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El tesoro encontrado


Descubriendo el tesoro que enterrado
ansiaba que su dueño lo obtuviera
yo vendí las riquezas donde viera
en equívoco don el bien preciado


en intenso ademán he desechado
los bienes que la tierra prometiera
por comprar aquel campo que tuviera
el tesoro por tantos ignorado


no pude descubrir en un instante
la belleza del don y padecía
el dolor en renuncia semejante


y advirtiendo el diamante que surgía
con vehemente pasión en adelante
adquirí la riqueza que ofrecía


   
 
1
 

Por Él todo fue hecho


El Padre al unigénito ha gestado
y le pide engendrar en nuestro suelo
hijos que en el amor y en el desvelo
inauguren su reino restaurado


el Hijo al dar la vida se ha mostrado
cual matriz que da origen por su celo
la vida del rebaño y su consuelo
como madre que abriga lo gestado


el Padre que a su Verbo da la vida
encomienda a su Hijo la figura
que nace de la cruz y de su herida


y la Madre de Cristo en su ternura
el signo inaugural en donde anida
el rostro del que es Padre y su estatura


   
 
2
 

Fecundo manantial


Fecundo manantial que me alimentas
con las aguas que fluyen de tu seno
yo corro confortado en el estreno
de escenario que vives y apacientas


prometiendo sanar horas sedientas
que buscan encontrar tu rostro ameno
navegar en tus aguas que sin freno
pudieron cobijar pisadas lentas


el agua que amanece en mi camino
es oro que descubre algún minero
cuando busca la veta en su destino


el agua que le sirve al peregrino
es rica cual manjar que da al obrero
el placer de vivir su propio trino


   
 
3
 

El agua de la fuente


El agua que alimenta en clara fuente
es vida que recojo cada día
me recuerda dolores en que ardía
mi pobre corazón convaleciente


y al contacto del agua complaciente
que sana y purifica al que sufría
he gozado la paz que pretendía
encontrar en laguna sin vertiente


la pureza del agua me genera
deseos que transforman mi existencia
en agudo cristal que me asevera


mostrarme con humana transparencia
brindar a mis hermanos la certera
esperanza del triunfo en la inocencia


   
 
4
 

El tiempo en el correr


El tiempo en el correr de cada día
es la senda emplazada en sus mojones
es gracia con que ensaya sus renglones
el hombre que al crecer su senda lía


el tiempo sólo tiene luz que envía
el autor de su fuente y sus mansiones
que cobija mi ser y da nociones
del eterno vivir que siempre ansía


por el tiempo llegamos a lo eterno
que sin días ni horas se percibe
como amable calor en duro invierno


será gloria aquel hoy que el hombre exhibe
en el tiempo sin tiempo que es eterno
y en la luz de aquel sol que nos recibe


   
 
5
 

El sol


Aquel sol que ilumina en su vertiente
prodiga su riqueza mientras callo
contemplo su caricia que en el tallo
a los árboles nutre de su fuente


aquel sol cuya luz fuera naciente
recorre este planeta en su serrallo
por lograr que germine lo que acallo
en márgenes que miran al poniente


fuego que nos alumbra y alimenta
su calor y su luz que fue encendida
hoy la tierra recoge polvorienta


su órbita se sabe requerida
descubre sinsabores pero alienta
a quien sigue su senda enriquecida


   
 
6
 

Contemplación del universo


La belleza ancestral del firmamento
en destellos de mundos engarzada
me inunda en transparencia aprisionada
con la noche que vive su portento


ambiciono esa luz que en un momento
es capaz de estallar emocionada
en la íntima sed de mi posada
que se nutre del sol y su alimento



refulgente belleza en noche oscura
nos invita a encontrar aquel secreto
que advierte la verdad y la asegura


yo no puedo lograr en este reto
que la esencia de un dios y su figura
se resuelva en los versos de un soneto


   
 
7
 

Canto a la creación


Cantaré tu belleza creatura
que emerges como gotas de la fuente
cantaré tu belleza que silente
apacienta la vida en tu hermosura


cantaré tus colores tu figura
plantados en el pie de la vertiente
gozaré de tu paz que complaciente
convierte tu bondad en agua pura


cantaré sin cesar la vida entera
descubriendo en tu cálida fineza
al autor de tu viva primavera


me regalas amor en tu pureza
me convocas a orar cuando me espera
la brisa y el rumor de tu grandeza


   
 
8
 

Eres colmena elaborando pura


Eres colmena elaborando pura
la miel que nutre tu panal sediento
abejas liban el manjar que lento
da vida al hombre que su pan procura


las flores aman y en su piel madura
entregan mieses con mirar atento
al colmenar que elaborando siento
la miel que nutre la jalea pura


flores del campo que en humilde casa
dan la bebida que ferviente anhela
sencilla abeja que en su cerco amasa


el fruto dulce de color canela
el alimento que en su afán rebasa
la vida pobre que su tiempo anhela


