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Prólogo


El encuentro con estos excelentes poemas abrió, ante mis ojos, insospechados horizontes de contemplación.
Deseo para mis hermanos, lectores de los mismos, el hallazgo de ese misterioso regalo...


Ana María Rodríguez Francia
Carmelo Seglar de San Nicolás

   
 
1
 

Introito

Videncia


No conozco las notas
que el silencio me entrega con su canto
no conozco las horas
de aquel día que surge en el misterio
solamente adivino
el jardín por el aire de sus flores
la naciente mañana
en la música viva de los pájaros
el caudal de los ríos
en el recio torrente de sus aguas
el perfil de los montes
en la nieve que vive recostada
la riqueza del árbol
en el fruto maduro y su certeza
son perfecta alegría
en la mística unión acrisolada


   
 
3
 

Del camino

El corazón contemplativo


El corazón contemplativo
gusta saciar la sed de Dios sin mas barrera
desentrañar con osadía
la oscuridad de aquel misterio al que se acerca
quiere volar en las alturas
y en su paciente navegar no se contenta
vive destellos que iluminan
pero la luz que tanto ansía no aletea
sabe que tiene lo que busca
pero no puede divisar el sol que anhela


en ese marco de nostalgia
el ojo humano quiere ver esa figura
que el alma guarda en sus entrañas
pero es opaca la belleza que procura
los ojos ven puro destello
y se debaten por su brillo y hermosura
busca gozar su entendimiento
cuando se entrega a develar la creatura
y surge pronto en sus intentos
que tal belleza el creador no se apresura
a conceder al ojo humano
porque esa luz está en la gloria que es futura

 
5
 







Dios esa que en su misterio
está escondida a la mirada que padece
la claridad es la penumbra
cuando aquel sol que es trascendencia no aparece
sólo la fe como luciérnaga
puede alumbrar el caminar de aquel que crece
para impulsar su valentía
en la visión que limitada no decrece
Dios es la lumbre esplendorosa
hoy yo me embarco en el fervor que me enaltece
y nos anima hasta la cumbre
donde su voz el sol de vida ya amanece


   
 
6
 

El desierto


Desierto que me aguardas
llanura que revive en el espacio
desierto que me escondes
el tesoro que busco descifrando
caminas con el viento
y sin faros tu luz has resguardado
hoy vivo en tu silencio
tu noche tu orfandad y tu letargo
ya sé que tienes prisa
y llevas en tu voz y en tu presagio
al hombre que en su entraña
descubre la palabra que ha callado
desierto el tiempo oscuro
que no puede brindar amable canto
la dura encrucijada
que percibe el dolor que me ha punzado
la cruda incertidumbre
que no tiene respuestas y ha llorado
la piel entre la nieve
que reclama el calor que me ha forjado




 
7
 








en duros sinsabores
tú renuevas aliento en la mirada
invitas a beber
en viva reflexión enamorada
tus ojos y tu tiempo
exigen caminar en voz pausada
tus noches me introducen
en el hueco grandioso de tu llama
yo corro tu arenal
y alimento la vida en la esperanza
me duele tu silencio
pero puedo contar con tu palabra
que es clara sugerencia
de atisbar una senda que descansa
de vivir observando
y morir cada día en la templanza
de vadear sin angustias

 
8
 


por beber en canales de mi alma










tu voz en el silencio
permite cobijarme en su sonido
y allí desentrañar
las vocales que gritan mi destino
tus días las verdades
que el hombre vacilaba haber vivido
descubres mi pobreza
animando a buscar mi propio vino
engendras esperanza
pues la noche reclama el infinito
es hosca tu figura
pero enseña canciones al oído

 
9
 


dureza tu desierto
y plumaje de aves que en su trino
develan tu misterio
capaz de humilde paz en mi latido
de arrullarme en el llanto
por el cuenco que surge repentino
ya la noche se esfuma
dando luz al dolor y su gemido
...








el desierto la cuna
de místicos encuentros y arideces
el llanto y la sonrisa
en su campo han crecido y se sumergen
el hombre en cada sueño
revive aquel desierto que aparece

 
10
 


no hay música sin notas
ni desierto que en sombras no se exprese
el desierto prepara
la cosecha aguardada entre las mieses
el silencio dispone
a escuchar la palabra que estremece
el dolor es desierto
mas la vida en sus olas no perece
simplemente madura
y hasta ver su destino cuanto crece
mucho encierra el desierto
con su voz que redime y engrandece


   
 
11
 

Palabra inefable


He buscado la vida
recorriendo los palmos de la tierra
mi elección es la patria
que orientara los tiempos de mi espera
solo asciendo a la cima
donde sé que el Señor se me devela
él conoce mi nombre
y el deseo de amarlo en mi respuesta
él es pura bondad
y los dones reparte con su diestra
enamora a sus hijos
y les da a conocer su voz primera
todo canta en su vida
nada sabe quien niega su presencia
yo no se caminar
si no fuera el Señor mi complacencia

la vida en su entramado
me conduce a las aguas que muy puras
son gracia del Eterno
y lo expresan en tímida figura
su mano providente
me invita a continuar hacia la altura

