sus bienes
para entonar aquel salmo
que glorifique a su Dios
cuando descubre su canto
y resuelve aquí su entrega
a quien enjuga su llanto
aquel tesoro seguro
es el Dios que me amó tanto
y se esconde de mis ojos
para que busque en mi barco

 
70
 


su grandeza sumergida
que es la joya de mi campo
por quien yo debo entregar
dineros perlas y escarnios
porque él es la recompensa
cuando me guarda en su manto

ay de quien pierde el tesoro
en pos de terreno aciago!


   
 
71
 

La red

(Mt 13,47-50)


El reino de un dios emerge
como la red en la pesca
que tirada en alta mar
busca resurgir bien llena
de peces que la encontraron
y vieron su campo en ella
los pescadores la sacan
cuando surge su cosecha
y la llevan a la orilla
donde dividen la pesca
los peces buenos eligen
y a los demás los desechan
así ocurrirá al final
cuando el Señor me sorprenda
quienes fueran sus discípulos
serán salvos en su diestra
y quien negara al mesías
verá su mansión desierta
el reino cobija a todos
los hombres que en su destreza
buscan crecer en la hora
de producir su respuesta
y añorando al ser supremo
con el fervor se alimentan

 
72
 


aguardando que en la tarde
cuando el sol baje en su cuesta
pueda saberse elegido
y brindando en esa fiesta
que el Padre al hombre prepara
al que es fiel a su promesa


   
 
73
 

EL REINO DE JESÚS: Es para los niños

(Mt 19,14)


Jesús huyó de la gente
que quiso darle algún trono
haciéndolo rey del mundo
y vistiéndolo de oro
mi reino no es de esta tierra
dijo en el mismo pretorio
cuando aceptó que era rey
mas no del mundo y su foro
quien quiera ser de mi reino
debe renacer del todo
para volver a vivir
como hombre nuevo que sólo
podrá ingresar en su seno
siendo humilde y valeroso
son los pobres y los niños
quienes gozan del tesoro
que Dios entrega en el Hijo
para darnos pleno gozo
Dios revela a los pequeños
lo que al sabio y presuntuoso
le ha negado en su camino
por ignorar que el reposo
no se encuentra en otro predio
que en el río generoso

 
74
 


donde el Verbo abre sus brazos
para llenar nuestro rostro
del agua viva que fluye
de la fuente y su tesoro
háganse niños confiados
en el Padre dadivoso
que sólo puede habitar
en cuencos de humilde trono
donde sólo arde el amor
que se entrega silencioso


   
 
75
 

El rey mesías


Bellas noticias les traigo
que el reino me ha estremecido
cuando advertí que su dueño
de paradojas fue signo
nace en portal abrigado
por el aliento cansino
de unas humildes ovejas
que anunciaron en su aprisco
el nacimiento gozoso
del Dios que a la tierra vino
vivió obediente a José
y a María en su camino
creció labrando maderas
humildísimo servicio
y al comenzar su intemperie
muy pronto fue perseguido
realizó grandes milagros
y le respondió el vacío
finalmente buscó el trono
donde el rey haya vencido
padeciendo en una cruz
por salvar a sus amigos

...

 
76
 



los atributos del rey
aquí cambiaron su estilo
no son tronos ni hay coronas
ni existe púrpura o lino
pero aquí yo me detengo
cuando su fuerza percibo
al resucitar a Lázaro
y enaltecer al mendigo
él perdona los pecados
de aquel pobre paralítico
a quien también le devuelve
la salud que hubo perdido
alimentó a muchedumbres
fatigadas del camino
y curó a los diez leprosos
que clamaran por su vino
no hay rey que pueda guardar
lo que este rey ha traído
cuya gloria fue escondida
aunque hablaron esos signos
milagrosos que tan sólo
puede el Señor producirlos

 
77
 


y el reino aparece entonces
con esa fuerza que esgrimo
para decir que aunque oculto
ese rey venció al maligno
y nos regala su gracia
para salvar del abismo


   
 
78
 

Venga a nosotros tu reino


...también nosotros vivimos
reflejados en la senda
del rey que venció muriendo
y al vencer abrió la brecha
para caminar descalzos
gozando tiempos de piedra
en el reino de los cielos
quien triunfa se hace violencia
para vencer vanidades
y afincarse en su pradera
está en el mundo y ya sabe
que no es del mundo en que brega
el príncipe de la noche
con odio cruel lo flagela
y los hombres lo persiguen
como al Señor en su estera
si busca entregar su vida
la tierra se la desprecia
no puede cargar su cruz
porque la inquina se acerca
si se complace en el débil
su prestigio se desecha
canta las glorias del cielo
y el mundo llora su pena

 
79
 


niega el siglo el alimento
que el reino feliz entrega

...
que él padece en soledad
pues los hombres lo desprecian
busca negocios enhiestos
y lo resiste la cuesta
al vencer los torvos aires
su natural se rebela
y al querer hacer las paces
sarcasmo infeliz encuentra
y si entrega al enemigo
el alivio en su aspereza
suele encontrar villanía
que le niega toda apuesta

así el reino contraría
los instintos que pelean
por enaltecer sus glorias
y empeñarse en la refriega
felices los que anduvieron
litigando en su litera

 
80
 


el camino del maestro
que bendice su firmeza
y da certezas de gloria
a quien sufre en sus laderas
pues al fin ha de triunfar
quien sube en la dura cresta
de ésas las agua del mar
que rugen olas siniestras


   
 
81
 

El reino está entre ustedes


El Señor me ha señalado
que su reino es una gracia
y reside entre los hombres
viviendo en medio del alma
el Cristo quien por la fe
me cambia y cambia en palabras
el Dios de la Trinidad
que ha fijado su morada
en la hondura del misterio
con singular enseñanza
y en el propio corazón
abierto a su voz que ensaya
ir tallando el nuevo rostro
del hombre en su viva llama
y es entonces cuando extiende
la riqueza de su trama
en las obras que lo muestran
o en palabras que proclaman
la fuerza que me sorprende
e ilumina mi jornada
en canciones siempre vivas
que dan vida a la alabanza
el reino instala en mi pecho
del Padre tierna mirada

 
82
 


que me fascina en la noche
y despierta en la mañana
y es brasa que enrojecida
roja de luz casi blanca
que me ilumina en su música
y encierra aquella cascada
capaz de saciar la sed
del hijo que allí descansa


   
 
83
 

Mirados en el amor


En el final de la vida
habrá un encuentro anunciado
porque el reino es el tesoro
que exige vivir su rango
y el Señor me da las luces
para el diálogo que aguardo
cuando me pide asistir
a los humildes varados
al decirme en su firmeza
que el precio que habrá llevado
mi ser a la eterna gloria
es haberlo rescatado
en el hambriento y sediento
el desnudo o maltratado
en el enfermo que gime
en el triste o deportado
a quien sufre en el silencio
o sangra gotas de llanto
en el frágil pecador
que clama desesperado
y en el que busca el camino
incapaz de ver el trazo
que lo libere del mal
y lo levante del fango

 
84
 


el Señor está en el rostro
del hermano desterrado
y me exhorta en su palabra
como sentencia en mi fallo
cada vez que socorriste
a quien muestra su quebranto
me devolviste la vida
a mí mismo en ese cuadro
lo que hayas hecho al más pobre
por amor en su fracaso
lo has hecho conmigo mismo
que allí viví pernoctando
y yo anunciaré tu gloria
entregándote el descanso
que el reino sufre violencia
y he de ganarlo sembrando


   
 
85
 

El discípulo en el reino


Si quiero alcanzar la gracia
de revivir en el reino
y quiero ser el discípulo
de Jesús el nazareno
debo negarme y buscar
la renuncia al hombre viejo
rechazar al enemigo
e intentar nacer de nuevo
en el olvido de mí
que surge de amar primero
al Señor que me ha llamado
y se convierte en maestro
desprenderme de mis bienes
como Jesús lo ha dispuesto
enterrando mis litigios
y sembrar en cada sesgo
al Verbo que me invitara
a crecer en este reino
ya no vivo yo en la tierra
es Cristo a quien yo me avengo
el que transforma en su yo
mi yo cuando va muriendo
en esa muerte que aspiro
y va surgiendo en mi seno

 
86
 


el calco de mi Señor
cuya gracia es tiempo nuevo
y el Espíritu del Hijo
transformara en ese espejo
donde al mirarse el Señor
encuentra su rostro eterno
al olvidarme de mí
cargaré aquel suave leño
que es la cruz donde he nacido
por la sangre del cordero
y con la cruz en mis hombros
encontraré al mensajero
que ha buscado cobijarme
en las alas de su templo

y su yugo yugo suave
ligera carga en el puerto


   
 
87
 

El Padre misericordioso

(Lc 11,15-32)


El padre le abrió la puerta
al hijo que abrió horizontes
en la senda tumultuosa
que eligiera como norte
vivió caminos de piedra
y andurriales cuyo porte
fueron estrellas fugaces
que esfumaron sus colores
recorrió sendas oscuras
y cosechó los derroches
de su frágil existencia
fisurada en sus acordes
agotó aquellos caudales
que el padre puso en sus odres
y concluyó descubriendo
su casa envuelta en clamores
por la vuelta sin retorno
del hijo muerto en sus dones
el padre estaba aguardando
cada tarde en sus ardores
el regreso de su niño
perdido entre los rincones
y sus ojos aguardaban
ver de lejos esas voces

 
88
 


que anunciaban que venía
el hijo de sus amores
y una tarde soleada
ceñido el sol de arreboles
vio la estampa de aquel hijo
llorando sus estupores
y el padre se fue corriendo
para abrazar a ese joven
que mostraba su miseria
aguardando que lo colmen
de la gracia del perdón
que feliz el alma absorbe
el padre le muestra al hijo
el amor que hay en su cofre
y le regala en su casa
la fiesta que allí propone

feliz fiesta la del reino
donosa de altivos dones!