   
 
9
 

El hornero


Labranza de su amor la del hornero
el pájaro del campo que apetece
construir con su pico que florece
el nido en que verá su propio alero


la imagen laboriosa del hornero
provoca admiración cuando se mece
con su canto en la rama que aparece
deseando sosegar su cuerpo entero


hornerito que encierras en tu boca
el secreto del arte que has creado
y edificas la casa sobre roca


o en el árbol más fuerte que ha brindado
su base a quien buscara que en su copa
flameara aquel hogar que ha diseñado


   
 
10
 

Vuelan calandrias


Vuelan calandrias que en el bello trino
nubes disipan en su voz canora
despliegan alas cuyo viento aflora
y ha de elevarlas hasta el monte alpino


nieves alcanzan y a beber camino
se precipitan cuando en propia flora
no encuentran agua que su sed añora
y logran puerto que encontró el destino


aves del cielo que nadando entregan
apetecibles los acordes puros
que buscan musas cuando allí navegan


valles agrestes y también oscuros
arpegios brindan cuando allí se allegan
aves que encuentran manantial maduro


   
 
11
 

Las abejas


Laboriosas abejas van libando
en cristales de flor enriquecida
su polen apresura la comida
a la obrera que vuela contemplando


las copas del panal se van llenando
con la miel que apetece a quien convida
la reina que en la mesa ya escogida
jubilosa se entrega alimentando


servicial y fecunda hermana abeja
se resuelve su voz, clave ignorada
en hercúlea tarea que asemeja


al mortal que en parábola soñada
ignorado se acerca a quien se aleja
y lo lleva a la tierra esperanzada


   
 
12
 

Las nubes


Nubes blancas que diáfanas despliegan
sus alas proyectadas hasta el cielo
volando en aquel viento cuyo anhelo
describe la pureza en que navegan


nubes blancas también que se repliegan
y dejando su andar corren el velo
bañando con el agua de su celo
las siembras que en cosecha se despliegan


su silueta nos lleva hasta la altura
abrevando en el sol que en sus fulgores
invita a renacer en mi estatura


pues descubro que el cielo y sus albores
en las nubes señala su hermosura
y en la tierra bendice mis labores


   
 
13
 

La rosa y las espinas


En pétalos escribe cada rosa
su vida en una planta con espinas
no podría esta flor sin las espinas
cultivar la belleza de la rosa


en la vida el mortal como la rosa
va labrando caminos entre espinas
y afrontando tal senda y sus espinas
puede al fin cosechar su bella rosa


fatigado el sendero por espinas
se desliza sufriendo por la rosa
que no puede vivir sin las espinas


solamente la rosa porque es rosa
es capaz de mezclarse en las espinas
y entregar el perfume de su rosa


   
 
14
 

Junto al río


Brisas que corren a la par del río
sombras que ofrecen el cobijo puro
al sol ardiente que en el valle oscuro
sus rayos hablan con calor de estío


preciosa tarde placidez que ansío
en este sitio al que horizonte auguro
honda vertiente la que yo procuro
beber sin pausa como canta el río


hora serena la del agua mansa
que en propio lecho su caudal recita
y anuncia tiempos de fabril mudanza


hoy me recreo porque en tu visita
encuentro claro palpitar que avanza
buscando puerto que me diera cita


   
 
15
 

Gloriosa primavera


Gloriosa primavera que apareces
en medio de la noche tan oscura
la sombra no te impide en su bravura
nacer entre los prados que tú ofreces


gloriosa primavera que amaneces
en la vida del hombre que apresura
su destino de humilde criatura
en la senda de vida en que te meces


primavera es anuncio de ilusiones
de esperanza que triunfa en el camino
del mortal que cobija sus razones


las luces y las flores en su trino
descansan descubriendo que sus dones
alegran mi sendero y mi destino


   
 
16
 

El ruiseñor


Canción del ruiseñor en mi sendero
solemne aquella música vivida
alegra el caminar de quien convida
el vergel que recibe al forastero


cual trino que vibrando con esmero
se introduce en el alma renacida
anunciando la hora preferida
el mensaje en las voces de su alero


en el pecho del hombre que en su llanto
se cobija en la paz que fue encontrada
con las luces melódicas del canto


bullicioso el ardor de su tonada
encierra en el misterio de su encanto
la espléndida visión de la alborada


   
 