 
12
 







sus ojos en mis ojos
han plantado la luz de su estatura
mi pobre corazón
revive en la firmeza que procura
el Señor que me guarda
y en las flores expresa su ternura
sólo Dios el jardín
que puedo imaginar con alma pura
sólo Dios el amor
que cobija en profunda desventura
sólo Dios la belleza
que se expresa en espléndida hermosura
él me colma en la gracia
y resguarda en su amor
mi piel madura

sólo Dios sólo Dios
yo no encuentro respuestas en la tierra

 
13
 


sin hablar o llorar
con aquél que me diera la existencia
son destellos las luces
que dibujan de Dios una presencia
no lo puedo expresar
infinita es la paz de su grandeza





sólo puedo soñar
recordando su amor y su fineza
sólo puedo cantar
con la tímida voz de la sorpresa
sólo puedo gemir
en espacios que lloran mi pobreza
esperando al amor
que pronto cenará en la misma mesa
ya no sé con palabras
proclamar su misterio y trascendencia
yo quisiera callar
pues no sé descubrir su amor que apremia

 
14
 



pero siento en mi alma
la urgencia de escribir porque me anima
la clemencia del Padre
que conoce mi pluma y mi fatiga
le conforma el intento
de anunciar su misterio en esta vida
él sabe que en palabras
no puedo definir su luz divina
conoce que mis labios
no entonan la canción apetecida






él busca que mis ojos
expresen el amor que allí se anida
conoce mis deseos
y bebe con amor esa bebida
se alegra con mis letras
que engarzan la palabra amanecida

 
15
 


alabando al Eterno
sabiéndome muy pobre en esta cita
que ignora algún poema
acorde con las luces florecidas
y entona humildemente
la canción con amor enriquecida


   
 
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El caminante


Soy caminante que recorre
aquella senda donde vive la esperanza
reconociendo en la fatiga
la propia meta que me lleva hasta su casa
itinerante que descubro
rayos de sol y horas de sombra en la jornada
buscando tiempos que fecundos
ven en la historia la conquista renovada
de aquellos grandes ideales
con que la vida me grabó en la encrucijada
soy aquel árbol que ha vivido
muchas cosechas en la tierra trabajada
y en la experiencia de los frutos
tan sólo aspiro a revivir la propia savia
hasta dar vida en cada encuentro
con el que busca renacer en la cascada
soy caminante de la tierra
y encuentro altura cuando entrego mi ganancia
como semilla que en el surco
debió morir para encontrar su propia llama
soy aprendiz de las verdades
que me cobijan encendiendo mi balada
soy artesano que prefiere

 
17
 







labrar paciente la madera conquistada
vengo de un tiempo que sin tiempo
pudo saber de los comienzos de mi alma
vivo este tiempo que en sus tiempos
me regocija como el sol de la mañana
busco llegar hasta el ocaso
donde percibo de los cielos la fragancia
corro sin ver lo que me espera
pero yo sé que mi Señor allí me aguarda
y en un encuentro sin fronteras
veré la luz que habrá vencido mi nostalgia


   
 
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El arbusto


Generoso el arbusto que me diera
recrear la visión en su follaje
aquietarme en su sombra que benigna
libera la fatiga que me invade
arbusto que de humilde procedencia
recibes a quien pasa por tu calle
y reclina su cuerpo ya cansado
en alfombras de hojas que se caen
el reposo que ofrece tu figura
permite revivir la voz del ave
meditar en silencio mis proyectos
y buscar en tu sombra otras verdades
el signo hospitalario de tu estampa
nos invita a beber en tu paisaje
manantial de tu copa el tronco vivo
que se nutre en raíces que se abren
las ramas en su augurio son tus brazos
que en su mímica expresan sus oleajes
capaces de brindarme tu saludo
buscando que tu espacio me descanse
te agradezco el amor que me dejaras
enjugando el sudor en tu hospedaje


   
 
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Mendigo y vagabundo


Caminando sin prisa va el mendigo
que busca descubrir un escenario
descalzo, con sandalias derruidas
y en ropaje que llora por su harapo
llevando su mochila improvisada
con humildes enceres en su brazo
el no puede correr porque está enfermo
y aunque sano prefiere andar despacio
no tiene alguna meta conocida
su camino es la cima de sus pasos
no reclama derechos a su vida
ni pretende encontrar la luz de un rastro
humilde en su pobreza se desliza
apacigua su sed en un establo

es alguien misterioso ante los hombres
y su propio misterio lleva en brazos
se alegra en la presencia del sustento
que recibe sereno en cada espacio
y apoyado en el palo de árbol seco
reconoce el perfil de su cayado
no encuentra compasión que lo detenga
ni transcurre buscando algún atajo

 
20
 







levanta su mirada hasta los cielos
y surge la esperanza de algún rayo
que ilumine su paso mortecino
devolviendo ilusión a su salario

aguarda la respuesta de algún hombre
que el cielo le regale alborozado


   
 
21
 

El agua


Quiero beber entre los cerros
aires de paz y postraciones de alabanza
reconociendo mis raíces
que crecen libres entre piedras de montaña
quiero beber del ancho río
el que recorre con sus gotas la mañana
también el sol de mediodía
y aquel final donde refulge la jornada
el agua pura se hace vida
y al ofrecer de su riqueza no se cansa


el agua viva que alimenta
con las raíces de mi cuenca redimida
busca hendiduras serpenteantes
para regar el yugo suave donde anida
surca glaciares majestuosos
pero también con su anhelante recorrida
alienta tierras que sin lluvia
claman al cielo por la gracia bendecida
llorando viven su nostalgia
de aquella casa que contempla sus heridas
y van urgentes a su puerta
para encontrar en humildad la paz perdida

 
22
 







el agua viva de los montes
como la gracia en todo hombre es agua pura
no se detiene en los tropiezos
ella señala entre paisajes su figura
aquel destino silencioso
aquella luz hecha de sol, viva hermosura
de quien habita en lo profundo
y en un almácigo de tierra se procura
embellecer su lozanía
enriqueciendo en cada hombre su estatura
el agua es vida del que sufre
y el agua viva es el vergel de la creatura


