Desde este umbral


INDICE

   La sencilla rosa

   Nostalgia de mi campo

   Verdor que me recrea

   Hacia las rosas

   Mi sed ardiente

   Diáfana pureza

   Mi canto

   Sólo Dios

   Mi esperanza

   La guarda del Señor

   Los aires que él recrea

   Hemos orado

   El río busca el mar

   Vuelan los pájaros

   La luz del silencio

   Escucho cánticos

La sencilla rosa


Viví en la noche la esperanza cierta
de caminar en un adusto suelo
que me llevara a contemplar la gloria
entre el follaje de un fugaz destierro
son mis palabras las pisadas pobres
que se encaminan a encontrar mi celo
por ingresar en un jardín nocturno
donde el color y la fragancia vieron
que hay más belleza en la sencilla rosa
que en su perfume y su matiz diverso
pues en la noche no me impide ver
las maravillas de su luz que abrevó
ha desbordado su precioso encanto
para entregar como sublime esmero
aquel amor que sin verter palabras
ha penetrado en el profundo cuenco
de quien buscando el rosedal aparca
en los umbrales que feliz contemplo
de una presencia misteriosa y densa
de quien nos habla en singular secreto
y se proclama en la vertiente muda
dando aquel agua que guardó el misterio


 
 
   
   

Nostalgia de mi campo


He podido sentir mi propio campo
descubriendo en el surco sus tesoros
que son vivos recuerdos de una tarde
y frutales bebidos en su tronco
he gustado rumiar esa palabra
que en páginas sencillas hoy recorro
y fueron una luz que ha proyectado
su fuerza en mis caminos ardorosos
el árbol me ha enseñado con su sombra
a gustar el silencio y el reposo
y a comer su alimento que pequeño
me recuerda aquel pan que tanto añoro
y el pájaro en las voces de su canto
supo hablar de aquel diálogo sonoro
en labios de los hombres que contemplan
y buscan exclamar aires de asombro
pues encuentran belleza en este campo
y la paz y el amor como tesoros
hoy recuerdo el ardor con que en mi tierra
aprendí a caminar y en cada sorbo
encontré la fragancia de las flores
y el calor de familia en su rescoldo


 
 
   
   

Verdor que me recrea


Sé que el sendero es mi desierto
en este campo jalonado de riquezas
y aquel espacio en que me expreso
ha descubierto el horizonte que se acerca
y entre el cansancio y una pausa
vivo feliz en la esperanza de la meta
que son plateados ventisqueros
o jubilosas madreselvas que se allegan
naturaleza polvorienta
tú me convidas con manjares y diademas
cuando el desierto ya fenece
porque ha podido conducirme a la represa
donde mi ser ya se disipa
y puedo ver aquel verdor que me recrea
con esos pétalos que llueven
desde el puro rosedal hasta la tierra
yo pienso al ver esos destellos
que en infinita plenitud vive quien crea
las maravillas de mi tiempo
al anunciar con su tesón la vida nueva


 
 
   
   

Hacia las rosas


Sé que mi canto a la nostalgia ahuyenta
porque eclosiona un manantial de notas
que enarbolaron un florido manto
para cubrir mi desnudez que brota
de aquella frágil levadura humana
donde la noche reveló su sombra
y sólo aspira a recibir al astro
que con sus rayos alfombró mi alcoba
días gloriosos los que vive el hombre
cuando se esmera en culminar su proa
con la esperanza de vencer tinieblas
y la alegría de beber su hora
enardecido en la celeste esfera
mientras aguarda a su Señor que mora
en su alma pura que aparece abierta
al mismo cielo, infinitud de rosas


 
 
   
   

Mi sed ardiente


Yo no quisiera en esta tarde
desconocer esa verdad que se revela
para dar luz a mi existencia
y caminar con esa paz que me recrea
quiero dar alas a quien vive
ensimismado en el portal de su simpleza
para que pueda refugiarse
en esa clara densidad que tanto espera
no sé mirar otro horizonte
que el despertar de una mañana con su estrella
y sólo quiero con ahínco
enardecerme en los arpegios que revelan
las melodías inefables
de esos destellos que escuchara en esta tierra
y sosegar con sus acordes
la sed ardiente que yo vivo con mi lengua