17
 

El llanto


El llanto aquel espejo acongojado
del alma que padece su angostura
la tormenta que vive la fisura
del tiempo que en su luz fue quebrantado


el llanto como bálsamo ha dejado
traducir el dolor que lo tritura
y aguarda aquel panal que en la espesura
dulcifique el rigor que ha traspasado


el Señor que por Lázaro ha gemido
descansa en ese llanto humanizado
por fuerza del amor que lo ha transido


mi llanto es el clamor esperanzado
en aquél que en mis tiempos ha querido
producir un amor resucitado


   
 
18
 

Descanso


Descanso que ilumina la jornada
paréntesis del tiempo en la carrera
que el hombre necesita cuando espera
reparar su cansancio en la posada


el tiempo de los ojos llamarada
nutriendo la esperanza que acelera
revivir en su hora la postrera
fortaleza que sufre desgastada


el espacio del sueño es el futuro
el fecundo vergel donde revive
y promete aliviar el tiempo duro


el descanso buscado en el aljibe
intenta recrear el valle oscuro
ahogando los temores que percibe


   
 
19
 

Densa oscuridad


Cuán densa oscuridad la del mendigo
que me encierra en su fuerte encrucijada
por mostrarme las llagas con que nada
a despecho del viento y sin abrigo


yo siento en su envoltorio que es testigo
del misterio del hombre y de su nada
que sólo puede verse restaurada
en la fuerza de amor que yo persigo


soledad y penumbra lo rodea
se conoce sin mérito y sin techo
no reclama en su bien ningún derecho


intentando obtener justo provecho
por el hambre y dolor que lo ajetrea
en humilde expresión su voz golpea


   
 
20
 

Contemplando montes


Casto sendero musical profundo
monte enclavado junto al lago vivo
azul de cielo que presenta activo
rosales blancos donde yo me fundo


jazmines labran en sonar profundo
cantares bellos en fogón que avivo
fruto silvestre que no siendo esquivo
ofrece espigas que feliz difundo


finos pinares y también cipreses
lagos del monte y hontanar en llamas
riegan tu espacio cuando tú floreces


monte que surges y en tus voces llamas
cobijo manso sugiriendo a veces
brindar respuestas que en tu voz proclamas


   
 
21
 

Conquisto la belleza


Conquisto con mis ojos la belleza
que emerge de la débil creatura
porque imagen de Dios es su figura
y él da luz al que llora en su pobreza


con la fuerza del cielo la destreza
de los hombres adquiere con premura
rapidez en la marcha que segura
al final borrará toda tristeza


el poder del Señor que aquí me anima
transforma nuestra vida desterrada
en mística existencia que germina


en encuentros de amor en la jornada
impaciente sendero que me arrima
a la luz que me ofrece su alborada


   
 
22
 

Clavel del aire


Clavel del aire jugueteando cantas
hondas raíces en balcón de cardo
oteando brisas que en su voz de nardo
aroma espacios que en tu luz decantas


flores pendientes las que tú trasplantas
dando fragancias que intrigado aguardo
y mientras vibras sin feliz resguardo
anuncias vida germinando en plantas


flores del aire musitar de vida
colores puros en racimo ofreces
total belleza que a gozar convida


el cielo vibra cuando tú floreces
el hombre canta cuando ve crecida
tu flor amiga que en el aire meces


   
 
23
 

Canto silvestre


Canto silvestre madrigal florido
luces de viento pedregal rocoso
nacen las mieses y en sutil reboso
muere el otoño que engendró dormido


el agua llora su caudal vertido
pero recobra su vital reposo
porque sus gotas manantial añoso
engendran vida juvenil sonido


la tierra el germen y el calor de estío
la lluvia pura generosa enciende
copiosas flores y simiente en brío


el hombre espera y en paciencia entiende
la voz de invierno que es la voz del frío
y el trigo puro que a su pan atiende


   
 
24
 

Hondo perfume


Hondo perfume del jardín percibo
en el espacio que feliz regala
el tiempo en horas que mi vida exhala
y acariciando sus minutos vivo


en este tiempo trajinar concibo
de luz muy viva que en la sombra cala
y pulsa al hombre cuya vida avala
luces y sombras en sendero vivo


tiempo que ofreces en andar sinuoso
gratas noticias perfumadas rosas
o días grises en el campo añoso


eres cual puerto cuya luz esbozas
al que te busca brindarás reposo
y al que te encuentra la pasión que gozas


   
 
25
 

Los ríos van a la mar


Nacidos en heridas de la tierra
con vertientes envueltas en la roca
surgen ríos que entonan con su boca
sonoro recorrido que se aferra


al cauce virginal que los encierra
en la falda que el río no sofoca
y permiten al agua que lo toca
rechazar la aridez que se destierra


los ríos alimentan mi pradera
continúan su curso aventurado
y arriban hasta el mar que los espera


el pequeño caudal con que ha regado
en esta dimensión ya sin frontera
se introduce en la voz del mar salado


