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Siervo en el tiempo


Siervo en el tiempo que vivió sonora
senda que busco y renació en el día
y sé que pura su fragancia ardía
hasta invitarme al corredor que explora

claros retoños de la flor que ahora
canta su gracia cuando presentía
en la esperanza el rosedal que ardía
y entona el puro musical que añora

tiempo de cielo que en la tierra enseña
a cavilar en la encrespada peña
gestando luces en mi pensamiento

que me animaran en la cuesta dura
y me conduce a la profunda hondura
donde revive su fervor el viento


   
 
1
 

Magnífica grandeza


Magnífica grandeza me depara
el Señor que me postra en su ternura
cuando entrega en la cruz su tez madura
y muere en ese amor que me repara

glorioso aquel Señor en quien se ampara
la pequeña versión de su figura
en la humilde verdad de mi estatura
que cobija aquel tiempo que separa

de la vida futura y sus estrellas
donde intento abordar sus luces bellas
cual signo de la tierra incomparable

de quien guía mis pies en su inocencia
y confiado en su rica confidencia
intenta el horizonte inseparable


   
 
2
 

La vida


Abanico de sombra y de poesías
intento de esmerados recitales
esfuerzo por morar en los vitrales
del hogar que te brinda lo que ansías

generosa vertiente que nacías
para dar alimento a los frutales
y tejer confidencias amicales
que alivien el dolor en que morías

jubilosa la vida que en su tarde
ha gemido por ver en ese ocaso
maravillas de un tiempo donde arde

la esperanza que anuncia con su paso
la inminente visión que aquella tarde
anunciara la fuerza de su trazo


   
 
3
 

Cuando llega la tarde...


Cuando llega la tarde y me envuelve la noche
escuché las luciérnagas que semejan estrellas
porque el cielo regala en su parto increíble
la verdad que ilumina cual lucero en la estepa
y asumiendo esa piel que nació entre mis manos
me introduzco en el cuenco que llenó la represa
y navego en las ondas dibujando en la calma
el sendero de fuego que enraizó mi certeza
del camino que lleva al edén prometido
y desanda visiones que apagaron la senda
porque el sol es antorcha que jamás palidece
aunque tiemblen ciclones o enfurezcan tormentas
y tan sólo el anclaje en el mar y sus ríos
es pureza de gracia el amor y su diestra

nada puede invadir el camino que sube
a la meta suprema la del astro y su fiesta


   
 
4
 

Vigoroso estío


Vigoroso aquel tiempo del estío
que en vendimias inserta su presencia
uniendo aquellas vides con la esencia
que es misterio de amor en tanto frío

porque el Hijo conquista el triunfo mío
y lo expresa en el vino de su ciencia
que es amor transformado en deferencia
del licor en la sangre de su río

copiosa aquella vid que vio su estreno
por brindarse al Señor que en propio vaso
aspira a desbordar su mar sereno

la bebida el manjar que hunde su trazo
en la fibra del alma cuyo seno
beberá de su fuerza en ese vaso


   
 
5
 

Haces de polen


Haces de polen en graciosa abeja
se refugiaron por sentir su canto
que se guardara en poderoso manto
de aquel panal donde la miel se deja

entretejer hasta que allí festeja
el hortelano que en festivo llanto
mostró su triunfo y cobijó su encanto
en ese fruto que el amor refleja

flor del verano que feliz me diste
desde tu seno aquel manjar que enseñas
a quien te busca cuando floreciste

en el jardín donde jamás desdeñas
dar de tu vida cuando te reviste
aquel aroma que a vivir te empeñas


   
 
6
 

Cuando en palabra


Cuanto en palabras anunció mi boca
pude escuchar en agraciado oído
y fue promesa que al ferviente oído
la proclamara mi sencilla boca

hermosa letra reservó mi boca
para estrecharse con el propio oído
y en la canción le susurró al oído
aquel recuerdo que expresó mi boca

he compartido con festiva boca
los villancicos que gozó el oído
al reclamar a la sencilla boca

las alabanzas que aguardó el oído
para cantar con inocente boca
al astro puro que me habló al oído