 
 
   
   

Diáfana pureza


Hoy camino en silencio contemplando
el paisaje encendido en lontananza
y aguardo mi llegada hasta su fuente
para luego habitar entre sus alas
y sueño con los montes portentosos
con la nieve y el sol que se desgrana
por bañar con su faro aquella cima
que anuncia en las alturas a quien llama
a viajar con los ojos hasta el cielo
por volver reluciente la mirada
que permita en su diáfana pureza
advertir la hermosura de la zafra
que cual médula nunca se adivina
sin podar la rudeza de su cáscara
hoy camino sabiendo que el sol siente
y enciende sus ardores en mi barca
donde todo se viste con sus rayos
que ofrecen los matices de su casta
oh bella creación que me apacientas
y entregas tu riqueza en mi posada
tú cantas de tu autor la trascendencia
y percibes su voz entre las llamas


 
 
   
   

Mi canto


Canto Señor a tu divina gloria
mientras escucho el parpadear del tiempo
que ve la luz y ve también la noche
porque la tierra no ha llegado al cielo
el tiempo vive su misterio grande
entre los días y el oscuro velo
que se alternaran en común lenguaje
para lograr lo que buscó mi sueño
el tiempo es breve en el jardín humano
y sólo alcanza plenitud su vuelo
cuando descubre en lontananza el aire
en otro espacio sin sufrir desvelo
canto Señor en singular vehemencia
la maravilla que en mis ojos llevo
cuando imagino aquella eterna gloria
que prometiste en tu inmortal diseño
cuando entregaste tu preciosa vida
en ese altar de tu divino leño


 
 
   
   

Sólo Dios


Es tu presencia singular misterio
que me estremece en sus humildes brotes
pues sólo Dios en su misericordia
pudo encerrarse en un pequeño cofre
que fue aquel seno de la madre virgen
y el pan y el vino de quien se hizo pobre
para llenarme con su amor profundo
y alimentar con ese cuerpo noble
al que sediento en el andar camina
y se detiene a conocer el nombre
de quien le ofrece su mirada santa
y le regala lo que busca el hombre
que es la alegría de encontrar la cumbre
que sólo Dios en su secreto esconde







Siento Señor que mi esperanza
es un grito de amor que me regalas
es anuncio de vida y es clamor de mi angustia
que recorren los aires vagabundos
para luego correr
en mi tarde
descorriendo sombríos nubarrones
augurando un camino
anunciando pimpollos que amanecen y alumbran
me permite ambular
por secretos senderos de la noche
y aguardar placidez en la hora amanecida que aguarda
el puerto esperanzado
la casa que buscaba el propio techo
mi sencilla posada
que llena del amor que la contiene
devela los misterios que esperaba


 
 
   
   

Mi esperanza


Descanso en la esperanza de tu gloria
cuando añoro beber de tu misterio
que me anuncia el secreto de tu casa
en efluvios de amor que me conquistan
soy un pobre que clama por su techo
y en deseos palpita su miseria
vestido con la ropa que en remiendos
despoja mi egoísmo de lo vano
y pobre y mendicante y solitario
me basta recorrer horas felices
que me anuncian clamores de un futuro
dispuestos a cantar en mi velero
y depongo la angustia y la tristeza
porque albergo en mi sueño la osadía
de saber que me aguarda el que me busca
y ha tejido mi senda con su mano
para luego abrazarme en el encuentro
y hospedarme en su gloria sin fronteras



 
 
   
   

La guarda del Señor


Hoy la distancia me ha vedado
aquella puerta que aparece en su morada
y yo no sé del tiempo mío
que desconoce los momentos que rebasan
el monte siempre es elevado
para los ojos que conquistan su mirada
en el andar de mi sendero
por encontrar alguna luz agazapada
que me aperciba de aquel norte
adonde viaja mi existencia esperanzada
quiero correr a los umbrales
que se disponen a empalmar con mis pisadas
y sólo sé que aquel espacio
yo no lo puedo descifrar en esta marcha
he de seguir por el camino
hasta que el cielo me regale su alborada
y he de gozar en esa senda
porque me lleva a conquistar la voz del alba
que para siempre estrenaré
cuando mi tiempo esté en el tiempo de la zarza
y cante glorias y aleluya
porque el Señor me haya guardado en su posada