   
 
23
 

El duraznero


Frágiles ramas que se quiebran
son las que forman aquel vivo duraznero
él no podría con su fuerza
dar aquel fruto que germina y yo celebro
en su estructura la simpleza
marca el perfil con que alimenta al forastero
y en su pureza aquel durazno
el agua dulce que se baña en mi sendero
fresca su carne y deleitable
gusta entregarse a quien se acerca hasta su techo
símbolo puro de la vida
que al ofrecerse al semejante arranca el velo
el que lo cubre en la aspereza
pero escondiendo las riquezas en su seno
vivo mirando los frutales
esos bocados que cobijo con esmero
quiero ser árbol que alimenta
como el juglar a quien aguarda el cancionero
mis hojas viven la pobreza
de frágil planta que en mis horas yo detento
por esas ramas de mi vida
el Creador me alimentó cual mensajero
y debo dar mi propio fruto

 
24
 







aquél que nace en el tablado del velero
yo sólo soy como la arteria
ese canal por donde corre el aguacero


   
 
25
 

La cosecha


La cosecha del trigo ya maduro
es fiesta que enmudece la semilla
sembrada en lo recóndito del surco
para luego posarse en la gavilla
cosecha que regalas en el fruto
al que siembra en su campo la alegría
entregas la esperanza y alimentas
a quien busca la fuerza de tu día
ha crecido hasta el fin ésta simiente
has podido emparvar para la trilla
supiste recrear al que anhelaba
tu calor tu promesa y tu bebida
tu caudal que medido por los granos
cual frutal ofrecido regocija
a quien supo esperar en la paciencia
y descansa en la sombra de su esquila
tu madura respuesta en tierra fértil
empapada de lluvia fue tu cita
hoy celebras en salmo agradecido
y compartes los dones en que habitas
yo bendigo tu rica sementera
que embellece los rostros de la vida
cual hombre que maduro en las virtudes
cosecha en la belleza su fatiga


   
 
26
 

Divina compasión


Divina compasión la del que riega
con perdón la arboleda de su vida
divina la paciencia del que aguarda
la respuesta de amor en su porfía
el perdón es la voz que ensimismada
se expande en la pasión que se perfila
el amor que se encarna jubiloso
en la tierra agrietada por su herida
el perdón la posada en que reside
la genuina bondad que al hombre anima
la cruz de quien muriera cruentamente
es canción de ese amor en que suspira
quien anhela vestigios de clemencia
y devuelve en amor toda la vida
no existe el enemigo cuando puedo
perdonar las ofensas que repican
y olvidar los espacios que sufrieron
en su seno las culpas que ya expiran


   
 
27
 

Vida conquistada


El que fuera calvario silencioso
es raíz del amor que se resguarda
la semilla muriendo en tierra fértil
en fecunda cosecha se desplaza
el camino vivido en el desierto
hoy encuentra por fin su propia plaza
la hora que viviera la derrota
transformada en victoria nos abraza
la noche con oscuros pedregales
hoy es luz con inmensa resonancia
la tarde ensimismada en la tormenta
convertida en gloriosa lucernaria
la cruz que me afligiera con sus clavos
se pierde evanesciendo en lontananza
el suspiro profundo de un quebranto
respira entre las flores su fragancia
la vida que gimiera su crepúsculo
es aurora que entrega su bonanza
el campo que llorara en vendavales
entona en la pradera su confianza
el hombre en un presente de su historia
redime en el Tabor sus esperanzas.


   
 
28
 

Las flores


La flor aquel anuncio de alegría
que descansa en espacios desiguales
reluce en el jardín donde es sembrada
y palpita en fragancia de rosales
la flor que don silvestre fue creada
conquista la pradera en que se expande
mostrando en su intención multicolores
bellezas que se inspiran en las artes
la flor que se deleita en la montaña
ilumina su verde cuando nace
se incrusta en la dureza de la roca
y prefiere abrigar crudo ropaje


las flores los adornos de la vida
invitan a gozar en su paisaje
ofreciendo un aroma de ilusiones
cuando el agua las baña en sus canales
la flor esa belleza de la tarde
que impulsa a contemplar en manantiales
la rica densidad de aquella vida
que crece en el amor que está en el valle


   
 
29
 

Hermana creación


La hermana creación se ha develado
he visto sus destellos y su gloria
el agua en sus magníficos recintos
que regala su voz a nuestra sombra
la belleza creada se introduce
en el alma del hombre o en su prosa
en la fibra que busca ensimismada
develar su misterio entre sus rosas

en viva comunión el hombre puro
sintoniza en su ser con lo creado
y encuentra en la fragancia de sus pétalos
la respuesta que busca en tal regazo
sublime creación la que me invitas
a beber en el agua de tus lagos
viviente realidad la de tu estirpe
que engendra juventud entre mis años
dichosa la mirada que te escucha
y siente el esplendor de tu embarazo
pascual descubrimiento tu mensaje
contemplado en la paz que dan tus pasos
yo bendigo aquel seno que tejiera
en mística verdad tu fuerte trazo

 
30
 







admiro la grandeza de tus lirios
y escuchando a los pájaros te canto
descubro en tu silencio la bebida
que alimenta mi sed en el espacio
y quiero descubrir entre tus flores
el sol de tu salterio que descalzo
entono agradecido cuando busco
las huellas del autor de su milagro


   
 