   
 
89
 

III. LOS DISCURSOS DE JESÚS

Discurso sobre el Pan de Vida

(Jn 6, 22-63)


Al día siguiente, la multitud
que se había quedado en la otra orilla
vio que Jesús no había
subido con sus discípulos
en la única barca que había allí,
sino que ellos habían partido solos.

Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades
atracaron cerca del lugar
donde habían comido el pan,
después que el Señor pronunció
la acción de gracias.

Cuando la multitud se dio cuenta
de que Jesús y sus discípulos
no estaban allí,
subieron a las barcas
y fueron a Cafarnaúm
en busca de Jesús.

Al encontrarlo en la otra orilla,
le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo llegaste?».


 
91
 


I
Jesús:
Yo les afirmo que ustedes
en su afán me han encontrado
no porque vieran los signos
sino porque se saciaron
comiendo el pan que les diera
como alimento y descanso
trabajen por conseguir
no el alimento mundano
sino el que siempre perdura
y lleva al hombre a su campo
el que da el Hijo del hombre
a quien el Padre lo trajo
enviándolo a los hijos
que selló con propia mano

II
y el pueblo le preguntó
¿qué acciones en esta tierra
hemos de hacer por que Dios
vea su obra completa?
y Jesús les respondió:

 
92
 


obra de Dios es que crean
en aquél que hubo enviado
y dijeron en respuesta
para ver y que creamos
¿qué signos nos manifiestas?
han comido su maná
nuestros padres en su tierra
y allí fueron satisfechos
como dicen nuestras letras
les dio a comer ese pan
bajado de la alta esfera
y Jesús les respondió:
les aseguro que era
no Moisés sino mi Padre
quien lo donaba en su diestra
el Padre les comunica
el pan que sana dolencias
y a los pobres los anima
y al hambriento lo alimenta
porque el pan de Dios es éste
el que desciende a la tierra
viniendo desde los cielos
por dar la vida que encierra.

 
93
 


Y entonces le reclamaron
danos el pan de tu mesa
y Jesús les respondió
yo soy el pan de esa mesa

III
no sufrirá nunca el hambre
quien viene a mí en la confianza
y no podrá tener sed
quien tiene la fe en su alma
pero ya les he advertido
ustedes me han visto y callan
y no creen aquí mi mensaje
que hoy el Padre les regala
quien viene a mí en su carrera
jamás verá rechazada
su vida porque he bajado
del cielo a encender mi llama
no para obrar mi querer
sino el del Padre que ama;
la voluntad de mi Dios
es que yo no pierda nada
de todo lo que él me diera

 
94
 


sino que busque a quien llama
y al final lo resucite
en la última jornada
es esta mi voluntad
que quien oye mi palabra
posea la vida eterna
y resucite en su estampa.

Los judíos murmuraban de él,
porque había dicho:
«Yo soy el pan bajado del cielo».
Y decían: «¿Acaso este no es Jesús,
el hijo de José?
Nosotros conocemos
a su padre y a su madre.
¿Cómo puede decir ahora:
«Yo he bajado del cielo»?


Y Jesús les respondió
no murmuren por mi causa
que nadie viene hasta mí
si mi Padre no lo alcanza
pues es él quien me ha enviado

 
95
 


y yo cuidaré sus almas;
está escrito en los profetas
Dios da a todos su palabra
aquel que escucha a mi Padre
y recibe mi enseñanza
viene a mí para escuchar
aquello que crece y salva
y yo les digo que crean
y encontrarán su posada
yo soy el pan de la vida
sus padres que caminaban
comiendo el maná murieron
pero este pan que acompaña
proviene del alto cielo
para que aquel que lo alcanza
en su destierro forzado
reavive la eterna alianza
soy el pan vivo del cielo
quien come pan de esta zafra
vivirá en la eternidad
y este pan que Dios regala
es mi carne que da vida
para salud de las almas.

 
96
 



Los judíos discutían entre sí, diciendo:
«¿Cómo este hombre puede
darnos a comer su carne?».



IV
Y Jesús les respondió
yo les dije si no comen
la carne que les daré
carne del Hijo del hombre
y no beben de su sangre
no tendrán vida en sus odres
el que come de mi carne
y bebe mi sangre noble
heredará vida eterna
y habrá de ser nuevo hombre
resucitado en la gloria
pues mi carne que ya comen
es verdadera comida
y mi sangre se propone
cual verdadera bebida
el que de mi carne come

 
97
 


y beba mi propia sangre,
ése sólo en mi se acoge
de igual modo que yo fui
enviado como hombre
es mi Padre quien da vida
y por él surgen mis dones
de ese modo ha de vivir
el que a mi cuerpo lo come
este pan que desde el cielo
ha llegado hasta los hombres
no es como el pan que comieron
vuestros padres sin que done
la vida eterna y murieron
no así mi vida en los hombres
el que coma de este pan
vivirá eternos jalones

Jesús enseñaba todo esto
en la sinagoga de Cafarnaúm.

Después de oírlo,
muchos de sus discípulos decían:
«¡Es duro este lenguaje!

 
98
 


¿Quién puede escucharlo?».

Jesús, sabiendo
lo que sus discípulos murmuraban,
les dijo: «¿Esto los escandaliza?
¿Qué pasará entonces,
cuando vean al Hijo del hombre
subir donde estaba antes?


El Espíritu da vida
la carne para quien come
no le sirve eternamente
las palabras que hoy me oyen
espíritu y vida son
y salvación para el hombre


   
 
99
 

El buen pastor

(Jn 10,1-21) Yo Soy la puerta


Les declaro que yo soy
la puerta de las ovejas
y quienes me precedieron
son ladrones que pelean
y el rebaño no ha escuchado
el discurso que ellos dejan
yo soy el que los conduce
y entonces la única puerta
quien ingresa a mí se salva
y lo abriga mi clemencia
el lobo tan sólo viene
a destruir mis ovejas
pero en cambio yo he venido
a darles vida en mi cena
que la gocen para siempre
cual vida que se recrea.


   
 
100
 

Yo soy el buen pastor


Pues yo soy el buen pastor
dispuesto a entregar mi alma
por salvar a las ovejas.
En cambio aquel que las guarda
por un interés mezquino
y al rebaño no lo ama
ni son suyas las ovejas
cuando el lobo se abalanza
las abandona y se ahuyenta
la fiera, las arrebata
para luego someterlas
y lograr que se destrocen
y no encuentren ya la senda.
Yo soy pues el buen pastor
que conozco a mis ovejas
ellas a mí me conocen
como el Padre a mí se allega
pues yo conozco a mi Padre
y me doy en cualquier senda.
Tengo además que encontrar
en otro redil ovejas
también debo yo atraerlas
y ellas verán mi pradera
y así habrá un solo rebaño

 
101
 


y un pastor en una cena
porque yo entrego mi vida
y es mi Padre quien me lleva
y me da también poder
de entregarla y retenerla.
Nadie me quita la vida
la doy yo libre en mi esfera
este es mensaje del Padre
transmitido en mi carrera.

A causa de estas palabras,
se produjo una nueva división entre los judíos.
20 Muchos de ellos decían:
«Está poseído por un demonio y delira.
¿Por qué lo escuchan?».
21 Otros opinaban: «Estas palabras
no son de un endemoniado.
¿Acaso un demonio puede
abrir los ojos a los ciegos?».


   
 
102
 

Jesús la verdadera vid

(Jn 15,1-11)


I
Yo soy la vid verdadera
y el viñador es mi padre
el corta en mí los sarmientos
que no dan fruto en su valle
y al que da fruto lo poda
para que el frutal sea grande
ustedes están ya limpios
por mi palabra lo saben
permanezcan en mi amor
como yo vivo en su imagen
y cual sarmiento descubran
que sólo da fruto el valle
así ustedes no podrían
dar fruto en otros ensambles
yo soy la vid verdadera
ustedes ramas que nacen
el que permanece en mí
y yo vivo en sus cantares
da mucho fruto en su seno
pues separados no saben
en medio de sus quehaceres
actuar sin que yo los labre
quien no permanece en mí

 
103
 


es rama que muere y cae
y luego se la recoge
y arrojada al fuego arde


II
Si ustedes viven en mí
y en ustedes mi palabra
pueden pedir lo que quieran
y responderá mi gracia
la gloria de mi padre está
en el fruto y su abundancia
y así serán mis discípulos;
como el Padre a mí me ama
también amo a mis hermanos
buscando aliviar sus llagas
vivirán siempre en mi amor
si practican la palabra
como yo obediente al Padre
permanezco en su mirada
les he dicho estas verdades
porque mi gozo se agranda
si también gozan ustedes

 
104
 


será perfecta la gracia


   
 
105
 

Jesús Hijo de Dios

(Jn 10, 22-30)


Se celebraba entonces en Jerusalén
la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
y Jesús se paseaba por el Templo,
en el Pórtico de Salomón.

Los Judíos lo rodearon y le preguntaron:
«¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso?
Si eres el Mesías, dilo abiertamente».


Se los dije y no me creen
mis obras que son bien claras
las hago en lugar del Padre
y son testigos que claman
pero ustedes no han creído
pues no son de mi majada
ellas escuchan mi voz
yo las conozco y me aman
y les doy la vida eterna
y jamás serán dañadas
nadie las puede tocar
porque están en mi posada
mi padre que me las dio
es poderoso y las guarda
y nadie podrá robar

 
106
 


a mi padre estas baladas
el Padre y yo somos uno
en la unidad consumada


   
 
107
 

Jesús acusado de blasfemia

(Jn 10, 31-42)


Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.

Entonces Jesús dijo:
«Les hice ver muchas obras buenas
que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas
me quieren apedrear?».