   
 
7
 

Majestuosa vertiente


Majestuosa vertiente que has regado
el suelo que anhelara tu bebida
en que surgen los tiempos que dan vida
y aparece el trigal amamantado

he podido correr embelesado
por saber contemplar enriquecida
la noche que en la estrella amanecida
descubrió el oropel que hubo buscado

celoso de las luces esteladas
gira el sol balbuciente que aparece
alumbrando canciones esmeradas

que entona el ruiseñor cuando decrece
la visión y la voz abroqueladas
en busca de aquel sol que no perece


   
 
8
 

Sé que camino


Sé que camino sin tardanza
por alcanzar la primavera en sus celajes
y cosechar flores de otoño
cuando se esconde aquel verano con sus aires
quiero pasar interpelando
a quienes buscan en la noche sus vitrales
sin descubrir que sólo el día
puede ofrecer un manantial en sus cristales
sabe la vida en esta tierra
reconfortar en su belleza cada tarde
y contemplar apasionada
la trascendencia que se esconde en sus sitiales
quise abrevar en la montaña
y en la vertiente que regala rosedales
y me dispuse a recorrer
esa alegría que festejan los que saben
cuando encontrara la riqueza
de aquel tesoro que se anida en los trigales


   
 
9
 

Busqué en mi canto


Busqué en mi canto hasta beber silencio
y fue el silencio quien produjo el canto
porque se une a mi silencio el canto
cuando mi voz me reclamó el silencio

y adoctrinado en el sutil silencio
pude explayarme con la voz del canto
porque el silencio reclamó mi canto
y el canto es hijo que engendró el silencio

sé que en la tierra aquel profundo canto
fue demorado en proverbial silencio
que me reclama la matriz del canto

por dar la luz a quien está en silencio
con esas notas que produjo el canto
al que su vida lo llevó al silencio


   
 
10
 

Quiero volar


Quiero volar en la celeste esfera
y navegar en el cercano río
hasta lograr en el reciente estío
aquella gloria que encendió la estera

oigo rumores de encendida cera
que me iluminan el hogar sombrío
cuando detengo con mi fuerte brío
las amenazas que postrado espera

nace cantando mi bajel que añora
entretelones de la tierra nueva
y el cielo nuevo que aguardó su hora

quiero volar con el poder que eleva
mi humilde tiempo en la postrera hora
donde el arroyo me pidió que beba


   
 
11
 

Sé que la voz


Sé que la voz del sol arde en su llama
con su voz portentosa y prominente
conocí su destello y al presente
la urgencia de elevar lo que él reclama

supe del cautiverio que me llama
a orquestar los enseres que la gente
gusta en la libertad y en voz latente
esgrimir los arpegios con su llama

encontré la preciada golondrina
que visita la tierra en la sonora
y viviente estación que la encamina

primavera feliz llegó tu hora
de inundar de fragancia peregrina
el espacio que busca lo que añora


   
 
12
 

Jalonando mi tiempo


Jalonando mi tiempo enmudecido
que interpela el futuro en su vertiente
reduce la inquietud que en rostro ausente
fue duro trashumar empobrecido

y posado en los aires del olvido
ha buscado morar su voz potente
en capullos de luz que el sol naciente
bañara en esa trama sumergido

oh tiempo que me entregas jubiloso
el fruto del rigor que padeciste
y vives entusiasmo en tu reposo

te nutres del misterio que viviste
reclamas en tus horas mi alborozo
y escuchas el cantar que me ofreciste


   
 
13
 

Excelsa magnitud


Excelsa magnitud la de tu boca
que proclama salvífico momento
y vestida de oro en su contento
aclama gratitudes que provoca

entusiasmo en la tierra que se aboca
a entrever el sublime alumbramiento
de quien muestra el calor que en su momento
enciende el pajonal que arde en la roca

nutriente de mi voz el sol que indica
las horas prisioneras de la noche
y los tiempos que el día me replica

venturosa la tarde y su derroche
que ingresa al ventanal donde repica
el rayo de esa luz que fue su broche