31
 

El niño


Su pequeña figura se proyecta
como el sol cuando sueña amaneciendo
mañana será grande y poderoso
y hoy apenas expresa el desconsuelo
el niño cual espejo de los hombres
conoce la impotencia de su suelo
contempla sin mirar lo que él ignora
y vive en la confianza de su alero
sin saberlo su vida es dependiente
y apoya su camino en el consuelo
de la mano paterna que en ternura
pretende ser abrigo de su sueño

el niño en la pureza de su vida
es veraz y adoctrina cual maestro
incapaz de allegar glorias humanas
descansa en la confianza que tejieron
los mayores pensando en el infante
y abrevando en la brisa de su cielo
hoy gatea en el patio que festeja
al niño que descansa bullanguero
cuando vive la fuerza del cansancio
en su madre revive aquel momento

 
32
 







que ignorado en la tierra se escondía
en paredes de amor de blando seno

felices los hermanos que han crecido
y mantienen del niño todo el fuego


   
 
33
 

Libertad


Libertad la ventana de la vida
que permite advertir en la distancia
los caminos de sol o aquella sombra
que define el mortal con su mirada
felices los senderos luminosos
desechables los mundos de la nada
fragancia y colorido de la senda
se ignoran en la oscura madrugada
el hombre en su purísimo deseo
decide en libertad la encrucijada
como el pájaro libre de ataduras
es feliz cuando vuela su jornada

el misterio del hombre se derrumba
cuando elige morar la noche amarga
el destino resuelve su alegría
cuando libre conquista su posada
sublime libertad la que se expresa
en renuncias a luces de bengala
gloriosa libertad que lo estremece
cuando escoge beber el agua clara
así puede vivir lo que ha querido
pues ninguna pendiente lo reclama
aprendió la lección que da la vida
de enraizar la alegría en tierra sana


   
 
34
 

El amor


Amar es el secreto de la vida
y amor aquel torrente que la crea
cosechando en recintos sapienciales
o enhebrando con gestos la existencia
en signos de perdón donde amanece
o en el surco en que busca quien lo encuentra
el amor el brillante más preciado
la fuente cristalina que alimenta
manantial de purísimas verdades
que quien sabe vivir las deletrea


el amor el deseo emancipado
que brinda su consuelo a quien tropieza
sirviendo con partículas de viento
a quien llora el dolor que lo atraviesa
germinar en el seno que prepara
su posada sabiendo que alguien llega
ensayar la sonrisa esperanzada
al que vive en la angustia su tristeza
el amor la sublime creatura
es pasión y servicio y luna nueva


 
35
 







amar es recrear en cada hermano
la existencia feliz y su reposo
él sabe conquistar para los hombres
el purísimo sol en cada sorbo
el altísimo instante del encuentro
que surge en el abrazo candoroso
el ansia de vivir hasta dar vida
aunque deba morir en el exordio
el camino pausado del prudente
y la senda que es luz del hombre solo


nada más que el amor vale la vida
si en la vida el amor es el tesoro
en el hombre que triste hubo llorado
el amor es el bálsamo sonoro
revive la pregunta en la creatura
por el sol que le diera tal decoro

 
36
 


por la paz engendrada en pleno vértigo
y el canto que diluye todo escollo
por las luces del día que pregonan
del amor la cosecha que yo imploro







por las noches que gimen su silencio
y recitan palabras en manojos
cubiertos por la sombra y las estrellas
pero expertos coreutas en su tono
y vivo una sencilla comprensión
palpando la belleza en que desbordo
que el amor desde siempre es esparcido
de raíz que fontal en Dios añoro


   
 
37
 

El dolor


Quién pudiera morar oscuridades
sin vivir la crudeza donde acampan
los grandes infortunios que recorren
el cerco del que sufre en la enramada
el dolor acompaña la existencia
de quien vive en la tierra ya sembrada
purifica su amor y sus deseos
de brindarse al hermano en cada trama
la umbría densidad del sufrimiento
encierra peligrosa encrucijada
de intentar la renuncia a lo que duele
sin ver que se destruye la jornada

el dolor no es la meta, sí el camino
del hombre itinerante que se cansa
pues no elige el dolor ni el sufrimiento
sino amor que redime cuanto ama
es el tiempo en que el hombre ha disfrutado
gozando en el dolor la perla hallada
no existe voluntad de una conquista
sin rechazo del mal que desampara
el dolor se desgrana cada día
y no medra en su estancia sin palabras
aunque el firme combate con la espina
produzca aquella herida y su escalada


   
 
38
 

En contemplación

Canto de la nostalgia


Las estrellas dibujan tu esplendor
las aguas del océano tu gracia
las gotas de rocío son los pétalos
que surgen en la rosa de tu estampa
los árboles emergen como orantes
y hollando las alturas no se cansan
movidas por el viento de tu Espíritu
consolidan raíces de la planta
el ciervo te refleja en su belleza
y en el ágil correr que lo desplaza


las aves de los cielos con su vuelo
sólo viven las olas en que danzan
tu amor no se compara con tus obras
es puro renacer en filigrana
tu viva compasión por la criatura
sólo sabe servir al que te llama
sólo tú mi Señor en alto valle
o en la cima que nace en la montaña
puedes darnos la viva complacencia
que tu obra creada nunca alcanza


 
40
 







la esfera del celeste firmamento
permite imaginarme tu pujanza
el sol con su esplendor y con su fuego
de tu luz y tu amor nos da añoranza
la luna con su humilde voz de cielo
nos invita a buscar tu luz donada
los ríos que recorren las praderas
recuerdan el sendero de tu gracia
yo no puedo Señor y humilde acepto
no puedo deletrearte en tu semblanza


con mis ojos no veo tu grandeza
mis oídos no escuchan tu palabra
mi lengua como lengua enmudecida
no sabe describir tu luz gemada
mis manos en su frágil movimiento
no saben aplaudir en alabanza