Los judíos le respondieron:
«No queremos apedrearte
por ninguna obra buena,
sino porque blasfemas,
ya que, siendo hombre, te haces Dios».

Jesús les respondió:
«¿No está escrito en la Ley:
"Yo dije: Ustedes son dioses"?
Si la Ley llama dioses
a los que Dios dirigió su Palabra
-y la Escritura no puede ser anulada-
¿Cómo dicen: "Tú blasfemas",
a quien el Padre santificó
y envió al mundo, porque dijo:
"Yo soy Hijo de Dios"?
Si no hago las obras de mi Padre,

 
108
 


no me crean;
pero si las hago, crean en las obras,
aunque no me crean a mí.
Así reconocerán y sabrán
que el Padre está en mí y yo en el Padre».

Ellos intentaron nuevamente detenerlo,
pero él se les escapó de las manos.

Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán,
al lugar donde Juan había bautizado,
y se quedó allí.

Muchos fueron a verlo, y la gente decía:
«Juan no ha hecho ningún signo,
pero todo lo que dijo de este hombre era verdad».

Y en ese lugar muchos creyeron en él.


   
 
109
 

Jesús es la Luz del Mundo

(Jn 8,12)


Todo lo que existe y vemos
fue hecho por la palabra
y sin ella nada existe,
pues la vida en ella estaba
y era la luz de la tierra
que el hombre necesitaba
ella brilla en las tinieblas
pero éstas la negaban
surgió un hombre, el precursor,
que precedió a la palabra
Él era llamado Juan
y el mismo Dios lo enviaba
él vino como testigo
y la luz testimoniaba
para que todos creyeran
escuchando su enseñanza.
Él mismo no era la luz,
sino el testigo que habla.
La Palabra era la luz,
encendida como lámpara
que al venir hasta los hombres
ilumina su argamasa.
Y Jesús dijo a los hombres
yo soy la luz que les habla

 
110
 


quien me sigue no andará
perdido en su propia charca
sino que él tendrá la luz
y al mundo podrá entregarla
la luz está con ustedes
aprovechen su prestancia
y mientras está no dejen
de abrigarse en su bonanza.
Cuídense que no los tiente
el fragor de la falacia
pues quien vive sus reveces
desconoce lo que sana.
Que la luz esté entre ustedes
crean pues en su fragancia
esta luz que ya amanece
los convierte en luminarias.
Yo soy la luz y he venido
para iluminar mi barca
y todo el que cree en mi
nunca en tinieblas se ampara.
El Señor es pura luz
las tinieblas no lo tapan
esa luz inconfundible

 
111
 


que destella en su balada.
Si decimos que nosotros
con Él construimos la casa
pero andamos en tinieblas
Es mentira nuestra danza
no conforme a la verdad
pero en cambio sí se trata
de caminar en su luz
como Él mismo lo enseñara
iluminado en su ser.
Somos hombres que proclaman
vivir en la comunión
cumpliendo así su palabra.
Y la sangre de Jesús
nos libera de la mancha
sin embargo el mandamiento
del amor que nos dejara
es de Dios pura verdad
y el hombre que a Dios lo ama
ha de vivir este amor
que las tinieblas negaran
y se disipa su sombra
sólo queda la luz blanca

 
112
 


quien dice estar en la luz
si a sus hermanos no ama
permanece en las tinieblas.
Pero quien al hombre ama
vive siempre en resplandores
y no sufre lo que daña
pero quien no ama a su prójimo
en tinieblas vive y anda
y camina en esa sombra
que es mentira consumada.


   
 
113
 

Jesús camino al Padre

(Jn 14, 1-7)


Y Jesús también les dijo:
no se preocupen por nada,
y nunca pierdan la fe
crean en Dios que los ama,
y crean también en mí.
Existen muchas moradas
en la casa de mi Padre.
Es verdad esta palabra
que yo les comento ahora
voy a ordenar su posada
cuando estuviera dispuesta
volveré en mis propias alas
para llevarlos conmigo
para que en la misma casa
estén ustedes y yo
ya conocen en su carpa
el camino adonde voy
ustedes no teman nada.


Tomás le dijo: "Señor,
no sabemos adónde vas.
¿Cómo vamos a conocer el camino?"


 
114
 


Y Jesús le respondió
Yo soy la verdad sagrada
soy el Camino y la Vida
nadie llega a la portada
de mi Padre sin mi ayuda
y si ustedes por la gracia
me conocen y me siguen
gozarán de la mirada
de mi Padre a quien ya vieron
en mi figura y palabra.


   
 
115
 

Jesús, revelación del Padre

(Jn 14, 8-14)


Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre
y eso nos basta". 9Jesús le respondió:
"Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes,
¿y todavía no me conocen?


El que me ve, ve a mi Padre
cómo me exiges su estampa?
crean que estoy en mi Padre
y que el Padre está en mi alma
no son mías aunque yo hable
las obras y las palabras
el Padre que habita en mí
es el autor que les habla
crean que estoy en mi Padre
y el Padre está en mi morada
crean al ver esas obras
que quien cree en mi en su barca
y aquél que me sigue a mí
hará las obras que yo haga
y mayores todavía
pues estaré en la posada
de mi Padre realizando
lo que ustedes en confianza
pidan al Padre en mi nombre

 
116
 


glorificando sus almas
si algo piden en mi nombre
yo lo haré sin más tardanza"


   
 
117
 

La Promesa del Espíritu Santo

(Jn 14, 15- 31)


Si ustedes realmente viven
obedientes y me aman
rogaré a mi Padre bueno
que para oír su enseñanza
les mande un consolador
que en su faz sea su lámpara
Espíritu de verdad
a quien el mundo que engaña
no puede así recibir
no lo ve ni lo acompaña
ustedes en cambio creen
porque él está en su alma
y permanece por siempre
y la orfandad no los daña
pues yo volveré hasta ustedes;
dentro de poco mi balsa
ya no me verá en su río
pero ustedes en su alianza
tendrán su consolación
porque yo vivo en su arca
y ustedes podrán vivir;
quien en este mundo me ama
será amado de mi Padre
lo amaré y verá mi cara

 
118
 



Judas -no el Iscariote- le dijo:
"Señor, ¿por qué te vas a manifestar
a nosotros y no al mundo?"
Jesús le respondió:


Quien me ama será fiel
y obediente a mi palabra
y mi Padre lo amará
y habitaremos su casa
pero aquel que no me ama
él no es fiel a mi palabra
lo que ustedes escucharon
no es mío sino que emana
del amor que tiene el Padre
que me envió hasta sus almas
yo les digo todo esto
mientras estoy en su alba
pero el Espíritu Santo
que a ustedes se les prepara
y enviará el Padre en mi nombre
les dará toda enseñanza
y recordará lo dicho

 
119
 


por mí estando en esta casa
yo les entrego mi paz
les doy mi paz que es sagrada
no como la entrega el mundo
no inquieten a su jornada
no teman pues yo les digo
me voy y vendré a su casa
sabiendo que vuelvo al Padre
gozarían si me amaran
ya que el Padre que me envía
es mayor que mi prestancia
les he dicho todo esto
antes que los hechos vayan
a iluminar sus conciencias
para creer mi palabra
cuando lo dicho se cumpla
ya no hablaré en mi semblanza
porque pronto a este mundo
vendrá el príncipe que espanta
que en nada puede dañarme
pero el mundo en su escalada
ha de saber que amo al Padre
y obro como me ordenara


   
 
120
 

IV. LOS MILAGROS DEL SE'OR

Introducción


Los Profetas habían anunciado que el Reino de Dios traería paz y alegría a los afligidos, haría ver a los ciegos, devolvería la salud a los enfermos y acabaría para siempre con el sufrimiento y la opresión.
Con la llegada de Jesús, todos aquellos anuncios proféticos comienzan a hacerse realidad (...) Ha llegado la era mesiánica, el Reino de Dios ya se ha hecho presente en el mundo, y los milagros de Jesús son las "señales" de esa presencia. Son las primicias de la nueva creación, el anticipo de la victoria definitiva de Dios sobre el pecado, sobre la muerte y todas las fuerzas del mal. (Levoratti y Trusso)


   
 
122
 

Las bodas de Caná

(Jn 2,1-11)


En Caná de Galilea
celebraron unas bodas
y María fue invitada
con Jesús para esa hora
el llegó con sus discípulos
en el gozo que provoca
participar de esa fiesta
mas pronto surgió una sombra
y una duda en los presentes
pues el vino que se goza
se terminó en ese encuentro
y María presurosa
dijo a Jesús ya no hay vino
y Jesús ve la congoja
respondiéndole a su madre
mujer no es esta mi hora
¿qué habremos de hacer nosotros?
pero su Madre se aboca
a decir a los sirvientes
escuchen su voz y ahora
y hagan todo lo que Él diga
y ellos oyendo esas cosas
pusieron agua en los cántaros
y Jesús mostró su gloria

 
123
 


transformando el agua en vino
que en cantidad luego sobra
después dijo a los sirvientes
saquen del cántaro ahora
lleven vino al mayordomo
y al hacerlo ven que asombra
el misterio al maestresala
al probar la nueva copa
sin saber su procedencia
bebiendo aquello que ignora
y llamó luego al esposo
y le dijo siempre se obra
ofreciendo el mejor vino
al principio en cada boda
y tú en cambio has reservado
el mejor para esta hora
este ha sido el primer signo
de Jesús que en su victoria
adelantó aquel milagro
por el pedido que aflora

sus discípulos creyeron
porque mirando se asombran

 
124
 


de Jesús y su milagro
que allí les mostró su gloria


   
 
