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Estas plegarias...


Del cúmulo no poco voluminoso de los poemas del P. Carlos, surgen estas plegarias, y conforman una suerte de estallido del alma sedienta de verdad y de paz.
Continúo siendo un lector que, en pobreza, acompaña esta manifestación de Dios, a través del sacerdote que tiene algo que decir, algo muy propio, y lo expresa de manera luminosa.
Ha sido en medio de esta labor, cuando de pronto comprendí que me hallaba rezando de un modo que me trascendía, y entendí que había que dar a luz este libro.
En él yace la más pura espera... el transido dolor por las falencias, la inmensa confianza en quien es dador de todo bien y de toda salvación. De él se desprende la búsqueda y el seguimiento del sendero que lleva a la morada del Padre, privilegiada figura de esta lírica.
La fuerza arrolladora de los versos, sólo puede ser comparada a la de los torrentes. Pero también el impulso de las águilas que

 
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tienden a la más alta cima.
Así, el cotidiano peregrinar del hijo frágil, que necesita de la mano de ese Padre, se nutre y se posiciona en un avance donde la fatiga convive con la más fresca alegría.
Aquí están las plegarias. Y aquí estamos nosotros para dejarnos transportar por ellas... Tengamos la certeza de que han de conducirnos hacia la rosa que no tiene fin.


Ana María Rodríguez Francia
Santuario de Nuestra Señora del Rosario

   
 
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Señor, que me elegiste


Señor que me elegiste
por inmensa bondad en tus designios
me diste tu amistad
en raudales de gracia que yo vivo
te entregaste a morir
en madero que en sangre fue teñido
por el pueblo que ciego
rechazó tu mensaje y su destino

Señor que me elegiste
para ser jornalero de tu siembra
acunando el misterio
y viviendo el camino de tu cena
repartiendo mi cuerpo
maduro en el amor que tú me entregas
proclamando verdades
que lucen como brillan tus estrellas

Señor que me llamaste
a seguir el camino de tus pasos
relegando la mesa
que no lleva a vivir en tus espacios
invitando a crecer
con atenta visión en ti postrado

 
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adorando mis horas
donde buscas hacerme tu operario




invitando a vivir
en la casa del Padre que me ha dado
una misión de amor
que en viva redención me ha restaurado


   
 
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Navego en tu misterio


Yo navego Señor en tus mareas
sin saber sus riberas ni su hondura
en mi frágil canoa voy soñando
encontrar los secretos que dibujas
soy llevado por vientos de victoria
y ansío recalar en tu estatura
no puedo con mis remos abarcarte
ni sé de las tormentas que apresuran
me ilumina en la senda que percibo
la certeza del puerto que me augura
paladear la bondad en que revistes
mi plácida existencia en tu ternura
yo navego Señor en tu misterio
en su luz y en la noche que fulgura
nutriéndome en el cántaro que llena
por tu inmensa piedad el agua pura
yo navego Señor en tu misterio
y me basta saber que tú procuras
encender mi pasión por encontrarte
en medio de la mar y su espesura
yo sé bien que conoces mi destino
y proteges mi tiempo en su factura
conozco la belleza que reservas
a quien llama tu rostro en plena bruma

 
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y descanso en la paz de ese misterio





pues traspasa en su seno tu figura
el calor de tu braza me alimenta
y tu voz la palabra que me escucha


   
 
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Gracias Señor


Gracias mi Dios por tu misterio
por tu poder y tu hermosura
porque la gloria que me entregas
no admite miedos en la duda
gracias Señor por tu amor vivo
que entre las noches nos alumbra
por tu verdad y por tu vida
que desafían lo que aúlla
gracias te doy por las estrellas
y aquella luz con que fulguran
por el océano que inmenso
tu infinitud siempre dibuja
gracias Señor porque me brindas
esa palabra que profunda
sabia respuesta me regala
en los espacios que me abruman
veo tu gloria sin fronteras
donde me entregas tu ternura
sé del calor que da tu rostro
aunque esté envuelto en tu espesura
siento el dolor en que sufriste
con tanto amor por la creatura
y en el destello de tus obras
puede mirar mi fe madura

 
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sólo alabarte y bendecirte
es la tarea que me apura


reconocerte sin fronteras
para llegar a las alturas
mi pequeñez vive tu gloria
cuando descubre tu estatura
y mi orfandad está de fiesta
porque ha encontrado tu figura
aquellas fauces de la muerte
ya no amedrentan con su furia
la senda cruel que me amenaza
desaparece con su argucia

yo te bendigo Padre bueno
ya en los albores de mi cuna
quiero morir en tu sosiego
porque en tu amor no hay desventura
en aquel hijo que descalzo
supo beber en tu frescura
sólo camino para darte
aquella gloria que tú escuchas