 
41
 


mis pies cuando te buscan en los cerros
descubren que tu voz ya no es la zarza
la nostalgia de Dios está creciendo
en las íntimas voces de mi alma
y sólo sé vivir entre penumbras
destellos que me exigen la templanza





te deseo Señor y es el deseo
el camino que lleva hasta tu casa
imagino tu amor en mi conciencia
y paciente reclino la mirada
no puedo comprender tu omnipotencia
pero vivo mi tiempo en la esperanza
no puedo contemplarte como eres
pero sé que te veo en la confianza
no pretendo escucharte en mi silencio
pero clamo en tus salmos de alabanza


 
42
 


no conozco tu rostro Padre mío
pero aguardo vivir en tu morada
hoy te encuentro en la fe que tú me diste
y deleita los valles de mi alma
sólo sé que me buscas escondido
y acepto mi carrera en tu palabra
me acerco hasta tu límite abismal
y descubren mis ojos que no alcanzan
yo bien sé que no puedo ver tu rostro
pero aliento mi ser en la nostalgia







con la luz que me diste yo procuro
acercarme al espacio de tu llama
el cielo ya comienza en esta tierra
al saber que preparas mi llegada
hoy me lleno de gozo trascendente
porque espero cantar en tu morada


   
 
43
 

El descanso


Busco descanso en mi camino
que me permita recrearme en la pradera
entre los montes con su sombra
o en las orillas de aquel río que se acerca
en el navío que me embarca
para buscar entre las islas una brecha
en el domingo que en su tiempo
suele brindar las alegrías de la fiesta
en el encuentro de familia
donde sus miembros redescubren su querencia
entre fecundos rosedales
o en el arbusto que me brinda su pureza
busco el descanso que me ofrece
la luz del sol que con sus rayos me atraviesa
el agua pura de la fuente
o el pan que vivo compartiendo con mi diestra
en el silencio de los brazos
el corazón cubre de vida mi entereza
para luchar en otro linde
y redoblar el trajinar que ya no pesa
en el descanso con su pausa
vivo la paz que se albergara en mi represa


 
44
 






en el descanso experimento
la placidez de la montaña sin la cuesta
contemplación es mi descanso
donde revive el ideal que se acrecienta


   
 
45
 

Diálogo...


La noche va anunciando nueva aurora
y la vida se explaya taciturna
el sol que a los frutales alimenta
en la noche se envuelve en la espesura
el grito que es clamor de los que lloran
denuncia el caminar que se apresura
el que busca vivir en la esperanza
ve la luz que en el sol siempre perdura
senderos multiformes y diurnos
en la noche sumergen su figura
cantares animados por destellos
en oscuro sitial su voz murmuran
fragancias de jardines florecidos
reservan en la noche su agua pura
nevados ventisqueros deslumbrantes
no encuentran las miradas en su altura
sembradíos repletos de esperanza
se convierten en voces inseguras
el día es el cantar que me estremece
y la noche el silencio que me abruma
con el sol la semilla fue sembrada
y en la noche se ignora su estatura
pero el día quebranta silencioso
el dolor de la noche en su estructura

 
46
 







el día en sus labores ha sembrado
y la noche desarma su envoltura
la semilla arrojada en este día
en la noche al morir nace madura


   
 
47
 

Contemplando tu gloria


Yo celebro tus glorias infinitas
contemplando vergeles de tu casa
y me adentro en las flores que en tu aroma
han podido libar su propia braza
yo comparto la música celeste
que compone tu amor el que rebasa
y leo entre tus notas musicales
esplendores de luz que da tu gracia
observo silencioso la belleza
de aquella creación que tu palabra
encendiera al comienzo de los tiempos
y engendra de tu vida la nostalgia
tu prístina tarea fue escondida
en páginas que escriben tu palabra
ellas hablan del brillo que te envuelve
y en los hombres provocan alabanzas
tu pura creación aquel concierto
que admirable en el valle donde canta
dirige musical su voz ardiente
ofreciendo en colores tu semblanza
cada letra creada entre tus obras
es parte del poema que regalas
compuesto por tus obras que contienen
la esencia de tu amor en la palabra

 
48
 


...




oh Señor que quisiste recrearnos
al desear que bebiéramos tu agua
el sediento te busca esperanzado
descubriendo las voces de su alma
camino entre las flores y los pájaros
contemplo los glaciares donde estampas
solemne majestad de tu grandeza
y humilde sencillez que me descansa
te doy gracias mi Dios por tu amor vivo
te alabo en la voz nueva recreada
y te canto en las horas ya maduras
con raíces en luces de mi infancia


   
 
49
 

El don de la vida


La vida me regalas con tus dones
y cuidas con amor mi largo viaje
derribas horizontes que amenazan
y animas el camino y su paisaje
redimes el dolor de una tormenta
y me vistes también con tu ropaje
el sol que me alumbrara en este día
camina hacia el crepúsculo del ave
la noche se convierte en la matriz
que engendra los proyectos que se expanden
el amigo recita en los senderos
los versos que iluminan sus verdades
los pájaros anuncian en su vuelo
el día que en la noche vio su tarde
los árboles germinan y en su danza
producen cual espiga los frutales
las flores almacenan su fragancia
y embellecen sus gemas los altares


la vida aquel regalo misterioso
que conquista pasiones en su trama


 
50
 






en la historia una senda tan angosta
ensaya conducirnos en su falda
quienes buscan la paz se hacen violencia
y logran la paciencia al alcanzarla
el tiempo que es fugaz y corre a prisa
cual espacio vital su ritmo ensaya
el mundo con su paso y con su vida
taciturno su música contagia
estrellas en la noche se despiertan
y ofrecen su esplendor agazapadas
la luna como sol en noche oscura
ofrece de la luz propia nostalgia
el hombre que en su vida está colmado
alaba al Creador que no descansa


camino entre las sombras que consuelan
y en medio de los árboles abrigan
conozco las verdades del ocaso