125
 

Jesús y sus milagros


El Señor como mesías
hijo de Dios hecho hombre
garantizó su misión
y el origen de su Nombre
realizando entre la gente
milagros de inmenso porte
que nadie pudiera hacer
fuera del hijo del hombre
por el poder que mostraba
y sólo el Señor conoce
las muchedumbres traían
a Jesús aquellos hombres
que enfermos solo buscaban
la luz que encendiera el norte
que ofrece felicidad
al anciano y al que es joven
quebrados por el dolor
y buscando aquellos dones
que dan luz a la existencia
y destruyen viejos odres

Y el Señor hizo milagros
que encendieron corazones
multiplicando los panes

 
126
 


y saciando a todo el hombre
curando a los diez leprosos
que clamaban sus pasiones
y en la pesca milagrosa
ilumina a los apóstoles
que no pudieran pescar
ningún pez en una noche
también resucitó a Lázaro
llorando al amigo noble
que devolvió a sus hermanas
que mostraban sus dolores
por la muerte prematura
que en orfandad las esconde

La mujer hemorroisa
con esa humildad del pobre
vio la salud resurgida
que Jesús obró en sus dones
y el mayor de los milagros
que Jesús dejó a los hombres
y fue su resurrección
al final de aquellos golpes
que lo vieron destruido

 
127
 


con el cuerpo hecho girones

muchos signos milagrosos
hiso el Señor por entonces
que no pueden escribirse
por ser tantos los favores
pero Dios dejó evidencias
que Jesús hijo del hombre
hizo las obras de Dios
consolidando su nombre
es Jesús el hombre Dios
que ha salvado a los más pobres


   
 
128
 

V. LOS PECADORES

Jesús y los pecadores


Jesús vino desde el cielo
a librarnos de la mancha
que el primer hombre dejó
como herencia a nuestra raza
el nuevo Adán disipó
las tinieblas que rodeaban
a la tierra que gimiendo
su liberación buscaba
el Señor dijo en voz alta:
yo no vine a rescatar
al justo en esta posada
sino al pobre pecador
y al enfermo que no sana
he venido a perdonar
y a inmolarme entre las llamas
buscando salvar a todos
del malvado y de sus garras
sin embargo los judíos
no entendían sus pisadas
criticando crudamente
la piedad con que trataba
el Señor al pecador
que su miseria arrastraba
no he venido a condenar

 
130
 


dijo el Señor con palabras
sino a dar aquel perdón
que necesita quien clama
por librarse del pecado
y vivir la tierra mansa
el Señor en su designio
de salvar todas las almas
comió con los pecadores
y les habló en su mirada
pidiéndoles que eligieran
la vida que Él regalaba
muchos fueron a Jesús
llorando sus obras malas
fue Zaqueo el publicano
y la mujer que derrama
el perfume de gran precio
sobre los pies de quien llama
a vivir en plena luz
desechando oscuras tramas
fue el padre del pecador
que al hijo pródigo abraza
el pastor que va a buscar
a la oveja descarriada

 
131
 


aquel buen samaritano
que al hombre herido curaba
perdonó con su clemencia
a la adúltera acusada
y le dijo a su rebaño
sepan que habrá canto y danza
y en el cielo una gran fiesta
por el pecador que cambia
su corazón que es de piedra
en el ardor de una llama


   
 
132
 

La Samaritana

(Jn 4,1-42)


Jesús llegó a Samaría
donde Jacob entregara
a José fecundas tierras
y el pozo que diera el agua
era pleno mediodía
y Jesús cansado estaba
fatigado del camino
y en el brocal aguardaba
hasta ver a sus discípulos.
Y una mujer se desplaza
que en un recipiente intenta
llevar la vida a su casa
y en silencio fue llegando
ella era samaritana
Jesús al verla le dijo:
Dame de beber tu agua
pero ella respondió:
Cómo un judío de raza
me pide a mí de beber
siendo yo samaritana?
En efecto había discordias
entre miembros de esas razas
y Jesús le respondió:
El don que Dios te regala

 
133
 


si en verdad lo conocieras
y quién es el que te habla
tú misma le pedirías
que te diera aquella gracia
que se llama el agua viva
y sólo yo puedo darla

«Señor, le dijo ella,
no tienes nada para sacar el agua
y el pozo es profundo.
¿De dónde sacas esa agua viva?
¿Eres acaso más grande
que nuestro padre Jacob,
que nos ha dado este pozo,
donde él bebió,
lo mismo que sus hijos y sus animales?».


y Jesús le respondió:
El que beba de esta agua
volverá a padecer sed
pero quien beba en su casa
del agua que yo daré
jamás buscará otra agua

 
134
 


pues nunca más tendrá sed
y yo le daré esa gracia
que en él será manantial
y lleva a eterna morada

«Señor, le dijo la mujer,
dame de esa agua
para que no tenga más sed
y no necesite venir hasta aquí a sacarla».
Jesús le respondió:
«Ve, llama a tu marido y vuelve aquí».
La mujer respondió: «No tengo marido».
Jesús continuó: «Tienes razón
al decir que no tienes marido,
porque has tenido cinco
y el que ahora tienes no es tu marido;
en eso has dicho la verdad».
La mujer le dijo: «Señor,
veo que eres un profeta.
Nuestros padres adoraron
en esta montaña, y ustedes
dicen que es en Jerusalén
donde se debe adorar».

 
135
 



Y Jesús le respondió:
Cree mujer mi palabra
no será en Jerusalén
tampoco en esta montaña
donde habrá la adoración
que el Padre tanto reclama
ustedes adoran siempre
lo que ignoran en su alma
y nosotros adoramos
lo que es Vida en la Palabra
pues la propia salvación
viene de la antigua Alianza
pero ya llega la hora
en que entonen alabanzas
en espíritu y verdad.
La mujer oyó y hablaba:
Yo sé que vendrá el mesías
que la escritura anunciara
llamado Cristo y dará
un conjunto de enseñanzas
y Jesús le respondió:
Soy yo quien contigo habla

 
136
 



En ese momento llegaron sus discípulos
y quedaron sorprendidos
al verlo hablar con una mujer.
Sin embargo, ninguno le preguntó:
«¿Qué quieres de ella?» o
«¿Por qué hablas con ella?».

La mujer, dejando allí su cántaro,
corrió a la ciudad y dijo a la gente:
«Vengan a ver a un hombre
que me ha dicho todo lo que hice.
¿No será el Mesías?».
Salieron entonces de la ciudad
y fueron a su encuentro.

Mientras tanto, los discípulos
le insistían a Jesús, diciendo: «Come, Maestro».
Pero él les dijo:
«Yo tengo para comer un alimento
que ustedes no conocen».
Los discípulos se preguntaban entre sí:
«¿Alguien le habrá traído de comer?».

 
137
 



Y Jesús les respondió:
Es anunciar la Palabra
mi comida en este mundo
y es obrar lo que prepara
la voluntad de mi padre
que es la bebida que sana

Ustedes dicen que aún faltan
cuatro meses para la cosecha.
Pero yo les digo: Levanten los ojos
y miren los campos:
ya están madurando para la siega.
Ya el segador recibe su salario
y recoge el grano para la Vida eterna;
así el que siembra y el que cosecha
comparten una misma alegría.
Porque en esto se cumple el proverbio:
«Uno siembra y otro cosecha».
Y o los envié a cosechar
adonde ustedes no han trabajado;
otros han trabajado, y ustedes recogen
el fruto de sus esfuerzos».

 
138
 



Muchos samaritanos de esta ciudad
habían creído en él por la palabra de la mujer,
que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que hice».
Por eso, cuando los samaritanos
se acercaron a Jesús,
le rogaban que se quedara con ellos,
y él permaneció allí dos días.
Muchos más creyeron en él,
a causa de su palabra.
Y decían a la mujer:
«Ya no creemos por lo que tú has dicho;
nosotros mismos lo hemos oído
y sabemos que él es verdaderamente
el Salvador del mundo».


   
 
139
 

La mujer adúltera

(Jn 8,1-11)


Fue Jesús a orar al monte
y luego regresó al Templo
donde fuera muy buscado
por los miembros de su pueblo
y sentándose esperaba
para enseñar su evangelio.
Trajéronle una mujer
escribas y fariseos
por habérsela encontrado
sorprendida en adulterio
y reclaman a Jesús
definirse en el suceso
pues las leyes de Moisés
apedreaban por ese hecho.
Tú qué dices en la causa
con tus luces de maestro?
y Jesús al inclinarse
allí escribió con su dedo
y nadie pudo leer
aquello escrito en el suelo.
Y ante la nueva insistencia
el Señor mostró su celo
y les dijo el que no tenga
pecados sea el primero

 
140
 


en arrojar esas piedras
como es norma de este suelo.
E inclinándose otra vez
siguió escribiendo sereno.
Y al oír el juicio aquel
se alejaron en silencio
y comenzaron la huida
desde los hombres más viejos.
Jesús se quedó allí solo
y la mujer en apremio
aguardaba la sentencia
del Señor en este encierro.
Jesús dijo a la mujer
dónde están quienes vinieron
a entregar su acusación
alguien condenó tus hechos?
y respondió la mujer
nadie Señor en mi duelo.
Y Jesús le respondió:
yo tampoco te condeno
vete y ya no peques más
es eso lo que yo quiero.