   
 
14
 

En la espesura


Recorrí de los montes la espesura
y fijé la mirada en ese río
que se fue diseñando con su brío
y regó las raíces cuya altura

ha mostrado aquel árbol que perdura
en las míticas plantas que el estío
destruyó con sus vientos y bravío
produjo en el incendio sepultura

el arbusto que humilde se cobija
en un campo de escombros y malezas
evoca en esa pálida vasija

los recuerdos de ayer cuya aspereza
nos permite escuchar desde la hendija
el norte de aquel fuego y su fiereza


   
 
15
 

Celebro potestades


Celebro potestades querubines
que en el rostro del Padre glorifican
en eterna alabanza y fructifican
sus compases su ritmo y sus festines

donde añaden su voz los serafines
y angélicas creaturas que dedican
su voz a cantar glorias que edifican
y reducen a polvo sus confines

pues la gloria ya excluye el horizonte
y el cantar de las voces celestiales
semejan floraciones de otro monte

y las aves suspiran magistrales
cuando intentan plañir en este monte
en humilde versión sus recitales


   
 
16
 

Calor de la alborada

(verso libre)


Calor de la alborada
invita a compartir su nacimiento
pequeña y silenciada
humilde y generosa
que procura respuestas
a mi hermano que llora en su fatiga
a mansiones que claman el sustento
a los ojos que esgrimen su penuria descalza
y aguardan en su día
la voz del cireneo compasivo
el pan del posadero que regala el silencio
o el manto que recubre
los áridos esteros de mi tierra


   
 
17
 

Movido a compasión


Movido a compasión ha provocado
el encuentro que goza estremecido
quien se entrega al perdón que arrepentido
le reclama su hermano allí postrado

y el ángel que ilumina apasionado
envuelve con sus alas el latido
de quien pudo vivir enternecido
el regalo de amor insospechado

la grandeza que nace de alma pura
refleja el corazón que en su desvelo
contagia aquel amor que fue su anhelo

y asumiendo el dolor que lo tritura
padece en propia sed esa tortura
que arroja hasta el abismo de su cielo


   
 
18
 

Señor que te escondiste


Señor que te escondiste
en la jungla del tiempo inesperado
y sólo apareciste
en tiempo señalado
por traer esa luz que me ha bañado

tú sabes del misterio
que arropa con su música mi alma
y en duro cautiverio
deseoso de la calma
me prometes la fuerza de tu palma

oh Dios tres veces santo
oh divino guardián del alma mía
entrégame tu manto
y llévame a tu vía
donde sólo tu rostro me envolvía

aquieta mi esperanza
que busca cosechar frutos inciertos
y enciende la confianza
de saber que el desierto
es la senda que lleva hasta tu huerto

 
19
 


Señor tú me apresuras
a buscar maravillas en tu seno
cosecho en duras guerras
mecidas por su trueno
los frutales que ofrece tu árbol bueno

relámpagos y vientos
no destruyen la paz que fue conquista
y siempre a pasos lentos
sufriendo cada arista
aparece la gracia del artista

tu amor insospechado
es el himno que entona mi fatiga
tú sólo has contemplado
con destreza de auriga
la urgencia de escuchar tu voz amiga

Oh Dios tres veces santo
que despiertas mi celo enardecido
retiéneme a tu abrigo
y empuja mi quebranto
por ser mi Dios, mi amor, tres veces santo


   
 
20
 

Aquel naufragio


Observo aquel naufragio
que esquivo en sus acentos
buscaron mis pupilas dormitantes
incapaces de ver
el follaje que cae
por beber la tormenta con la fuerza del viento
anudando los pétalos del árbol
quejumbroso
la fatídica tarde del despojo
la inexperta vivencia
de nadar en la aguada sin estrellas
y empalmar confidencias
con la fuerza del aire apaciguado
que muestra compasivo
el balsámico estreno de su estela
purifica el espacio
se conforta la vid de mi esperanza
y culmina su acento
redimiendo en su luz