 
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en el follaje de los bosques
y en la canción del alma pura
ya sin palabras y en silencio
debo callar en la escritura
y comprender que sólo puedo
arrodillarme en tu lectura

adoración pide tu gloria
adoración canta mi pluma


   
 
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La gracia me recrea


Madre de Dios madre del hombre
yo te consagro mi existencia
voy a la vera del camino
ensimismado en tu pureza
soy aquel hijo de la cruz
que tú heredaste en tu simpleza
el que proclama que eres Madre
y te suplica en su dolencia
el que te entrega sus anhelos
los que abrigaste en tu fineza
el que reclama de tu vida
la gracia inmensa que recrea
el manto azul con que nos cubres
y la sonrisa que me allegas
yo te doy gracias en mi viaje
cuando descubro tu grandeza
y sé que buscas mi sendero
para brindarle aquella fuerza
que me dispone en desconsuelo
a combatir lazos de piedra
es el amor que me regalas
mientras camino esta ribera
para dar luz a mis sandalias
y enderezar suecos que yerran

 
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quiero gozar en tu misterio





y recoger aquella siembra
que de virtudes y de gracia
busca llenar mi primavera
yo te saludo Virgen Madre
preludio y fin de mi pobreza
aquel jardín que aroma el verso
y aquella rosa que destella


   
 
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Quiero abrevar en el Espíritu


Quiero abrevar en el Espíritu
que me inundara con bondad entre sus dones
quiero gozar de su presencia
ensimismada entre palabras y emociones
quiero morar en su misterio
como él prefiere corretear en mis albores
quiero ser surco que amasado
por ese hálito transforme mis canciones
soy el sagrario misterioso
donde él prefiere aquel albergue que propone
encaminarme en el silencio
para escuchar aquel sonar que se dispone
eres el fuego majestuoso
amor creciente que acaricia los dolores
ardor de intensa mansedumbre
que me florece cuando escucho sus cantores
yo sé que muere la nostalgia
cuando el Espíritu cobija mis temores
y sé que clama hacia mi Padre
cuando él enseña en mi interior sus oraciones
sueño en el vértigo del alma
aleccionado por la voz de sus clamores
vivo en la paz que me regala
cuando desciende a deletrear sus intenciones

 
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sopla el Espíritu cual viento
cuya potencia no conoce alrededores




vivo llamando ante su puerta
donde me aguardan con piedad aquellos dones
tiene la pródiga respuesta
la que transforma oscuridad en arreboles
canto al Señor agradecido
por aquel hálito de amor que me conoce
hoy se me entrega en su elocuencia
y me conduce a caminar en sus jalones

...

Oh Santo Espíritu que clamas
por el amor que en tus incendios recreaste
en tu divina trascendencia
eres el sol que se desgarra en su velamen
tu fuego vivo no se apaga
y me ha fundido en el amor que me dejaste

 
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tu cima clara ya amanece
aunque el oído que la escucha no lo capte
tu voz magnífica procura
ser la vertiente de mis pasos que se abren
a cultivar inspiraciones
que sólo puede comprender el que te exalte
canto las glorias de tu seno
entrelazado en el misterio que se expande
vivo el clamor con que me buscas




y soy respuesta que pretende contemplarte
eres el faro que impensable
das esa luz que es de tu amor inseparable
alientas tiempos que sombríos
viven tu tiempo que es piedad para que labre
la santidad que tú me enciendes
con esa hoguera que ilumina cuando arde
eres la flor de primavera
que en su fragancia se prodiga hasta la tarde
como el capullo generoso

 
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que tanto brilla en el calor del propio valle
o como el monte indestructible
que es coronado por la cima aunque no hable


   
 
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Rosa que vistes mi jardín


Rosa que vistes mi jardín poeta
con tus aromas que bebiendo exhalas
graciosa imagen de la voz que vive
dando a los hombres sin igual fragancia
rosa que pura tu vergel adornas
lluvia de pétalos, albor del alma
flor de mi tiempo que nació pimpollo
y hoy eres grande con tu voz gemada
rosa divina que en la primavera
germinas vida musical portada
que riega el aire musitando arpegios
y luces brillo que al nacer estalla
yo te contemplo de hermosura esbelta
y me subyuga tu color que sangra
vertiente clara de licor que sabe
a miel de néctar que fue roja y blanca
cálida y suave tu delicia expresa
y doy mis gracias a tu tierna rama