   
 
141
 

VI. LOS FARISEOS Y AUTORIDADES RELIGIOSAS

Reproche a los Fariseos

(Mt 23, 1-12//Lc 20,46-47)


Multitud de personas se agolpaban
por mirar y escuchar al nazareno
las palabras de Cristo y sus milagros
mostraban la verdad del mensajero
pero en medio de muchos dirigentes
sacerdotes, escribas, fariseos,
el Señor percibió total repudio
en aquellos que allí lo resistieron
Jesús con el dolor en sus entrañas
sabiendo que ellos eran como ciegos
fue implacable en palabras e indicaba
que eran pobres maestros por ser necios
denunció su profunda hipocresía
y enrostró su actitud en cada encuentro
pues no fueron capaces de advertir
las palabras del viejo testamento
y también rechazaron y mataron
a todos los profetas en su tiempo
y en su culpa se hicieron responsables
de negar la verdad a todo el pueblo
el Señor que ha venido a redimirnos
denunció aquel juicio tan severo
a quienes lo rechazan y no escuchan
las palabras y gracias del Maestro

 
143
 


y allí dijo el Señor que se produce
el juicio en quienes nunca le creyeron
pues tal juicio se da ante la palabra
en quienes rechazaran su misterio


   
 
144
 

Jesús expulsa a los vendedores del Templo

(Mt 21, 12-17// Mc 11,15-18//Lc 19, 45; Jn 2,13-25)


Estando en Jerusalén
el Señor entró en el Templo
donde intentaba rezar
y enseñar a todo el pueblo.
Al entrar allí descubre
movido en profundo celo
vendedores de palomas
que deseaban con anhelo
lucrar con lo religioso
mezclando en la fe el comercio
y la mesa de cambistas
que sentados en el Templo
buscaban su propio bien
con el mayor de los réditos
y enseguida allí el Señor
hizo un látigo severo
y comenzó a derribar
las mesas con el dinero
y con honda indignación
les dijo en ese momento
está dicho en la Escritura
mi casa en que me presento
es la casa de oración
y aquí está ausente el respeto

 
145
 


pues ustedes la han cambiado
y profanaron su suelo
con valiente decisión
Jesús les mostró su celo
pues es la casa del Padre
que quiere habitar su Templo
sin que exista ningún ídolo
que es burla que clama el cielo


   
 
146
 

Jesús Llora sobre Jerusalén

(Mt 23,37-39// Lc 19,41)


Ya Jesús había llorado
en otro duro momento
diciendo a Jerusalén
cuántas veces en mi pecho
he llorado tu dureza
pues renegaste en tu seno
de mi ser de hijo de Dios
que el Padre envió del cielo
para salvar a los hombres
y quitar todo desvelo
pero tu Jerusalén
no supiste ver mis hechos
ni fuiste capaz de ver
la visita del Dios bueno
que en el hijo de David
mostró su amor a este suelo

cuantas veces he querido
cual ave con sus polluelos
recogerte en mis entrañas
y así salvar a mi pueblo


   
 
147
 

VII. MISTERIO PASCUAL

Introducción


En los tiempos de Jesús la pascua judía reúne en Jerusalén a los fieles de Moisés para la inmolación y la comida del cordero pascual; con ella se conmemora el éxodo que liberó a los hebreos de la servidumbre egipcia.
Hoy día la pascua cristiana reúne en todas partes a los discípulos de Cristo en la comunión de su Señor, verdadero cordero de Dios; los asocia a su muerte y a su resurrección, que los han liberado del pecado y de la muerte.
Es evidente la continuidad entre una fiesta y otra, pero se ha cambiado de plano, pasando de la antigua a la nueva Alianza por intermedio de la pascua de Jesús (Léon-Dufour, 1996:647)
La "hora" de Jesús -anunciada por el Ev. Según S. Juan- incluye su Muerte y su Resurrección como dos momentos inseparables del mismo "Misterio pascual". El sepulcro está vacío y a Jesús no se lo encuentra. Su cuerpo ya ha sido glorificado, pero él se deja ver y palpar, a fin de confirmar

 
149
 


en la fe a sus discípulos. Un especial encanto tiene el relato de la aparición del Señor a María Magdalena, llamada a ser testigo de su Resurrección. Sin embargo, la fe no depende y está más allá de las pruebas sensibles.
"¡Felices los que creen sin haber visto!" (Jn 20,29). Así lo proclama Jesús, cuando Tomás se resiste a aceptar el testimonio de sus compañeros. Luego los discípulos son enviados por él a continuar su misma misión. Y para que puedan cumplir esta misión, él les comunica su Espíritu, confiriéndoles a la vez el poder de perdonar los pecados.


   
 
150
 

La Entrada en Jerusalén

(Mt 21,1-11// Mc 11,1-11// Lc 19,28-44; Jn 12,12-19)


Una gran multitud había llegado
a vivir el misterio de la Pascua
allí en Jerusalén donde supieron
que vendría Jesús a celebrarla
y tomando unas hojas de palmera
salieron a su encuentro y lo aclamaban
¡Hosana!
Bendito es el que viene con nosotros
en el nombre de Dios a quien proclama
es el rey de Israel el que esperamos.
Y subido en una asna allí ingresaba
el Señor que sus glorias ofrecía
conforme a la escritura que declara:
"no temas Tú la hija de Sión
pues viene tu Señor hasta tu llama
gozando la misión que recibiera
y en la cría pequeña de una asna
y el pueblo con el júbilo en su pecho
el camino con ropas alfombraba
los discípulos no entendieron esto
hasta ver que el Señor resucitaba
recordando que todo estaba escrito
y el Señor su realeza allí anunciaba


   
 
151
 

La Última Cena

(Mt 26,17-30//Lc 22,7-23//Mc 14,12-25)


El Señor fue a comer con sus discípulos
la comida pascual y última cena
y al principio en un gesto de servicio
fue lavando los pies a quienes eran
los amigos que pronto iniciarían
la misión que Jesús les dio en su mesa
al mostrar que el servicio era el sendero
que reclama el amor en cada escena
y les dio el mandamiento del amor
expresando su plena confidencia
ámense entre ustedes como amigos
tal cual yo los amé con mi presencia
pues en esto los hombres podrán ver
que son mis servidores en la tierra
y luego tomó el pan y lo bendijo
transformándolo allí en esta cena
en su cuerpo que es fuerza y alimento
de aquel cuerpo formado por su Iglesia
y luego tomó el vino convirtiéndolo
en su sangre preciosa y allí crea
la eterna y nueva alianza entre los hombres
y anuncia el sacrificio que recrea
luego dijo profundas enseñanzas
y entregó el sacerdocio a quienes eran

 
152
 


los apóstoles firmes del Cordero
que debían hacer lo que ellos vieran
que Jesús realizó para salvarnos
y llevar nuestra vida hasta la meta


   
 
153
 

El mandamiento del amor

(Jn 15, 12-17)


Es este mi mandamiento
ámense con toda el alma
como yo los he amado.
No existe amor en mi barca
más grande que dar la vida
por los amigos que aguardan
ustedes son mis amigos
si viven en mi palabra
hoy ya no los llamo siervos
porque el servidor no guarda
conocimiento del amo
que los quiere con el alma
y los llamo mis amigos
yo les di toda enseñanza
y aquello que hace mi padre
se los digo en mi palabra
ustedes no me eligieron
no vinieron a mi casa
mi elección llegó hasta ustedes
y al elegirlos pensaba
vayan y obtengan el fruto
que perdura en su abundancia
y así lo que al Padre pidan
él lo dará con su gracia

 
154
 


lo que yo les he mandado
es que su amor esté en llamas


   
 
155
 

La Pasión

(Mt 26,1-28,15//Mc 14,1-16,8//Lc 22,1-24,53; Jn 18,1-21,25) Introito


He de escribir con lágrimas
estos versos que anuncian el misterio
de tu pasión sagrada
que logró mi sublime nacimiento
de tus heridas crueles
que lavaron mi vida en sus arpegios
de tu rostro purísimo
que muere ensangrentado en duro leño
de tu mirada noble
que escucha los latidos de mi pecho
de tus manos clavadas
para ser el sostén del pordiosero
de tus pies lacerados
que concluyen su tiempo prisioneros
por aquella estocada
que atraviesa el amor justo en su centro
por tu entrega que ofrece
adorar a tu Padre de los cielos
y ganar a los hombres
la eterna redención sin un lamento


   
 
156
 

La agonía en el huerto

(Mt 26, 36-46// Lc 22,40-46//Mc14,32-42)


Oh Señor que sediento de un bautismo
fuiste al monte que viera tu agonía
y en vigilia sufriste aquellas horas
en aras del suplicio y la partida
extasiado en las voces de tu Padre
que en su llanto tu pecho humedecía
y que quiso tu carne desangrada
por salvar a los hijos que gemían
le pediste que él mismo te librara
de ese cáliz que frágil padecías
y elegiste vivir aquel designio
en sudores de sangre que vertías
sufriste tu estertor anticipado
y aquel drama sangriento que veías
y aceptaste morar en el silencio
cuando todo tu ser colmó su herida
con potente clamor miraste al cielo
y entregaste tu amor hasta la sima


   
 
157
 

Jesús condenado a muerte

(Mt 26,30-66//Mc 14,43-64//Lc 22,47-71; Jn 18,2-18)


Fuiste atrapado en aquel huerto
cual delincuente ajusticiado entre las llamas
y allí encendiste aquella tea
por la que sé que tu presencia me repara
pues no son luces de mi puerto
sino esa fe que me entregaste la que salva
y condenado impunemente
fuiste llevado hasta el escarnio que se ensaña
y rey de todo el universo
con pobre atuendo y entre espinas te mostraban
el juez en débiles intentos
reconoció que tu inocencia te apelaba
pero golpeando en la traición
ante esa turba que tu cruz vociferaba
te hizo la víctima cruenta
de una vileza que tu cuerpo desangrara
y habiendo sido profanado
por aquel juez que en su demencia se mostrara
fuiste vendido en ese trance
a tanta furia que tu amor atravesara
y moribundo te empujaron
a padecer en esa cruz allí plantada


   
 
158
 

La flagelación

(Mt 26,67-68//Mc 4,65//Lc 22,63-65; Jn 18,22)


