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Camino por debajo de tu lienzo


Camino por debajo de tu lienzo
celeste y puro cielo que me aguardas
para hablarme de grandes maravillas
que se esconden en aires de tu estampa
en ti la luz del sol vive el reflejo
que se expande en tus voces de labranza
y las aves en vuelo por tu campo
plenifican su gozo en tus entrañas
el hombre laborioso que te observa
contempla el manantial de tu bonanza
y busca taladrar tu sabia esfera
por hallar una luz detrás del alba
y encontrar escondido aquel misterio
que ilumina senderos de mi alma
y busca pernoctar en mi secreto
reviviendo canciones en su llama


   
 
1
 

Yo veo en el jardín


Yo veo en el jardín del firmamento
las bandadas de pájaros que emigran
hasta el nuevo portal de su existencia
donde está aquella choza en la que anidan
y en su vuelo añorante del destino
veloces en su porte no declinan
y el azul de la esfera los protege
cual magnífico techo que suspira
por brindar una luz de altos matices
y mostrar una brújula en su cima
que permita llegar a la cascada
que en tanta densidad su fuego atiza
las aves que se elevan impacientes
enseñan a treparnos más arriba
cuando somos pequeños aprendices
que escalamos la cuesta apetecida
donde estalla el festín de la esperanza
proclamada en la fe que le dio vida


   
 
2
 

Vi que el amanecer


Vi que el amanecer ardió en su fuego
irradiando destellos de su copa
y la tierra bebió en su sementera
capullos que soleados se despojan
por brindar a los surcos en su anhelo
pinceladas de sol entre la sombra
glorioso amanecer el de la vida
que emerge de raíces que pregonan
vivir de la alegría de quien nace
en el claro envoltorio de la rosa
misterio para el hombre que la pierde
y tesoro que anuncia con sus coplas
que vivo despuntar ancló en mi campo
buscando el estallido de mi alondra
juvenil la mañana enternecida
por arpegios del astro que corona
los haces de la luz que en la sorpresa
entibian la jornada que allí aflora


   
 
3
 

Soledad


Soledad ese campo en que la siembra
silenciosa proyecta aquellos brotes
que laten en la tierra y su semilla
para luego expandirse en alto bosque
hermana del silencio es el oasis
que encierra en su cristal horas salobres
y llamada a engendrar fraternidad
alimenta su ser siendo muy pobre
y empeñada en latir para su tiempo
asimila las horas de la noche
y solemne y oscura prisionera
sólo sabe al mortal llenar su cofre
de verdades ocultas que aparecen
y misterios que tímido conoce
sin que pueda mostrar su trascendencia
aunque sepa que es tierra de su adobe


   
 
4
 

He recitado


He recitado en una cena
la gratitud las alabanzas y el deseo
de perseguir horas de gloria
que se confunden con escollos y lamentos
he conquistado con mi paso
aquella paz y aquella luz que fuera el sueño
que dilataba mi esperanza
hasta lograr la plenitud que entrega el tiempo
no pude ver en mi camino
tanta promesa que añoraba en el sendero
pero esa senda fue el espacio
por donde pude acometer el don postrero
y en la certeza de esa hora
vertiginosa fue la savia en mi cantero
hasta lograr agradecido
el escalón que da a la puerta de mi cielo


   
 
5
 

Sé que la vida


Sé que la vida me reserva
interrogantes fantasías en su marcha
porque ha querido regalarme
aquella paz que sólo tiene quien avanza
por los caminos que nos llevan
a descubrir las luminarias de la zarza
y el pobre intento de mis ojos
no puede ver desde el perfil de su mirada
aquella estirpe trascendente
hecha de luz y hecha de amor que en filigrana
humilde alumbra el horizonte
que se percata de su muerte cuando pasa
de aquella luz del mediodía
hasta la noche que es ocaso de alborada
sólo reclamo ese horizonte
que se establece entre los cauces de mi alma
donde hubo un sol que alzó su lecho
y regocija con su amor en mi morada


   
 
6
 

Encendí en mis ojos


Encendí en mis ojos las estrellas
cuando sé contemplar el firmamento
y no sólo descubro haces de luz
sino místicas voces en su lecho
son pequeñas al ojo de lo humano
y grandiosas barcazas que en su vuelo
irradian el calor de la alegría
y danzan concretando sus ensueños
su rojo corazón hecho de brasas
apenas aparece en su sendero
que ilumina la sombra que nocturna
regocija en la luz su derrotero
son inmensos caudales que se esconden
y en la esfera aparecen con su fuego
invitando a gozar contemplaciones
que permitan mirar al forastero
la preciosa luciérnaga que invita
a encontrar la belleza de su seno