   
 
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Te agradezco Señor


Yo te doy gracias mi Señor
porque escuchaste mi plegaria
voz de clamores en la noche
y palpitar de mi alabanza
búsqueda viva de tu encuentro
y renacer en pura gracia
yo sé mis tiempos de silencio
y pernoctar en tu palabra
he visto el faro de tus ojos
y tu sendero no me cansa
sé del amor que en su destello
entre las mieses tú derramas
oigo la música en sus ecos
que entre los cielos me descansa
vuelco el rumor de tu sonido
cuando alguien llora tu nostalgia
eres el agua en manantiales
que riega campos que tú labras
viven los hombres tu misterio
cuando seduces con tu llama
no sé escucharte en tu silencio
pero yo sé que tú me hablas
quiero mirar ese tu rostro
que tú me enseñas cuando estalla

 
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la multitud de tus bondades





y el renacer de la esperanza
tú no conoces imposibles
y al corazón eso le basta
eres la senda sin fronteras
y aquel frutal que da la zafra
la blanca luz del ventisquero
y aquella rosa en su fragancia
amanecer que se prodiga
entre las olas de mi barca
y atardecer que muere el tiempo
cuando su día se desgrana
eres el sol de primavera
y en la tormenta la bonanza
eres el techo que me cubre
de fría nieve en la mañana
eres el Dios que da la vida
y eres la vida que me embarga


   
 
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Te agradezco mi Señor


Gracias Padre Señor que das la vida
tu divina presencia es mi descanso
gracias Padre que en horas de mi tiempo
me regalas tu amor en cada trazo
yo busco caminar en tu mirada
recreo mi sendero en pie descalzo
te encuentro en el crepúsculo que anuncia
el rumor de las voces del ocaso
tú vienes a encontrar fruto maduro
cosechando en el monte y su embarazo
yo sé de la pobreza de mi siembra
y también del frutal que ha generado
entre vientos y lluvias torrenciales
y en granizo que inquieta con su látigo
en sequías dolientes que se esmeran
inhibiendo los brotes de mi campo
pero el sol y el rocío de los cielos
protegen sembradíos con su manto
y entre nubes que entregan lluvia mansa
tú ves el crecimiento que consagro
a tus ojos que miran más adentro
descubriendo en la fuerza del ensayo
la alegría del sueño amanecido
o el dolor de semillas que han negado

 
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los racimos que un día imaginara





o las mieses que en surcos han quedado
te agradezco el auxilio silencioso
que obraste con el agua de tus manos
el brocal donde siempre contemplaste
la sed de la simiente que he sembrado


   
 
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Reconozco Señor


Reconozco Señor que yo soy pobre
y soy rico en la cuna donde lavas
las heridas de ayer que están impresas
en tu herida que nace de una lanza
tu pasión y tu amor el mismo gesto
con que triunfas airoso en la batalla
que labraste por darme eterna gloria
y en la tierra el manjar de tu posada
yo te canto Señor entre tus dones
queriendo a cada instante darte gracias
porque ofreces calor hasta el extremo
y refrenas el fuego que me inflama
yo no puedo Señor en ésta hora
esmaltar de colores la fachada
de la eterna mansión que está dispuesta
a guardar la pobreza que hoy me ampara
me abandono en tus manos providentes
te consagro mi ser que en esta playa
reconoce el oleaje del océano
y navego en el agua de tus plantas


   
 
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Oh Señor que me enciendes


Oh Señor que me enciendes en tu fragua
cincelando mi aliento en voces rojas
transformando mi andar que se despierta
y te busca en la gota de una rosa
tú procuras vivir en mis espacios
y me ofreces tu amor donde me entroncas
encarnando en mis ojos tu mirada
y bebiendo en el vino de mi copa
en humilde portal me has recibido
y en madero de amor no abres tu boca
en tu triunfo glorioso me guardaste
y reservas la música en tu gloria
yo sé bien que tú buscas al herido
y al que llora lo vistes con tu ropa
eres pura bondad amanecida
en cristales que emergen de tu aurora
eres bello jardín que perfumado
dialogas con las flores que reposan
enlazando su vida entre tus manos
y anudando fragancia entre sus coplas
tu Verbo que en el diálogo se expresa
ahuyenta de mi casa toda sombra
tu Espíritu que engendra en el silencio
me instruye en la verdad que me desposa


   
 