Flagelaron tu cuerpo los esbirros
esgrimiendo aquel filo de su látigo
y golpearon tu canto enmudecido
que en injurias tu carne mutilaron
y rasgando tu piel hasta abismarme
tu rostro con furor abofetearon
cual si fueras injusto y mercenario
sin piedad sobre ti se abalanzaron
y fraguando en el odio tu inocencia
en la dura orfandad de tu quebranto
cual cordero llevado al exterminio
tu sangre en risotadas ensuciaron
ya tu aspecto de hombre diluían
y en feroces crueldades ultrajado
fuiste expuesto en tu llaga ante la turba
como el árbol que fuese desechado
sin poder sustraerte a aquel suplicio
porque el pueblo clamaba por tu daño
bebiste ese dolor de aquel flagelo
despreciado en la noche del fracaso
y tu amor que es más fuerte que la muerte
por la cruz me arropaba en tu regazo


   
 
159
 

Coronación de espinas

(Mt 27,29//Mc 15,17; Jn 19,2)


Fue la corona de la gloria
la que expresaba tu misterio y tu realeza
la que escondiste en este suelo
porque tu reino no es del mundo que te acecha
te despojaste ante mis ojos
de la sublime dignidad de tu grandeza
y te abajaste crucialmente
a compartir en todo tiempo mi pobreza
y en el final de tu camino
bebiste cruda humillación en tu cabeza
que coronada por espinas
fue el espectáculo que sórdido vivieras
tú te envolviste en rojo manto
que te expusiera a padecer sus asperezas
y renunciaste a que tu altura
manifestara su poder en esta tierra
y en esa sien ensangrentada
me señalaste que el amor te hizo su presa
por rescatarme del orgullo
y a caminar en la verdad me dispusiera
ya no es la honra de este mundo
ni los aplausos o el poder lo que yo quiera
sino el servicio del humilde
por quien se fragua la verdad de toda entrega


   
 
160
 

La vía del calvario


Condenado a la cruz que fue sudario
y ofreciendo tu cuerpo en esa siembra
recibiste Señor aquel madero
que llevaste en los surcos que se abrieran
y en silencio iniciaste peregrino
el canal donde el agua se desvela
conteniendo tus pies estremecidos
y callando al sufrir sin una queja
que extensa y empinada aquella cumbre
y débiles tus pasos por las grietas
que te hirieron en horas de desierto
con injurias flagelos y pedreas
soportaste el suplicio del sendero
y también las espinas que te anegan
y estertores cruciales en tu alma
al sentir que tu hora se deshecha
y tu amor luminoso en mi recinto
fuera echado al abismo que destierra
por quienes se mofaron de tus lágrimas
ignorando que allí sangraron piedras


   
 
161
 

Encuentro con María


Imposible Señor es contemplar
tu mirada en clamores de tu rostro
que inundado de amor se hubo cruzado
con tu madre observándote a los ojos
ella quiso sangrar con tu pasión
tus dolores tus lágrimas tu acoso
y sólo su figura te cimenta
cobijando tu ser que fue su todo
fuiste el hijo sublime de esa estrella
y ella fue la matriz en ese otoño
donde caen las hojas que se mueren
porque surge otra flor en ese tronco
María con la fuerza de tu gracia
sólo pudo mirarte en tu despojo
y abrigar las angustias de tu alma
al callar ese llanto entre cerrojos
animándote a dar toda tu sangre
con amor y postrándote de hinojos
ante el Padre que engendra tu existencia
y vivió su esplendor en tus escollos
tu santísima Madre arde en su pecho
y fue claro testigo con asombro
de un inmenso valor que fue probado
en el duro crisol que ardió su trono

 
162
 



oh María qué inmenso es tu misterio
que rechaza los vértigos del odio
oh Señor qué magnífica tu herencia
cuando buscas la cruz como reposo


   
 
163
 

El cireneo ayuda a Jesús

(Marcos 15,21-22// Mateo 27,32// Lucas 23,26)


Cireneo que llegas
a los pies moribundos del que salva
abrazando el madero
que lo agobia en la cumbre de aquel drama
tú fuiste señalado
para dar un impulso que aliviara
del peso de ese leño
a quien quiso entregarte aquella carga
que abrió tu salvación
aunque no comprendieras esa trama
y en tu mente fabril
sólo fuiste capaz de ver su cara
ignorando el misterio
que en su vida forjara hasta entregarla
ayudaste a llevar
sigiloso el sendero cuya planta
fue elegida entre muchas
para ser aquel árbol que desplaza
el don paradisíaco
que los padres borraron con su mancha
tus brazos sin saberlo
pudieron someter esa mordaza
que al sufrir el pastor
al rebaño librara de sus llagas


   
 
164
 

La verónica enjuga el rostro de Jesús


El rostro de Jesús
transido de dolor por el rechazo
agrietaba sus venas
inundando en sudores su quebranto
y buscaron sus ojos
aquietarse en la cuna del descanso
y surgió la inocencia
de mística mirada en ese espacio
que bañada de luz
y enlutada en las perlas de su llanto
corrió hasta el nazareno
y enjugó su pañuelo despojado
que es belleza del Hijo
sediento en la vileza del sarcasmo
la verónica pudo
extasiarse en las voces de aquel ámbito
engolfando en su amor
el sudor y la sangre que brotaron
se sumió en el misterio
del pañuelo que allí fuera enjoyado
con el rostro de Dios
que en su muerte vivió recompensando
los gestos de piedad
y el amor compasivo que dio amparo

 
165
 


a quien llora su herida
encendiendo el fervor para su hermano


   
 
166
 

Encuentro con las piadosas mujeres

(Lucas 23,27-31)


Jesús se encuentra en el camino
con aquel grupo de mujeres que buscaron
alivianar con su presencia
al que anunciara una vertiente a sus hermanos
donde la gracia derramada
se confundiera con el hombre restaurado
donde una tierra y cielos nuevos
eran prodigios de esperanza entre sus manos
ellas vivieron sus fatigas
acongojadas por los tintes de ese cuadro
y lo escucharon fervorosas
cuando su luz iluminara aquel collado
al expresar con su palabra
no lloren más por las penurias de mi rastro
lloren gimiendo por ustedes
y por sus hijos que verán días amargos
pues si en el leño que está verde
arde aquel fuego que mutila su verano
que pasará cuando esa fuerza
busque encender la leña seca en cada ramo
ellas golpeándose en el pecho
a su Señor hasta el calvario acompañaron
siendo testigos elocuentes
de aquella fe que la palabra hubo tallado


   
 
167
 

Jesús cae tres veces


Benditas tus caídas
que en medio de las piedras padeciste
fidelidad heroica
que me invita a elevar lo que me aflige
tu paso en esa senda
resbala con frecuencia pues viviste
en tus hombros la cruz
cuyo peso clamaba por herirte
sin otra recompensa
que sangrar en la tierra lo que diste
tus diversas caídas
anuncian los obstáculos que viven
en su tierra los hombres
que en cada desventura se resisten
a seguir su horizonte
que sume en la crueldad y sus confines
y en profunda orfandad
recorren el camino y sus perfiles
dolorosa sorpresa
que no sabe sortear lo que percibe
y en humildes intentos
redobla el caminar aunque fatigue
oh benditas caídas
que mostrando su amor a los humildes

 
168
 


me impulsan a correr
resurgiendo del polvo aunque vacile


   
 
169
 

Jesús clavado en la cruz

(Mt 27,33-37//Mc 15,22-26//Lc 23,33-34; Jn 19,17-20.24)


Al concluir allá en el Gólgota
aquella vía dolorosa y desolada
con ambos leños construyeron
la dura sede de aquel trono que llorara
y despojando al Salvador
de aquel ropaje confundido con sus llagas
fue con crudeza tironeado
hasta poder en esa cruz anclar su espalda
y atravesaron con sus hierros
los pies y manos que los clavos mutilaran
hasta beber todo aquel cáliz
sin proferir alguna queja entre esas llamas
y abruptamente levantaron
junto al madero aquella víctima sin mancha
y en aquel suelo de su muerte
en brusco gesto y con furor mostraron saña
sólo quien sienta esos despojos
puede entender aquella escena consumada
donde se abraza en un madero
quien ha venido a derrotar lo que me daña


   
 
170
 

La muerte de Jesús en la cruz

(Mt 27,45-56//Mc 15,33-41//Lc 23,44-49; Jn 19,25-30)


Era la hora del bautismo
donde Jesús nos entregara su mensaje
en los umbrales de aquel tiempo
de nueva alianza regalada por el Padre
y fue la gracia allí nacida
la que otorgara salvación a quienes nacen
Jesús clavado en el patíbulo
en una cruz testigo fiel de lo inefable
ardió en su pecho moribundo
y estremecido por la savia que renace
engendró el día del profeta
que ha de morir para engendrar en propia sangre
y le otorgó misericordia
al buen ladrón que fue juzgado por culpable
dio su perdón a los verdugos
que maceraron con furor aquella carne
de quien sufriendo en su tormento
en bien del hombre produjera el nuevo cauce
donde el humilde peregrino
hubo encontrado la victoria invulnerable
y en el profundo desconsuelo
viendo el Señor al hombre mudo en esa tarde
con infinita compasión
dio en testamento aquella rosa de su Madre

 
171
 


para que fuera quien sanara
de la orfandad y esclavitud a quienes llamen
su corazón que atravesado
fuera la puerta que los hijos entreabren
y contemplando en el silencio
esa gloriosa redención que abrió su llave
clamó con voz agradecida
por consumar aquel designio de su Padre
a quien le dijo filialmente
hoy en tus manos la esperanza ve su anclaje
y al expirar en ese tramo
su amor supremo traspasado en esa tarde
lavó mi vida en la vertiente
que diera el agua con las gotas de su sangre

quedó la tierra consternada
y hoy se estremece en los acordes de mi nave


   
 
172
 

Jesús en brazos de su Madre

(Jn 19,25-37)