   
 
7
 

Escuché los arpegios


Escuché los arpegios balbucientes
del pájaro cantor una mañana
alabando en su música al creador
y dejando estallar su voz temprana
que llamaba a gustar su melodía
y entonar villancicos o bagualas
sólo surge en su boca tal concierto
porque vive soñando lo que canta
y es un diálogo puro el que introduce
aguardando respuestas que no callan
cuando surgen canciones que interrogan
a partir de las notas que no cansan
oh feliz aquel pájaro cantor
que alivia aquel pesar que está en el alma
motivando a aspirar al alto cielo
y entregar la confianza en la plegaria


   
 
8
 

Corren los arroyuelos


Corren los arroyuelos de mi tierra
serpenteantes en cauces que se animan
llevando los recuerdos de otro suelo
y sembrando secretos en la orilla
vienen de algún montículo en la altura
o surgen de vertientes que dormitan
silenciosas y siempre esperanzadas
de sembrar agua pura en la fatiga
sus aguas cual espejos se deslizan
mostrando nuestro rostro que se admira
y corren hacia ríos más cercanos
cual jinetes en piedras ya pulidas
entregan al sediento su mendrugo
y lavan esa piel que se lastima
bañando al nadador que allí descansa
y encuentra el aire sano que respira


   
 
9
 

Frutos de mi huerta


He comido los frutos de mi huerta
y he bebido del zumo en mi viñedo
y en medio de los campos, en su verde
descansé del cansancio del sendero
escuché la campana de las aves
y quedé contemplando el aguacero
que mojara mis tímidos plantíos
para darles la fuerza de su techo
escalé la montaña hasta la cúspide
anduve pesaroso en el desierto
descendí mis despojos al abismo
y trepé con firmeza el ventisquero
coseché los trigales de mi siembra
y pude navegar con arduo empeño
en ríos que invitaron a la calma
y al esfuerzo en la paz de mi velero


   
 
10
 

Sé que la tierra


Sé que la tierra contará su historia
en esos versos que su sol clamara
con la belleza del amor que crea
y la pureza que ennoblece el alma
sé que la vida es un manjar de estrellas
cuyo destello purifica y salva
y en los vaivenes de su voz recita
glorias eternas a quien arde en llamas
es la esperanza aquel precioso fuego
que va abrasando mi sencilla lámpara
y se presenta con su voz que anuncia
la envergadura del amor que aguarda
sólo la tierra que me está aguardando
urge vivir su repertorio en danzas
al celebrar en un ceñido tiempo
esa riqueza que encendió la zarza


   
 
11
 

La vida se aproxima


Sé que la vida se aproxima
a delinear la eternidad que fue su presa
cuando las luces de su día
van descubriendo que perecen en su tea
sé que la vida se aproxima
sin anunciar con sus agujas cuándo llega
aquel minuto de la gloria
que tanto busco recordar en mi faena
sé que la vida está en la tarde
y en esa tarde que culmina en epopeya
de la radiante luz del sol
desvanecida entre el ocaso y las estrellas
vivo morando allá en lo alto
donde me espera el creador para mi cena
y donde aguardo que la alianza
se cristalice con la paz que hay en su celda
oh feliz tarde la del día
que ya pensado se dispone en su cadencia
a coloquiar con otros tiempos
donde no existen horizontes ni fronteras


   
 
12
 

Aves blancas que vuelan


Aves blancas que vuelan su silencio
por el cielo en la faz de la mañana
conquistando alboradas infinitas
y danzando en el mar de la cascada
repentina atracción la de ese puerto
que culmina su vuelo en su coraza
y retorna a las aguas que bañaron
el sudor que padece su labranza
oigo voces en aires que apacientan
sus ruegos de aparcar en agua clara
donde surgen los himnos de ese día
que recitan bondades que descansan
ese vuelo del ave me conduce
a indagar en la senda de mi barca
que humillándose en pos de las alturas
decide cosechar goces del alba


   
 