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Alabanzas


Canto mis alabanzas a tu gloria
vivo la sinfonía de tu gracia
conozco la belleza de tu rostro
desbordante de brisas que descansan
sé de la eternidad de tus consuelos
experimento tu vital mirada
conozco que tu oído está despierto
a escuchar mi oración cuando te llama
sé de tu amor profundo que inefable
no sé medir con pasos que no alcanzan
pero vivo su tiempo en mis espacios
que enriquece el amor que está en mi llama
tú guardas en tu herida del costado
alegrías y llantos que se ensamblan
y transformas en gloria los momentos
transidos a la luz de tu mirada
me buscas en la bruma del silencio
requieres que te encuentre en voz pausada
recitando salmodias que pronuncien
conciertos que redimen mi añoranza
camino en la plegaria que te invoca
descanso en el sitial de la explanada
admiro aquel poder que está en tus brazos
y contemplo la perla de tu estampa


   
 
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Eres el Don


Eres el Don en siete dones
y tu riqueza nos revelas
eres el nexo entre los hombres
y en comunión de vida sueñas
repartes gracias y carismas
para que el cuerpo siempre crezca
a todo el cuerpo das tu vida
y a cada miembro lo alimentas
eres el fuego que transforma
y que las sombras las destierra
eres ardor del alma pura
que renaciendo en ti se alberga
soy la morada de tu vida
divino huésped que me enseñas
tú nos invitas con mociones
a revivir en tu clemencia
tú que disciernes la palabra
eres la luz que la presenta
en comunión tú nos quisiste
y por su vida te desvelas
oh Santo Espíritu que adoro
dame ascender en dura cuesta
hasta la gloria que es tu gloria
desde la gracia que me entregas


   
 
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Tu presencia inefable


Yo no veo Señor en dura senda
la huella que dejaste prometida
intento caminar en la espesura
y la noche en su ocaso se avecina
yo no quiero morir sin ver destellos
que lucen en el tiempo que me abriga
sé que tú los escondes en silencio
porque aprenda a soñarte más arriba
donde moras sin sombra en los portales
irradiando tu gloria inmerecida
para el hombre que sabe de tu amor
y palpita en la gracia tu venida
tú Señor no te alejas de tu hijo
tu vida es el vergel que está en mi vida
y aunque oscura la noche te ha escondido
te revelas vibrando en cada brisa
arropando su amor por indulgente
mostrándole en la fe la luz perdida
lo cubres con en el manto del pastor
que lo lleva en sus hombros a la orilla
donde puede encontrarse con hermanos
que han formado en tu hogar una familia


   
 
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Yo bien sé mi Señor


Yo bien sé mi Señor que estás despierto
aunque duermes en frágil navecilla
yo creo sin dudar en tu misterio
en tu amor y en tu fuerza repentina
conozco las señales de tu rostro
y contemplo las voces que me inspiras
yo no sé traducir ese lenguaje
con que alivia tu Verbo mi fatiga
pero sé que me inflama tu amor puro
que es la lengua jamás desconocida
es palabra que brilla porque arde
en el pecho en que late sumergida
tu amor es la palabra que balbuces
en tu inmensa piedad cuando vacila
el andar de mis pies en la tormenta
donde alumbra mi ser tu epifanía


   
 
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Sediento de tu paso


Sediento de tu paso
aguardo en el portal de tu camino
yo sé que tu palabra
se proclama en la paz y en laberintos
yo sé que por tu gracia
puedo ver y asumir lo que percibo
tú vives en mi seno
yo vivo en tu verdad y no vacilo
no sé de mis penumbras
ni conozco jazmines en el trigo
no puedo responder
en tanto interrogante sumergido
me entrego en la confianza
eres tú mi confianza en el gemido
la piedad indulgente
y el amor que resuelve lo perdido
yo sólo sé confiar
y quisiera confiar al infinito
cuando todo es oscuro
eres tú la señal donde respiro
el bastión de mi vida
la morada de paz donde me abrigo


   
 
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Tú Señor, que conoces mi flaqueza


Tú Señor que conoces mi flaqueza
mis dudas mis temores y mi llanto
que moras en lo íntimo del alma
que no atina a gozar sin tu regazo
tú que clamas amor en mi hornacina
y encuentras lentitud entre mis pasos
tú que entregas mi vida por tu vida
y recoges deseos que no alcanzo
tú me ofreces albergue en tus mansiones
cuando quiero evadirme de tus brazos
me conoces mi Dios porque harapiento
he gemido buscando hacer los trazos
que intentaran oír aquella música
que sólo he de encontrar en tus espacios
cuánta noche Señor he padecido
naufragando en los remos de mi barco
cuánta luz derramada en el trayecto
que intentara encontrar otro descanso
cuánto amor me prodigas en tu casa
que no supe apreciar en mi letargo
hoy descubro mi Dios esa vertiente
que conduce al misterio de tu abrazo
hoy aguardo tu ley que mensajera
me aguarda en tu jardín cuando yo paso