   
 
21
 

Confusos horizontes


Merodeando confusos horizontes
de selvático germen
yo quisiera plasmar en lontananza
la aurora de aquel astro que seduce
y aplaca el rigor
y baña en propia piel
viejas techumbres
entonando en la cima
de su sed
constelados cantares
de sueños
en pos de la belleza presurosa
del nardo
del oro


   
 
22
 

Follaje de recuerdos


Follaje de recuerdos
nacidos en la infancia
que bullen en sus aires
y acuden a habitar en la memoria
deseosos en su vuelo
nostalgiosos de ríos ya lejanos
que anhelan el futuro
y su presente
y en el hoy se interrogan
por sus nombres
anunciando coplas fervientes
pronunciando esa letra
que surge de vagar entre los bosques
por acallar esas voces del desierto
contemplando
hilos de luz que tejen la belleza
del sol en las hendijas entreabiertas
que callan
dibujando un vergel apaciguado
e invitan a beber
todo su fuego
que regala las voces de su gloria


   
 
23
 

Veo la tierra



Veo la tierra que el vergel cobija
dando fragancias que enjoyó la hora
que se postrara cuando ya sonora
forjara notas en su tez prolija

humilde el día que en su seno fija
las melodías que mi voz implora
para entonar esa canción que aflora
y hunde raíces en mi fiel vasija

lucen arpegios en la cera blanda
que se dispone a develar su fuego
iluminando aquella senda oscura

donde se mece la visión que agranda
aquel fervor de mi creciente ruego
que me signara a conquistar altura


   
 
24
 

Vientos que puros



Vientos que puros atraviesan días
ensimismados en su trayectoria
por los recuerdos que ya son historia
y renacieran en diversas vías

amaneciendo con su luz tardías
las madreselvas en feliz memoria
depositando su esplendente gloria
en aquel cofre que se abrió en sus días

flores y fiestas con su algarabía
dieron la nota de inusual contento
a muchedumbre que en su canto ardía

regocijada con su rostro atento
por esplendores cuyo porte ansía
irradiar voces de supremo aliento


   
 
25
 

Brillantes surgen


Surgen brillantes en el valle oscuro
lejanas perlas cuya voz destella
en cada cuenco que guardó su estrella
para forjar el memorial que puro

provoca el tiempo del andar futuro
cuando comienza la nocturna y bella
canción de cuna que alimenta en ella
clara confianza en el atajo duro

noche preciosa que en tu pensamiento
entregas silbos que en su lucernaria
cantan y brillan con la luz del viento

sin que alguien sepa de su abecedario
ni dónde surgen ni hacia dónde atento
irá soñando su feliz glosario


   
 
26
 

Rosa que ofreces


Rosa que ofreces la fragancia pura
donando pétalos de la rosa blanca
jardín de rosas que de roja y blanca
arden capullos en su fiel textura

es tu presencia sinigual figura
que me regala su inocencia blanca
para vivir en la estrechez tu blanca
y excelsa vida que anunció futura

aquella gloria que encendió tu gracia
y aquel perfume que exhaló tu rosa
cuando en la tierra apareció el destino

de alejar siempre la sutil falacia
en el intento de expresar mi rosa
cuando en mi paso descubrió el camino


   
 
27
 

Belleza que te expandes


Belleza que te expandes silenciosa
en la pura vertiente que ha regado
rosedales que muestra alborozado
quien tejiera el jardín que presurosa

ostenta aquella flor que bella rosa
en los aires del hombre se ha guardado
y diseña aquel tiempo en que ha soñado
revelar su misterio que hoy reposa

purísima jornada que me enciendes
los pétalos que surgen anunciando
la fragancia y color que tú pretendes

para luego irradiar reconfortando
el perfume vital donde tú aprendes
a vivir en tu rama contemplando


   
 
28