   
 
26
 

El sueño


Sueño las maravillas que procuro
alcanzar en mi frágil cementera
no me canso de oír en larga espera
abanicos de un tiempo ya maduro


descanso cuando sueño mi futuro
en horas que fascinan mi pradera
y busco aquel vergel que en primavera
renace en mi existencia prematuro


el sueño de la vida me conduce
a gozar de orgullosos manantiales
esperanza y amor que se traduce


en frutos que me guardan los trigales
en conquista de paz a que me induce
y en la cima que alberga mis umbrales


   
 
27
 

El ventisquero


Glorioso ventisquero que has bebido
el agua de la nieve cristalina
tú emerges ante el ojo y su retina
contemplando su andar en tu estallido


tu porte me genera con su ruido
rumores del recuerdo que imagina
encontrar lo que el alma no adivina
en tu rostro fulgor amanecido


gigante de la tierra ventisquero
las aguas te circundan con su aroma
y dan cauce a la nieve de tu estero


nos rebasan tus voces cuando asoma
en jornadas de sol en tu velero
donde aguarda posar una paloma


   
 
28
 

Eterna realidad


Eterna realidad la que me espera
gloriosa eternidad la que imagino
donde el aura de Dios amor divino
brillará ante mis ojos placentera


gloriosa eternidad que me asevera
plenitud de riqueza en aquel vino
de los ojos de Dios que yo adivino
me darán la perpetua primavera


sólo Dios colmará todo mi cielo
cubrirá en su bondad mi amor desnudo
al mostrar que en su casa ya no hay velo


cara a cara por fin quedaré mudo
y mi canto será cumplido anhelo
de vivencia esponsal donde me anudo


   
 
29
 

El tesoro escondido I


Señor que te escondiste
en oscuros y espesos matorrales
allí te revestiste
bañado en sus canales
transformando las matas en frutales


tu rostro cristalino
emerge del selvático paisaje
presente lo adivino
después de largo viaje
y tu gracia desborda mi equipaje


sendero providente
dibujas cual artista que rendido
perfuma aquella fuente
del agua que en olvido
registra el sembrador cuando ha llovido


tu amor siempre aparece
en raíces del tiempo y los cimientos
allí rejuvenece

 
30
 


y en medio de los vientos
es fuerza que cobija los sarmientos




Señor tu luz preciosa
como chispa atraviesa mi plegaria
que pobre y silenciosa
en hora solitaria
se convierte en gozosa lucernaria


tú surges en la vida
del abismo que llora oscuridades
es tuya esa bebida
buscada en soledades
que logra reanimarse en tus bondades


tu Verbo aquel tesoro
ofrecido en el rostro del invierno
señala mientras oro

 
31
 


que das el fruto tierno
alejando las sombras del invierno


oh Dios divina fuente
que culminas la obra ya creada
te das al persistente
al alma recreada
que goza tu canción embelesada




tu cielo ya en la tierra
proclama tu bondad que es inefable
al hijo que destierra
camino desechable
y ansía descubrir tu rostro amable


   
 
32
 

El tesoro escondido II


El tesoro escondido
refulgente en la tierra y resguardado
ofrece el contenido
en suelo abroquelado
aguardando los ojos que han mirado


inmensa su riqueza
emerge en luz radiante su tez pura
contiene la belleza
que surge prematura
en mirada que capta su estatura


benditas decisiones
de alejar espejismos de la tierra
que ofrecen ilusiones
y a quien se les aferra
divide el corazón inútil guerra


oh tesoro divino
te escondes ante el hombre que pasea
tu cuerpo yo imagino

 
33
 


aguarda que lo vea
quien camina buceando y zigzaguea




tu bien incomparable
invita a conquistar tu piel madura
espacio impostergable
beber de tu envoltura
adquiriendo tu luz y tu figura


quien busca la belleza
la encuentra en ese faro rutilante
y adquiere la destreza
de ver en un instante
en la tierra destellos de diamante


feliz el hombre santo
que se deja ganar por el tesoro
y busca sin quebranto

 
34
 


la senda de aquel oro
y vive aquella faz de su tesoro


son simples apariencias
las riquezas del mundo avaricioso
producen indigencia
que el sabio presuroso
convierte en faro adusto y venturoso




quien vive la sorpresa
de joyas escondidas se asegura
renuncia a su aspereza
se envuelve en la espesura
y conquista la perla que procura


tú solo Dios viviente
que entregas la belleza de tu oro
ofreces inocente

 
35
 


en cuna o cruz que adoro
tu inefable metal, vivo tesoro!


   
 
36