 
 
   
   

Los aires que él recrea


He vivido cantando
y he gustado beber de tu sapiencia
cuando el duro camino
me exigió reclinarme en honda espera
he querido la vida
por darla a mi Señor y a quienes fueran
discípulos que buscan
aprender las lecciones de su senda
he sabido apreciar
los racimos de sol para mi huerta
y he gozado al mirar
el brillo secular de las estrellas
que iluminan la noche
en cadencia de luz en mi reseña
oh clara magnitud
del amor que el Señor volcó en mi mesa
oh viva densidad
que el amigo en su júbilo me entrega
para hacerme feliz
cuando crujen los vientos en su estela
y puedo contemplar
la mirada de paz donde se muestra
la voz indescriptible
que el Señor me regala en su faena
cuando inmola su vida
por que beba en los aires que él recrea


 
 
   
   

Hemos orado


Hemos orado y esperado juntos
al abogado que nos diera el cielo
que fue promesa que nos diera el Hijo
al elevarse en su glorioso cuerpo
hemos vivido la presencia mística
del propio Espíritu al llenar los cuencos
de nuestras almas que se alimentaron
con esos dones que anunciara el fuego
iluminando nuestra fe en Jesús
y descifrando lo que dijo el verbo
alimentando con su ser divino
nuestra familia en el amor fraterno
para ser santos y obedientes hijos
y entregar vida al que buscó su techo


 
 
   
   

El río busca el mar


He caminado en ese río
que en su silueta serpentea en la llanura
entre aquel néctar de la orilla
y aquella abeja que elabora lo que busca
cuando descansa en una flor
y va libando el alimento que procura
y en aquel río zigzagueante
se me ha esfumado su final en esa bruma
que la distancia me provoca
al impedirme ver el mar y su estatura
él es el puerto de este río
donde se mezcla con las aguas más profundas
todo su andar busca esa sima
mientras resuelve navegar en la espesura
bajo ese sol que lo entibiara
o claras luces prodigadas por la luna
descansa el río cuyas aguas
al recorrer todo el caudal desde la altura
logra encontrar su meta clara
donde sumerge en plena mar su propia hondura


 
 
   
   

Vuelan los pájaros


Vuelan los pájaros jadeantes
por encontrar el agua pura y su alimento
y en el esfuerzo de sus alas
van recogiendo expectativas de su sueño
ellos conocen que la tierra
es proverbial cuando regala en su silencio
aquella espiga que convierte
hasta la hartura la ansiedad que nutre el vuelo
corren felices por los aires
con la certeza de encontrar en su desvelo
la luz que alumbre su fatiga
y aquella fuerza que es vital para el ascenso
donde incesante ha de buscar
aquel descanso que recale en un alero
y así llegar a la fachada
que se ha propuesto descubrir como apeadero
donde abarcando en honda paz
pueda soñar un tiempo manso en otro estero


 
 
   
   

La luz del silencio


He descubierto al inefable
autor de glorias y de gracias coloquiales
cuando surgiera su palabra
y se escondiera en lo profundo de mi valle
vivo el misterio que aparece
sin conocer su esencia pura aunque me hable
pues la palabra que ha surgido
sólo en la luz de un gran silencio es descifrable
sin que jamás pueda entender
aquella médula de Dios con su bagaje
pero el Señor que me ha creado
ha puesto en mí todo el deseo de encontrarlo
y con mis ojos pude ver
aquella brisa que apacigüe mi lenguaje
porque no son letras escritas
sino aquel viento que callado allí se expande


 
 
   
   

Escucho cánticos


Escucho cánticos de cielo
que me recuerdan mi destino
y voy corriendo entre las piedras
con mi lenguaje enmudecido
porque observé en el horizonte
los arreboles que han podido
enarbolar en mi esperanza
esa sorpresa que he vivido
al descubrir aires de asombro
que contemplara en mi camino
porque el Señor que me recrea
regala amor a sus amigos
y coloquiando en su interior
busca encontrarse en mi destino