Bajaron los despojos
del Hijo que en la cruz vivió su muerte
y estalló un gran silencio
al surgir esa Madre que no teme
y alberga en su regazo
aquel cuerpo sagrado pero inerte
cobijando en su alma
el clamor convertido en nuevas preces
dirigidas al Padre
por los hijos que nacen cuando emerge
el mesías que vino
a salvar a los hombres de otra muerte
María en su orfandad
apremiando al espíritu en su vértice
en su inmenso dolor
con firmeza esperaba la simiente
transformada en espiga
recreada en la cumbre de las mieses
cuando el sol se apagara
ingresando su luz en los dinteles
de la noche que ensaya
revivir en fulgores que promete
la estrella luminosa
que regala esa voz que no perece


   
 
173
 

Sepultura de Jesús

(Mt 27,57-60//Mc 15,42-46//Lc 23,50-53; Jn 19,38-41)


Él vino a darnos una vida
que renaciera con el triunfo de su muerte
y ha padecido como hombre
aquel tributo que entregara sus mercedes
él anunció que era el camino
y era la vida y la verdad que nos enciende
él nos amó en la compasión
que le exigió en la muchedumbre detenerse
y en el final de aquella cumbre
quiso beber tanta crueldad hasta las heces
pues al morir en ese cuerpo
pudo salvarme del desierto que estremece
y colocado en un sepulcro
que resguardara aquella víctima en su fuente
entre los cielos y la tierra
se oyó la sombra desbordando su torrente
para embarcar en su misterio
a todo el hombre que por fin allí se yergue

quedó el sepulcro tan sellado
como los labios de aquel pálido inocente
pero en el alba estremecida
un Jardinero que no entienden aparece
que restaurando otro jardín

 
174
 


abre las puertas de los cielos para siempre
y el estupor es el testigo
de aquel sepulcro que vacío es la vertiente


   
 
175
 

La Resurrección de Jesús

(Mt 28,1-20//Mc 16,1-8//Lc 24,1-49; Jn 20,19-29)


Al atardecer del día
primero de la semana
y estando allí los discípulos
reunidos en esa sala
por temor de los judíos
y con las puertas cerradas
llegó Jesús y les dijo:
"La paz esté en esta casa"
Y mientras esto ocurría
allí mismo les mostraba
sus manos y su costado.
Los discípulos gozaban
cuando vieron al Señor
y Jesús de nuevo exclama:
"la paz esté con ustedes,
como el Padre me enviara
así yo los mando a ustedes"
y él sopló sobre sus llamas
y dijo en ese momento
"hoy reciban en sus almas
al Espíritu paráclito
los pecados en su barca
siempre serán perdonados
cuando ustedes perdonaran

 
176
 


a los pobres pecadores
y también será negada
la remisión de la culpa
cuando ustedes se negaran
a perdonar las ofensas
que los cielos reclamaran"

Tomás, uno de los Doce,
de sobrenombre el Mellizo,
no estaba con ellos cuando llegó Jesús.
Los otros discípulos le dijeron:
"¡Hemos visto al Señor!"
Él les respondió: "Si no veo
la marca de los clavos en sus manos,
si no pongo el dedo en el lugar de los clavos
y la mano en su costado, no lo creeré".


Ocho días transcurrieron
y reunidos en la casa
estaba Tomás con ellos
y allí apareció en la sala
el propio Jesús que dijo:
"la paz esté en su velada"

 
177
 


y luego a Tomás mirándolo
"pon tu dedo en estas llagas
y tu mano en mi costado
ya no dudes sino avanza
en la exigencia de fe"
Tomás dijo con voz grávida:
"Oh Señor mío y Dios mío"
Jesús dijo: "porque palpas
con tus ojos has creído
felices quienes se lanzan
a la fe sin haber visto,
la paz esté en esta casa".


   
 
178
 

La Ascensión del Señor

(Lc 24,50-53; Hch 1,9-12)


Llegó el día que completa
el misterio de la Pascua
y al subir Jesús al cielo
les dijo con voz muy clara
al grupo de los apóstoles
cuya misión confirmara
"vayan por toda la tierra
predicando mi palabra
el que cree y se bautice
tendrá su vida salvada
quien no crea y me rechace
heredará su mortaja"
y Jesús ascendió al cielo
lo cubrió una nube blanca
y no lo vieron los ojos
de quienes tanto lo amaban
ellos volvieron cantando
del Señor las alabanzas
por todo lo que vivieron
bendiciendo y dando gracias


   
 
179
 

VIII. PENTECOSTÉS, IGLESIA, MARÍA

Pentecostés

(Hch 2,1-41; cf. Jn 20,22)


Después de la Ascensión de Cristo al Padre
los apóstoles fueron al cenáculo
y aguardaron durante nueve días
en íntima oración el nuevo paso
del Señor que se fue pero volvía
para guía segura de los santos
Él envió desde el Padre a quien conduce
el Espíritu Santo que nos trajo
los dones que alimentan nuestra fe
que Jesús ya sembrara en nuestro campo.
Un viento de tormenta se escuchó
y las lenguas de fuego se posaron
en aquellos apóstoles que oraban
y en María que allí vivió su canto
descubriendo la Iglesia misionera
y encendiendo a los hijos con su manto
que obedientes a Cristo lo siguieron
fieles a la palabra y sus milagros
el espíritu allí transformó el alma
de quienes recibieron en sus brazos
la fuerza y el amor que los unía
y la luz que ilumina lo escuchado
en labios de Jesús cuando narraba
los misterios de Dios que nos salvaron.


   
 
181
 

La Iglesia, nuevo Pueblo de Dios

(Mt 28,16-20//Mc 16,14-20//Lc 24,36-56; Jn 20,19-23; Hch 2,42-47)


Realizada la tarea
del Mesías verdadero
Jesús llamó a sus discípulos
a encarnar su propio verbo
anunciando su palabra
y ofreciendo en sacramentos
la vida ganada en cruz
y la gloria de los cielos
Jesús fundó aquella iglesia
que hoy ha crecido en el tiempo
y es testigo del que fuera
el esposo y su maestro
ella lo amó como esposa
y obedece sus preceptos
aceptando revivir
con su esposo aquel acero
de la cruz que ha de sufrir
en un cruento vertedero
donde quiere el enemigo
destronarla de su lecho
pero Cristo es la cabeza
y prometió muy severo
que las puertas infernales
no podrán vivir su empeño

 
182
 


y la iglesia de Jesús
florecerá todo el tiempo.


   
 
183
 

María Madre de la Iglesia

(Jn 19,25-27)


La Madre de Jesús que es nuestra madre
fue llamada en el seno de la Iglesia
como madre de todos los creyentes
y de todos los hombres de la tierra
ella observa con celo indescriptible
la misión maternal que Dios le diera
para hacer que sus hijos prolongaran
y vivieran a Cristo en su carrera
orientando sus vidas hacia el cielo
desechando la sombra de su senda
y María incansable se hace guía
mediadora de Cristo y la maestra
que enseña a deletrear esa palabra
que el Señor nos dejara como herencia
y procura en su amor esa unidad
cual mandato que fue en la última cena
María es quien corrige nuestros yerros
y cobija a los hijos que se allegan
su poder es timón para los fieles
en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia


   
 
184
 

IX. VEN SE'OR JESÚS

ESCATOLOGÍA


Al final de los tiempos, Cristo vencedor de todos sus enemigos "entregará la realeza a Dios padre" (1Cor 15,24). Entonces esta realeza quedará plenamente adquirida para nuestro Señor y para su Cristo (Ap 11,15; 12,10), y los fieles recibirán "la herencia en el reino de Cristo y de Dios" (Ef 5,5). Así es como Dios, señor de todo, tomará plenamente posesión de su reinado (Ap 19,6). Los discípulos de Jesús serán llamados a compartir la gloria y el reinado (Ap 3,21), porque desde la tierra ha hecho Jesús de ellos "un reino de sacerdotes para su Dios y Padre" (Ap 1,6; 5,10; 1Pe 2,9; cf. Ex 19,6). (Léon-Dufour, 1996:767)


   
 
186
 

La Alianza de Dios con su pueblo


La Alianza que Dios pactó
es un don que Él nos regala
comenzó en el Paraíso
en la promesa anunciada
de enviar al Salvador
que cubriera nuestras almas
nadie pudo merecerla
es don gratuito que llama
a reconocer a Dios
como Padre que nos ama
y nos pide la obediencia
que es el amor que reclama
fue el Antiguo Testamento
el espacio en que esa Alianza
Dios la regaló en su amor
al pueblo que la aceptaba
y llegado el tiempo justo
plenitud de la esperanza
vino Jesús como autor
de nueva y eterna Alianza
donde Él mismo regaló
la redención y la gracia
que serán eternamente
por el hombre disfrutadas

 
187
 


aquél que es fiel en su vida
al regalo de esta gracia
gozará en la eternidad
las riquezas que depara


   
 
188
 

El pueblo elegido


Yahvé preparó el camino
para su Hijo engendrado
y eligió al pueblo judío
en un generoso pacto
Abraham en su obediencia
fue el padre de quienes vamos
recorriendo en la fe pura
el camino ya trazado
Moisés entregó a su pueblo
en las tablas el decálogo
y Elías debió clamar
cuando el pueblo hubo pecado
profetas y sacerdotes
con clara firmeza actuaron
y en medio de los litigios
hubo jueces que han tallado
reyes del pueblo y David
supremo jefe que ha dado
la unidad a todo el pueblo
lográndola con sus salmos
Salomón construyó el Templo
donde los hombres oraron
asumiendo junto al Arca
compromisos que pactaron

 
189
 


el anuncio del Mesías
era el sueño más cercano
y el bautista completó
ese tiempo en que llegaron
del antiguo testamento
las promesas a su estrado


   
 