 
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y me llena de paz tu rostro vivo
que grabaste con fuerza en cada ocaso




yo te canto Señor mis gratitudes
por tu ser tus regalos tus pisadas
porque sabes que en barro fui formado
y cuidas la vasija de mi nada


   
 
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Con la fuerza del agua


Yo creo mi Señor en ese pacto
que labraste en tus dones con mi alma
estoy cierto que tú me has recreado
con la fuerza del agua en tu cascada
yo me sé tu pequeño pordiosero
que encontrara las voces de tu alianza
descubriendo en mi vida tu respuesta
que me entregas llevándome a tu casa
no soy digno Señor de tu granero
pero entiendo tu amor que en llamaradas
ha quemado los gajos sin caudales
y ha podado mi árbol en tus ramas
es tu gloria Señor la que ha salvado
mi pobreza en la paz de tu palabra
yo te alabo Señor porque has amado
hasta el fin esta senda liberada
no te puedo querer como tú quieres
pero puedo saber que tú me amas
y tu amor por ser fiel hasta el extremo
es prenda de mi vida rescatada
que busca renacer en alta cima
donde vuelas conmigo a tu morada
...

 
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el Señor que creara mi vasija
la llenó con su amor en pura gracia


   
 
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El ángel de la guarda


Divino mensajero que en tu hora
anuncias el secreto que te embarga
tú traes celestiales ilusiones
en palabras purísimas que explayas
anuncio del autor del agua viva
espíritu nacido de su entraña
intérprete bellísimo del cielo
y alegre intercesor de mi esperanza
tú vienes alentando en tus misiones
y habitas a mi lado con tu adarga
reclinas en mi pecho lo que sabes
y cuidas que en mi pie no haya tardanzas
bendito acompañante que intercedes
y alumbras cual guardián en mi morada
aleja de mi vida lo perverso
y acércame al Señor que te dio alas
enjuga todo llanto en mi gemido
y cobíjame en Dios que me reclama


   
 
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El puente


Hay un puente Señor que tú creaste
entre fuertes pilares de la orilla
un puente de esperanza que redime
y un nuevo amanecer que se da prisa
un puente entre mi nada y su pobreza
y tu misericordia que palpita
capaz de introducirme en tu misterio
sanando la falencia de mi vida
el fuego de tu amor omnipotente
el fuego de mis llagas purifica
las vendas de mis ojos han caído
y te ve la mirada renacida
mis oídos reclaman tus arpegios
y reviven mi ser en tu sonrisa
no puedo caminar por ese puente
y vienes caminando por tu cita
envuelves en piedad mi humilde nave
y los vientos la llevan a su orilla
reclamas la confianza sin temores
y repones al hijo con tu arcilla
cobijas mis dolores en tu fragua
y recreas al hombre en tu visita
perdonas cicatrices de mi senda
y revistes de gracia mi partida


   
 
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El centinela


He descubierto centinelas
que develaron tu prestancia
en aquel viento huracanado
o en esa brisa de las plantas
en el ropaje de los cisnes
y en aquel vuelo de las águilas
en la belleza que se esconde
cuando gimiendo me desatas
de las cadenas de la muerte
y de los grillos que amenazan
el universo en su camino
no logra ver tu voz que canta
siendo tan grande es tan pequeño
y al infinito no lo abarca
la taciturna inteligencia
sólo respira en tu morada
pero no ve la trascendencia
aunque la busque hasta encontrarla
por la conquista de tus hijos
eres capaz de regalarla
pero no puede mi velero
en su pobreza acapararla
sólo se goza de tu esencia
que es infinita en la fragancia

 
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y se alimenta de tu seno





aunque no sabe lo que aguarda
el centinela en su tarea
vive el candor de tu balada
él se reviste de alegría
la que le entregas en su casa
y ya no aspira en las alturas
a dar mas pasos con sus alas
que los que puede itinerante
reconocer cada jornada
él es feliz porque el eterno
sol infinito se desplaza
y es el amor el que permite
regocijarse en la distancia
no busca ver porque su Padre
vive la gloria iluminada
por esplendente luz de cielo
que el hombre anuncia cuando alaba

 
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yo soy pequeño en mis caudales
pero es el Padre quien me abraza


   
 
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