13
 

Sólo en ocaso


Vivo en los remesones del misterio
oteando mi retina solitaria
hacia aquel horizonte que sin tregua
desea que lo encuentren mis sandalias
sé que la tarde gris está clamando
por vivir la suprema lucernaria
que ilumine mi senda con matices
de reflejos postrados en mi estampa
sé que los arreboles preanuncian
jubilosas canciones en mi barca
sé que la noche en el oscuro espacio
dirige los efluvios de mi alma
hasta ver esas luces que pregonan
taciturnas la voz de la alborada
y el astro que se esconde y que resurge
contiene infinitud de rosas blancas
envueltas en los rayos navegantes
que pintaron sus pétalos que danzan
sólo en la senectud y en el ocaso
puede el hombre beber aquella gracia
que lo salva en la paz y en la sapiencia
de entrever los secretos de su alba


   
 
14
 

Sé que el anochecer está en silencio


Sé que el anochecer está en silencio
descansando en su seno la palabra
bebiendo aquel secreto que inefable
permite descubrir gritos del alma
la noche se aproxima en densidad
y en clamores que anuncian lo que callan
invitando a correr entre la sombra
y a buscar el misterio que ella exhala
perfumando los tímpanos que escuchan
manantiales de amor entre las llamas
silencio soledad y noche oscura
aligeran la mente ya cansada
y abrigan el sonido de esa letra
que se expresa con voces de campana
llamando a conversar las confidencias
que nutren de belleza la mirada
oh noche de mis días que te enciendes
e iluminas canteros de mi plaza
oh noche que percibes el secreto
que penetra mi ser antes del alba!


   
 
15
 

He de vivir soñando


He de vivir soñando y he de morir cantando
maravillas de Dios y de sus astros
florecillas de humilde procedencia que alumbran
descubriendo secretos de aquel faro
de aquel parto purísimo
que produce el Señor cuando ha creado
y embelesa los ojos
y restañan sus aires toda herida
y culmina su ser
que es fruto del amor que se ha donado
y recrea en los hombres
la vida que ha matado el desamor
resurgiendo y clamando
en un tiempo de gracia bendecido
caminando hacia el alba
que nace en la corteza de la noche
y empalma con los rayos que da el astro
he de vivir contemplando y he de morir poseyendo
la luz que hubo nacido en plena noche
y el día que ha surgido para siempre


   
 
16
 

Un hallazgo


Encontré entre las flores de mi campo
un racimo de perlas luminosas
que clamando vivir en la mirada
del hombre que se acerca con sus coplas
conjugaron la piel de sus colores
con la gracia que enciende sus aromas
y en humilde jergón de su pradera
ofrecieron beber en sus corolas
una alforja de espléndidos enjambres
tutelando mi senda con sus hojas
entonando su voz la pedrería
que sumerge al dolor en cada glosa
y se ufanan sellando enaltecida
la rica variedad que hay en mi choza


   
 
17
 

Escuché vientos


Escuché vientos de inusual fiereza
trayendo en hombros el anuncio bello
de aquella historia que estalló en verdades
y se esparciera en un glorioso tiempo
fui restaurado por amor del Padre
que se proclama con la voz del Verbo
y fui sanado cuando padecía
cruda tristeza en mi jergón de enfermo
pude apreciar la singular proeza
del Hijo santo que bajó del cielo
y cobijarme en sus benditas alas
donde bebiera lo que ofrece el céfiro
ayer mi vida renació en mi casa
por esa gracia que encontré en mi vuelo
que me restaña de cualquier dolencia
y purifica de mortal veneno
sólo Dios puede recoger mis pasos
y enderezarlos en el duro invierno
alimentando con su diestra mano
mi débil nave que amarró en su puerto


   
 
18
 

Oigo caminos


Oigo caminos que en su trayectoria
fueron audaces recogiendo huellas
de transeúntes que en silencio fueron
esos gigantes que encendieron perlas
fueron las huellas musitar del Verbo
y fue el camino su velar de piedra
donde descubro que el Señor se inmola
por ser la senda donde el tiempo apremia
oigo caminos que señala el cosmos
y me acompañan cual naciente estrella
que en noche oscura me ilumina en llamas
para que busque al labrador que ciega
benditos pasos los anuncios puros
de ese sendero que en el hombre arrecia
por el anuncio que no admite el ripio
y se proclama en singular proeza


   
 