 
51
 


que emergen como el sol en su fatiga
aclamo a mi Señor en el desierto
y surge su estatura repentina
anuncio las bellezas recreadas
y busco amanecer en su bebida
reclamo en toda angustia mi portal




cuando corro en la senda entumecida
la noche que me anuncia mi pobreza
es madre que en el vértigo germina
la cruz como regalo de mi Padre
la llevo entre mis hombros adherida
el agua que rocía mi estatura
me libera gestando nueva vida
y el autor de los tiempos que evanescen
me promete la paz que no termina



hollando entre crepúsculos y auroras

 
52
 


contemplo aquel andar que se dibuja
ya sin sombras ni oscuros matorrales
aguardo silenciar la desventura
espero en esta senda itinerante
conciliar con mi sueño que se esfuma
el vivo manantial que me promete
recalar en la paz de su ternura
paladear el encuentro postergado
con aquél que entre pétalos me acuna
recoger los momentos de mi alma






en la sola tonada que se escucha
revivir de alegría en la existencia
aguardando aquel sol que se apresura
y cantar las eternas maravillas
en alas del que escribe con sus plumas


   
 
53
 

Un canto a mi Señor


Un canto a mi Señor me inspira el alma
dando gracias en medio de la bruma
un canto que proclama su misterio
y en tímidas palabras lo dibujan
infinito el amor que me regala
por simple gratuidad hecha ternura
profunda mansedumbre en mi flaqueza
inmensa su piedad en mi tortura
bellísima la voz con que me llama
sabiéndome pequeña creatura
sublime su grandeza que describe
el amor de su vida en mi espesura
divina la pureza de sus manos
que tejen en mi senda su escultura
profunda incontenible su sapiencia
hecha luz que ilumina mi angostura
humilde en el humilde nacimiento
paciente en la condena que es injusta
heroico en la verdad hasta la muerte
en sufrida obediencia me depura
heraldo del perdón sin condiciones
que nace del amor que lo apresura
solidario en los baches del camino
y amigo que se entrega hasta la hondura

 
54
 







generoso pastor que da la vida
y alimenta a quien busca el agua pura
maestro de verdades y de amores
y médico de llagas que supuran
amante de los pobres que han llorado
y vivo intercesor en toda culpa
defensor de inocente ajusticiado
pacífico vigía en las alturas
eres Dios eres Padre eres amigo
tu belleza define tu estatura
bendito por los siglos de los siglos
yo te canto Señor en tu hermosura


   
 
55
 

Bendito tú...


Bendito mi Señor a quien le canto
escondido en los huecos de mi alma
bendita su divina trascendencia
que me lleva a postrarme ante su llama
bendita su misión que redentora
enjugara en su sangre y su palabra
los llantos del amor que fue regado
con espinas de ofensas señaladas
benditos los maderos de la cruz
que me entregan la vida restaurada
benditas esas pajas del pesebre
donde Dios hecho hombre me aguardaba
benditos para siempre los designios
que el Señor por mi vida proyectara

yo te alabo Señor en tu belleza
en tu amor tu pasión y en esa gloria
en que surge por siempre redimida
el ansia de vivir la nueva historia
tu puro caminar en pies descalzos
me enseñó las riquezas de tu glosa
tu palabra cual sol del mediodía
ilustra entre sus letras mi memoria

 
56
 







llevando a recordar mi tiempo arcano
restaurado en tu luz y tu victoria
todo canto producto de los hombres
sólo es canto si canta tu hermosura
mis versos que te esbozan pobremente
son conscientes de pobre investidura
quién pudiera Señor en este suelo
ofrecer el concierto que asegura
la plena comprensión de tu misterio
y el amor en la débil creatura
yo te alabo Señor en mi pobreza
que es el canto que busca tu ternura
yo te alabo pendiente de mis tiempos
sabiendo que estoy lejos de tu altura
pero sé que te gozas con mi canto
el fruto del amor que me apresura

escudriño las obras y te busco

 
57
 


encerrado en pequeña madreselva
en los ríos que avanzan hacia el mar
y en el mar que contiene tu grandeza
te busco en el encanto silencioso
de la luz que me entregan tus estrellas






en la noche que encierra tu misterio
y entrega con su luz vital certeza
te busco entre los pájaros que anidan
y en su vuelo describen tu destreza
te busco entre los montes majestuosos
y encuentro los destellos de tu fuerza
indago el crepitar que ofrece el fuego
y descubro la vida de tu ciencia
recorro con los peces tu laguna
y descubro las voces que navegan
deseando descansar en ese puerto
que me entrega el hogar que mi alma espera

 
58
 



pero nada consigue definirte
sólo encuentro el brillar de tus destellos
y queriendo escuchar tu voz de amigo
descubro en amistad sólo tus ecos
intento descifrarte en tus misterios
y en la fe sólo puedo conocerlos
me llamas con la fuerza de tu voz
en palabras que frágil no discierno
me enamora saber que tú me buscas
y me llevas feliz por tu sendero
y en humilde oblación que es esperanza
ambiciono gozarte allá en el cielo


   
 