190
 

Jesús el Redentor


Llegó el día tan deseado
y en Belén nació quien fuera
encarnado en una virgen
que fue su Madre y es Reina
y Jesús fue protegido
junto a José y su sapiencia
luego pasó mucho tiempo
en la profunda obediencia
a sus padres que cuidaron
en Nazaret esa estrella
finalmente llegó el tiempo
de anunciar esa realeza
que venía a inaugurar
con palabras y proezas
hasta que fuera la hora
de entregar con entereza
su vida al Padre en la cruz
y cambió nuestra existencia
redimiendo cada vida
con su muerte donde entrega
un precio de redención
que culmina con firmeza
en esa resurrección
donde vence con su diestra

 
191
 


al demonio y al pecado
y a la muerte con su fuerza

bendito sea Jesús
que nos regala su herencia


   
 
192
 

La Mujer Vestida de Sol

(Ap 12,1)


Apareció en el cielo un signo grande
una pura mujer que revestida
con los rayos de sol era brillante
y la luna a sus pies resplandecía
coronada también con doce estrellas
y estaba embarazada y dolorida
pues iba a dar a luz desde su seno.

y también otro signo se veía
un enorme dragón de color rojo
y allí mismo la enfrenta en su malicia
a la santa mujer que ya aguardaba
dispuesta para dar a luz deprisa
un varón que el dragón quiso matar
pues el niño venía a dar la vida
y reinar en los pueblos de la tierra
y allí fue defendido de la herida
y llevado hasta el trono de su Dios
la mujer fue corriendo y protegida
donde Dios la tendría resguardada
el dragón desterrado ya gemía
por la acción de Miguel y de su ejército
y no tuvo poder en su embestida
cuando intenta vencer a la mujer

 
193
 


y con ansias de muerte va en conquista
del resto de los hombres que padecen
pero en ellos venció el amor que ansía
exponer la existencia por amor


   
 
194
 

Ven Señor Jesús


El Señor ha redimido
a los hombres de esta tierra
y los lleva por la fe
a heredar la patria nueva
sólo debe restaurar
al hombre que en su flaqueza
tiene resabios del mal
que heredara de otra tierra
y viendo el Señor que el hombre
no se rige en la pureza
y camina enceguecido
por los ídolos que encuentra
luego de brindar amor
misericordia y pureza
Dios anuncia su justicia
castiga la prepotencia
y al pecador le reprocha
innumerables afrentas
el justo juicio aparece
con la voz de la sentencia
el hombre conocerá
de Dios el fuego que quema
Jesús llama a convertir
nuestras almas y sus penas

 
195
 


surgirá entonces la vida
renovada en esta tierra
por el amor que ha brindado
el nuevo rey que hoy gobierna
dando al justo la esperanza
y al malvado su sentencia


   
 
196
 

La tierra nueva


Purificada la tierra
por un fuego merecido
busca el hombre restaurarse
siguiendo claros designios
ha de vivir la templanza
que le exige el nuevo vino
del Señor que en esta alianza
nos ofrece repentino
nueva tierra y nuevo cielo
en el suelo que vivimos
pues el Señor será rey
del hombre en este destino
y el malvado en sus cadenas
no podrá con su apetito
destruir la imagen pura
que el Señor plasmó en sus hijos
vivirá cada mortal
libremente en ese aprisco
en las manos de aquel Padre
que lo restaura en su hijo
nueva tierra y nuevo cielo
es el suelo inmerecido
de los hombres que guardaron
el amor en sus gemidos

 
197
 


al Señor que da la vida
y anuncia inefables siglos


   
 
198
 

La eterna gloria


Ya reina en la eterna gloria
el Hijo resucitado
como señor de señores
rey de reyes que ha bajado
desde el cielo a conquistar
para el reino restaurado
a los hombres peregrinos
cobijados por el manto
de Jesús el nazareno
que vive glorificado
el cielo goza en su seno
el amor resucitado
cuando llegan tantos hijos
que su gloria han conquistado
el Padre goza al mirar
al hombre que se ha salvado
y Jesús lo abrazará
con la fuerza de sus manos
a quien quiso serle fiel
recorriendo su pasado
la santa Madre de Dios
recibe al hijo encontrado
y el cielo vive su gloria
con los ángeles y santos


   
 
199
 

La Hora de la Bruma


Vivimos en los surcos de la tierra
que intentan detener nuestra carrera
opacando la luz que dan sus rayos
y anidando la angustia en su aspereza
pues la bruma aparece como obstáculo
que impide recorrer nuestra pradera
y comienza a quitarnos la esperanza
de poder encontrar la nueva meta
pero Dios como padre que nos ama
y conoce el dolor que nos aqueja
enjuga con piedad nuestro lamento
hecho llanto con lágrimas que apenan
Él sabe que padece nuestra carne
y se van extinguiendo nuestras fuerzas
es allí donde surge aquel misterio
paradoja de Dios en cada senda
pues allí nos cobija con amor
y acaricia las almas y sus venas
nos une a su entrañable amor de Padre
y nos pide luchar en la paciencia
pues Él obra sublime artesanía
y modela a los hombres con sapiencia
y nos lleva a vivir en los altares
ahuyentando en la bruma toda piedra

 
200
 


los escollos que pisan nuestros pies
son peldaños anclados en la arena
e invitan a escalar el alto monte
aunque lluevan los vientos que me pesan
porque surge en la noche de mi vida
misteriosa la luz que me recrea


   
 
201
 

X. ORACI"N SACERDOTAL

El Testamento del Señor


San Juan no narra la institución de la Eucaristía, como lo hacen los otros tres evangelistas. En cambio, nos ha conservado el conmovedor relato del lavatorio de los pies a los discípulos, en el que nos da una lección de servicio fraternal, a imitación de Jesús, que "no vino para ser servido sino para servir" (Mt. 20. 28). Junto con ese gesto simbólico, el autor de este Evangelio nos ha transmitido el "testamento del Señor", contenido en su discurso de despedida y en su oración sacerdotal al Padre. Muchos temas se mezclan en ese "testamento" espiritual, pero entre todos se destaca la insistencia con que Jesús exhorta a sus discípulos a vivir íntimamente unidos, amándose como él los amó (Jn 13,34-35; 15,12-13. 17). Para no dejarlos "huérfanos", él les promete un "Abogado", que es el Espíritu de la verdad (Jn 14,16-17.26; 15,26; 16,7-15). Ese Espíritu dará testimonio de Jesús en el corazón de los creyentes, les ayudará a comprender sus enseñanzas y hará posible que se cumpla la súplica del Señor: "Padre, que todos sean uno, como nosotros somos uno" (Jn 17,21-22). (Levoratti y Trusso)


   
 
203
 

Oración de Jesús por sí mismo

(Jn 17,1-5)


Después de hablar así,
Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:
«Padre, ha llegado la hora:
glorifica a tu Hijo
para que el Hijo te glorifique a ti,
ya que le diste autoridad
sobre todos los hombres,
para que él diera Vida eterna
a todos los que tú les has dado.
Esta es la Vida eterna:
que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero,
y a tu Enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra,
llevando a cabo la obra que me encomendaste.
5 Ahora, Padre, glorifícame junto a ti,
con la gloria que yo tenía contigo
antes que el mundo existiera.


   
 
204
 

Oración de Jesús por sus discípulos

(Jn 17,6-19)


Manifesté tu Nombre
a los que separaste del mundo para confiármelos.
Eran tuyos y me los diste,
y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado
viene de ti,
porque les comuniqué las palabras
que tú me diste:
ellos han reconocido verdaderamente
que yo salí de ti,
y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos:
no ruego por el mundo,
sino por los que me diste,
porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo
y todo lo tuyo es mío,
y en ellos he sido glorificado.
Ya no estoy más en el mundo,
pero ellos están en él;
y yo vuelvo a ti.
Padre santo, cuida en tu Nombre
a aquellos que me diste,
para que sean uno, como nosotros.

 
205
 


Mientras estaba con ellos,
cuidaba en tu Nombre
a los que me diste;
yo los protegía y no se perdió
ninguno de ellos, excepto el que debía perderse,
para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti,
y digo esto estando en el mundo,
para que mi gozo sea el de ellos
y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra,
y el mundo los odió porque ellos
no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.
No te pido que los saques del mundo,
sino que los preserves del Maligno.
Ellos no son del mundo,
como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad:
tu palabra es verdad.
Así como tú me enviaste al mundo,
yo también los envío al mundo.
Por ellos me consagro,

 
206
 


para que también ellos
sean consagrados en la verdad.


   
 
207
 

Oración de Jesús por los que creen en él

(Jn 17,20-26)


No ruego solamente por ellos,
sino también por los que,
gracias a su palabra, creerán en mí.
Que todos sean uno: como tú, Padre,
estás en mí y yo en ti, que también ellos
sean uno en nosotros,
para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste,
para que sean uno,
como nosotros somos uno
-yo en ellos y tú en mí-
para que sean perfectamente uno
y el mundo conozca que tú me has enviado,
y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste
estén conmigo donde yo esté,
para que contemplen la gloria
que me has dado, porque ya me amabas
antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido,
pero yo te conocí, y ellos reconocieron
que tú me enviaste.
Les di a conocer tu Nombre,
y se lo seguiré dando a conocer,

 
208
 


para que el amor con que tú me amaste
esté en ellos,
y yo también esté en ellos».


   
 
209
 

Bibliografía

.


Levoratti, Armando y Trusso, Alfredo. (s/f). La Biblia. Libro del Pueblo de Dios. http://www.vatican.va/archive/ESL0506/_INDEX.HTM.

Léon-Dufour, Xavier. (1996). Vocabulario de teología Bíblica. Barcelona: Herder


   
 
211
 

.














Yo estaré con ustedes
hasta el fin de los tiempos


Mt 28,20


   
 
212