19
 

Vi que en la tarde


Vi que en la tarde gris
ancló la lluvia
sepultando temores de sequía
cuando mansa aquel agua se aprestaba
a regar el trigal y sus gavillas
y cayeron cual perlas en racimos
las gotas promisorias de la estiba
y al llegar hasta el suelo hicieron fértiles
plantaciones que anuncian la vendimia
el agua que del cielo se acercaba
es oro rosedal lino y harina
cual maná que ha venido a socorrer
del hambre la pobreza y de la esquirla
que atribulan las páginas del hombre
cuando solo en la tierra se encamina
a lograr ese fruto del trabajo
que la lluvia en su cántaro prodiga
acariciando surcos que ha bañado
con humilde aguacero en su caída


   
 
20
 

Vivo el calor


Vivo el calor de tu divina entrega
escucho el astro de tu amor sin pausa
oigo las voces con que mis hermanos
entonan salmos en tu acción de gracias
es tu pesebre repicar de notas
que religiosas tu grandeza claman
es tu madero recital de amores
con que tú anuncias la verdad que sangra
es tu mirada la del trigo blanco
que me alimenta cuando tú me sanas
es tu palabra coloquial encuentro
que tú provocas cuando el hombre ama
eres el Hijo que me expresa al Padre
y es ese Padre quien me dio tu gracia
el agua pura que engendró el bautismo
y milagrosa se gestó en tinajas
yo te bendigo redentor que entregas
tu sacro cuerpo en esa cruel jornada
donde me diste tu infinita vida
cuando morías por salvar mi alma


   
 
21
 

He caminado por el mundo


He caminado por el mundo
y he conocido aquel secreto de sus horas
los avatares de la marcha
y los destellos que fulguran en su historia
he caminado entre mis sueños
por encontrar aquel misterio que se inmola
para esparcir en altos vientos
lirios de paz entre las manos de la aurora
quise beber su magnitud
como vasija que anhelara en pobre choza
reverenciar al propio mar
introduciendo toda el agua en esa copa
quise correr por sus caminos
y sólo pude transitar en esa alforja
de mi pequeño sembradío
que sólo pudo repicar desde su sombra
y el mundo entrega ante mis ojos
la expectativa de encontrar voces de gloria
que he de buscar en mi velero
con la impotencia de beber lo que me arroba
pero que es clara invitación
a conquistar aquel panal que arde en su hora


   
 
22
 

Busqué las plenitudes del oasis


Busqué las plenitudes del oasis
por saber contemplar en el silencio
y callar esos ruidos que deliran
para luego entonar notas de fuego
que nacieron del ascua de la fuente
y aquietaron al hombre en su desvelo
estallando la paz en episodios
desprendidos del auge de los vientos
he podido viajar la noche oscura
con la humilde paciencia de ese ciego
que ignorando la senda de sus pasos
sólo rigen sus pies de jornalero
caminando en la fuerza de la paz
y envuelto en la confianza del maestro
que mostrara una meta sin escalas
en las huellas clavadas al sendero
y conduce al portal de la mansión
con la clara visión del don postrero


   
 
23
 

Mi tierna madre


Mi tierna madre me ha buscado
para encenderme en el amor que fue mi herencia
en esa cruz donde su hijo
me redimiera en su dolor y en su pureza
ella fue luz de mi camino
desde el madero en que nació su descendencia
y me protege misteriosa
aunque no encuentre en mis oídos la respuesta
sólo el amor es en mi madre
aquel tesoro que en mis lágrimas me asienta
y me reclama la confianza
que como hijo yo le ofrezco en mi pobreza
ella es la Madre de los pobres
y esa verdad me regocija en la certeza
de cobijarme en su regazo
donde percibo su mirada que me templa
ella me entrega a mi Señor
que como niño ha de jugar en su simpleza
para decirme que ha venido
por regalarme aquella paz que ardió en su gesta


   
 
24
 

Vivo en el corretear


Vivo en el corretear de la confianza
y descanso a la sombra del verano
y a la espera de cánticos eternos
aspiro el recital que dan los pájaros
aguardando el destello de la aurora
suspiro por el ascua del ocaso
todo ya fue pensado desde siempre
y se engarza en el día de mi hallazgo
nada puede alterar mi sed ardiente
de volar en los vientos de mi barco
que eligió el ruiseñor anclar su nave
en floridos valeres de mi espacio
quiero con la paciencia de mi llama
recorrer el camino con sus pasos
y anhelando la senda del encuentro
busco el pregón que anuncie que en mi lazo
yo podré navegar con mi canoa
sin temer los ardides del quebranto
del agua en mi navío y aquel viento
dará lecho al hostal de mi descanso


   
 
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