59
 

Bellezas en la cima


Qué júbilo en la sombra cuando nace
la aurora que me anuncia el nuevo día
los pájaros envueltos en su canto
serán vivo esplendor que se respira
el río que resbala entre los montes
nos dibuja la fuente que germina
el mar en su copiosa densidad
ve las aguas que enhebran travesías
la montaña recalca que su altura
prodiga las bellezas que asimila
los bosques entre sendas vacilantes
procuran el refugio a quien camina
las aves en su vuelo y en su trino
sentimientos ocultos regocijan
los peces en su rápida carrera
enseñan que la meta no es esquiva
las abejas nutriendo sus panales
al polen de las flores amenizan
las palomas veloces en su vuelo
festivas como ráfagas caminan
el arroyo que humilde en su caudal
alegra con su paso al que visita


 
60
 






la nieve con su brillo esplendoroso
en agua se convierte y da la vida
los sembrados del campo ya en la siega
aplauden al que cuida la semilla
las flores en jardines y en los campos
los adornos que Dios celoso abriga
madreselvas de flor entre las flores
agigantan fulgores en la cima
y el autor de las bellas creaturas
en humilde vergel las diviniza


   
 
61
 

Pastor que me rescatas


Pastor que me rescatas
de sinuoso sendero entre los montes
ofreciendo la vida
que es palabra rumiada en tu pradera
pastor que me acompañas
a sortear las oscuras tempestades
a escuchar tu silbido
reviviendo en tu voz la tierra virgen
pastor que en tus bondades
cobijas a la oveja aprisionada
curando sus heridas
y aliviando la carga del cansancio
tú enciendes esa llama
del amor de la paz de la concordia
y viertes alegría
regocijo que vive tu rebaño
tu llamas por su nombre
en el monte al cordero que conoce
por su canto al pastor
que lo busca entre zarzas extraviado
apacientas humilde
la majada que allega a tu cayado
alimentas de día
y de noche la cuidas del extraño

 
62
 


...





yo te alabo Señor
por tu sangre tu amor y por tu entrega
cuando ofreces la vida
por salvar la riqueza de sus cántaros
silabeando tonadas
que esconden es sus notas tu vigilia
que el rebaño te exige
reclamando beber en tu sapiencia


   
 
63
 

La vida pura trascendencia


El tiempo corre y es la vida
ese jardín que me cobija entre sus flores
rosas, helechos y azahares
jazmines llenos de fragancia que se esconden
plantas muy pálidas de otoño
que se estremecen al mirarse sin colores
la vida corre y es el tiempo
quien la recorre entre sonrisa y sinsabores
ella camina silenciosa
y sólo busca revivir en arreboles



el tiempo corre con la vida
y nuestra vida se enamora de su tiempo
porque le ofrece en su designio
días de sol, noches de paz y algún desvelo
y en todo trance va donando
un frenesí de cantos nuevos y un lucero
la vida pura trascendencia
busca en la paz la saciedad de su velero
transforma el tiempo generoso
en el espacio donde viven mis anhelos

 
64
 







la vida crece en el servicio
y en el vivir hasta la muerte su velada
se compadece del hermano
que no consigue hallar la senda de su casa
y se despoja de su rango
hasta gemir con el que gime en su garganta
hasta llorar desconsolado
con quien no sabe descubrir en la distancia
el horizonte promisorio
donde repose su cabeza en la confianza


   
 
65
 

Enciendo la esperanza


Enciendo mi esperanza
en sublime misterio recreado
abrigo la certeza
de la luz que me ofrece tu regazo
resuelvo caminante
corretear en el monte y sus atajos
percibo luminarias
en medio de senderos ya colmados
anuncio tu mensaje
y buceo en sus fibras mis ensayos
indagando tu rostro
sabiendo que no puedo acapararlo
recorro silencioso
la pendiente que clama hasta el ocaso
encierro en la pobreza
la aurora y los destellos que comparto
el sol que me redime
y los rayos que tejes con tu mano
su calor me apacienta
y su fuego arrebol de mi pasado
sólo quiero vivir
contemplando la fuente aquí postrado
conquistar tus moradas

 
66
 







recorriendo mi senda con sus vados
me cobijo a tu sombra
y aplaudo la belleza de tu canto
dibujo en propio sueño
tu figura de amigo embelesado
en la fe cuyos ojos
descubren el perfil de tu cayado


   
 
67
 

Las voces de Dios


Las voces de mi Padre son voces que descansan
mis ojos y mis labios mi paz y mi fatiga
son bálsamo que entrega quietud en mi sendero
y vibran en mi alma cual plácida cantiga
Señor tu voz que pura se enciende en mi aposento
cobija mis falencias en tiempos que me abrigan
deseo descubrirte en alas de ese canto
que vibra alucinante y es gloria de mi vida
tus voces quién pudiera grabar en un concierto
sanando la nostalgia bañando de alegría
no sé cómo decirte sus luces aparecen
destellos de tus ojos cual viva melodía
no sé escuchar tus voces pero ellas expresaron
tu místico deseo de verme en tus rodillas
muy cerca de tus labios allí donde se expresan
luciendo en esplendores soñando maravillas

el eco de tus letras en simple voz de Padre
mis ojos lo contemplan cual nueva epifanía
en límpidos espejos que entregan tu belleza
en fuentes que rebasan el agua cristalina
tus voces se desbordan no puedo acapararlas
son brisas del espacio que en ímpetu me invitan

 
68
 







a ver en tu misterio nadando entre tus aguas
viviendo tu grandeza postrado en tu visita
Señor tu voz que santa me impregna de fragancias
de vívidos anhelos que enjoyan y fascinan
humilde vertedero que entrega tus caudales
ansiando en cada gota nutrirse en tus orillas
oh Dios de cuyas voces el Verbo es tu palabra
sublime contenido de amor que me recita
ensaya refugiarme allí donde tú cantas
y dame para siempre el don al que me invitas


   
 
69
 

Las glorias de Dios


Escribir es narrar tus maravillas
contemplar tus milagros y tus obras
desandar mi camino hasta tus plantas
descubrir la belleza de tus coplas
navegar en tu barca sacudida
sin temer el rasguido de las olas
dibujar en tu senda la verdad
cobijando palabras en mi boca
abrevar el caudal de tus amores
renaciendo mi ser desde la fosa


encarnar en la paz de tu coraza
y clamar en el alba de tu gloria
señalar la riqueza contenida
en tu ser el lucero de mi historia
imitar el lenguaje de tu rostro
silenciando las voces incoloras
germinar tu semilla la del Reino
cosechando vitrales con sus loas
ensayar un ritual de gratitudes
y alabar la pureza de tu fronda


 
70
 







la divina expresión del Verbo encinta
de mística grandeza trinitaria
aparece en canciones sapienciales
que entonan esas voces milenarias
tu día es el eterno tiempo espléndido
y eterno trajinar es tu jornada
oh Dios el frenesí inconmensurable
oh Dios que tus diamantes me regalas
yo quiero encandilarme en tu misterio
aguardando su viva luminaria
no sabiendo mirar la propia senda
añorando la casa proclamada
eres Dios, eres Padre, eres amigo
sólo tú puedes ver en mi nostalgia

es derroche de amor lo que has creado
volcándolo en la faz de la natura
inmenso rosedal hecho de mieses

 
71
 


que cosechas viviendo tu aventura
profunda majestad tu propia esencia
dichosa la visión de tu figura
inmerso en el enjambre de los hombres
recibes el aplauso en tu hermosura
y esbozas en la tierra tu destello
esplendente en gloriosa criatura




entregas el calor de tu elocuencia
al hablar en la hora prematura
compasión es el himno con que abrazas
al que vive llorando su textura
no te cansas de darte al infinito
sólo sabes amar sin más cordura
oh Señor, mi Señor, Señor del hombre
oh Señor, mi Señor cuánta locura
del amor que donaras cual mendigo
que reclama el hogar del alma pura


 
72
 


sólo tú mi Señor, el Dios eterno
la respuesta buscada en esta esfera
sólo tú por amor que sobrepasa
la grandiosa espesura de la selva
creador que edificas tus moradas
donde habitan los hijos que tú engendras
hacedor de los tiempos que futuros
semejan los paisajes en cosecha
la bondad que derramas en tus hijos
belleza que responde entre malezas







oh Señor yo te amo pobremente
yo no sé responder a tu grandeza
eres íntima voz que me acaricia
y no puedo beber una respuesta
eres música viva de un concierto
y no abarco el misterio que atraviesa

 
73
 


eres Padre salvando compasivo
y tu Espíritu sana mi impureza
eres vivo manjar que te regalas
y es pequeña la casa de mi cena
yo no sé mi Señor al definirte
qué palabras de gloria merecieras
quiero ser como el ave en su gorjeo
que canta con amor pero sin letra


   
 
74
 

Aguardando la vida


Me pides aguardarte con paciencia
y esperar el momento de tu lira
en que pueda escuchar aquella música
cobijada en tu casa y en tu brisa
madurar en la espera silenciosa
y soñar con la tierra amanecida
escalar de tu monte su sendero
y danzar en los aires de tu cima
encontrar el rosal donde te escondes
aunque pronto advirtiera tu partida
recrearme en la gloria que te envuelve
aunque yo no merezca tus delicias
sólo puedo esperar aquel encuentro
como puro regalo al que me animas

oh Señor cuánta gloria me prometes
cuánta luz en las horas de la tarde
tanta gracia supera la mirada
con que busco aprender a contemplarte
sólo sé que si vives a mi lado
y en mi alma consigues alojarte
por amor y en la audacia del que ama
me entregas el calor que me restaure

 
75
 







te escondes pues yo muero si te viera
y me siento morir cuando tu partes
en oscuros caminos de la fe
me regalas amor que me descanse
me indicas silabeando tu presencia
y tu nombre en mi ser la luz que arde

cuán grande mi Señor la inexperiencia
si alejara aquel sol que me procuras
qué riqueza en la fe también entregas
una noche estrellada pero oscura
cuántas luces de Dios dan las estrellas
consolando las grietas que se esfuman
cuánta paz da tu gracia al que te invoca
preludio de la patria que apresuras
sólo puedo Señor agradecerte
porque sé de tu amor el que me impulsa
a vivir en la senda que señalas
cobijando tu gloria y tu figura


   
 
76
 

Epílogo

Humildes versos


Los versos que llegaron a mis labios
y exhibe mi sencilla creatura
anuncian el misterio que escondido
evoca en su quehacer la voz madura
aclaman presurosos su secreto
ignorando su clara envergadura
no temen al hablar profundidades
ahondar hasta la esencia en la figura
arriesgan los tropiezos que transitan
si intentan descifrar lo que dibujan
develan con amor propias verdades
viviendo aquel misterio en la espesura


reviven desechando vanidades
y buscan entregar lo que perdura
se pierden en lo íntimo del hombre
y quieren responder a su pregunta
mis versos en su humilde carretera
ignoran el rigor que los anuda
cuando buscan hablar con voz sublime
con la simple palabra que se esfuma
solamente al umbral de las verdades

 
78
 







intentan allegarse en plena bruma
sabiendo que su luz la desentraña
poderoso el encuentro en las alturas


   
 
79