Voz verdadera


INDICE

   Voz verdadera

   Sembrando gracias

   Oh sol…

   La gracia en la figura

   Yo te alabo Señor

   Adoro tu secreto

   En la paz

   Canto a la Trinidad

   He indagado

   Eres luz

   La inefable presencia

   Contemplo esas cumbres

   Celebración

   Santísima Trinidad

   La zarza ardiente

   Humilde nazareno

   En la tormenta

   La Iglesia

   La Eucaristía

   La Luz de Cristo

   La glorificación

Voz verdadera


Recorro tiempos que ignoraron voces
que defendieron la justicia pura
encuentro escollos que no dejan ver
el agua clara en la incipiente noche
braman los mares que reclaman luces
de esa inocencia que negaron hombres
cuando quisieron derribar la imagen
por un delito que jamás ha sido
el Nazareno condenado a muerte
no fue juzgado por pecado alguno
sí por el odio que derrama sangre
del inocente que en silencio muere
porque el mal quiere provocar ceguera
a quien debiera defender verdades


 
 
   
   

Sembrando gracias


Hay un comienzo y una tarde
itinerantes en la huella de la vida
que me conducen contemplando
glorias de ayer y los arpegios que me animan
a recorrer en mi existencia
voces de luz y primaveras que hoy recitan
en los frutales que se visten
con brotes nuevos que a su dueño lo iluminan
en el cansancio o en el tedio
siempre deslumbra la esperanza amanecida
en esa aurora reluciente
donde el Señor nos señalara nueva cita
para que el diálogo de amigos
que es confidencia y es palabra sumergida
en el silencio del creador
y en el abismo de su amor donde él aspira
a recrearme en mi estatura
sembrando gracias y envolviendo mi fatiga


 
 
   
   

Oh sol...


Oh sol que en tus fulgores
iluminas al mundo en su carrera
tu luz nunca fenece
ni la sombra es capaz de hacerte presa
eclipsado en tu círculo
parecieras morir a tu grandeza
y en la noche profunda
tu brillo es escondido y no aletea
suprema oscuridad
tiene el mundo carente de tu siembra
opaca densidad
que parece triunfar en esa guerra
donde muere la luz
y aparece la noche y su violencia
pero tú no te mueres
y comienzas a darme luces nuevas
tu círculo de oro
se libera de oscura intrascendencia
y al final ya no veo
la furia de la sombra en su rudeza
porque solo tu fuego
es eterna verdad que me recrea
y me invita a vivir
esa bella canción de tu realeza
desechando tinieblas
y naciendo en el parto que me espera


 
 
   
   

La gracia en la figura


Verdad acrisolada
en tu cuerpo que vive en la envoltura
de un trozo de aquel pan
que me ofrece la gloria que es futura
y alimenta mi tiempo
desdeñando la sombra que es oscura
y llamando a vivir
el supremo ofertorio en sepultura
de aquel hombre que ha muerto
a sí mismo siguiendo la lectura
del maestro que triunfa
y promete llevarnos a su altura
pues quien muere ya vive
por la gracia que brilla en la figura
de quien muere en la cruz
para darnos su paz que transfigura
y me enseña a mirar
la gloria que es jardín de su hermosura


 
 
   
   

Yo te alabo Señor


Humilde Nazareno
que llevaste la cruz por nuestra vida
inocente cordero
que alimentas mi cuerpo en tu bebida
tú no sabes negarte
al dolor al escarnio o a la espina
que marcaron tus miembros
con los clavos la burla y la saliva
y te entregas al Padre
por salvar a los hombres que acribillan
con su lengua tu cuerpo
lastimando verdades con mentiras
yo te alabo Señor
contemplando tu amor cuando deicida
lo mata el desamor
ignorando los aires de tu brisa


 
 
   
   

Adoro tu secreto


Veo en la muchedumbre de los astros
tu sublime poder
descubro en la imponencia de los mares
tu infinita grandeza
escalando los montes les pregunto
por su propio misterio
y escondido en la hondura del abismo
mis ojos te descubren
cuando escucho canciones de las aves
imagino tu canto
y en la humilde pureza de las flores
recojo tu esplendor
en el hombre que llora su miseria
eres padre que sana
y en el niño que busca tu mirada
te haces niño con él
yo sé de tu misterio que insondable
no puedo describirlo
pero tú me permites contemplar
bellísimos destellos
yo te alabo Señor del universo
y adoro tu secreto
sabiendo que me entregas un anuncio
que me lleva a tu casa


 
 
   
   

En la paz


Siento cantar alondras que deleitan
mis tímpanos abiertos
oigo las voces puras de los niños
que proclaman victorias
sé que el eterno cuida de sus hijos
débiles y errantes
veo la necedad de tantos hombres
que ignoran su destino
canto con grande júbilo la gloria
que el Señor nos regala
vivo en los avatares de la historia
soportando su peso
pues el Señor me llena de su gracia
y camino en la paz


 
 
   
   

Canto a la Trinidad


Oh Santa Trinidad un solo Dios
que habitas en los huecos de mi alma
Tú vives enseñándome tu Gloria
yo busco descubrir tu viva llama
no puedo con mi fuerza abrir mis ojos
porque puedan mirar tu propia zarza
pero puedes hacer que yo te vea
llevado por tus dones en mi estancia
mañana te veré en luces eternas
hoy sólo puedo verte en la fe pálida
luminosa es la gracia y su visión
oscura es en la fe aquella mirada
un día por tu amor contemplaré
maravillas secretas que me aguardan
y hoy me gozo confiando como hijo
sabiendo que te veo en la esperanza
y mañana veré tu propio rostro
sin los velos que amuran tus entrañas


 
 
   
   

He indagado


He indagado en los aires de tu seno
por vivir la inocencia que reclamas
de tus hijos que viven en su cuerpo
sin que algunos adviertan que hay un alma
y he podido saber que tú procuras
desplegar el amor con tu mirada
en errores y vicios de los hombres
que ignoran de tu amor que nos abraza
sedujiste Señor a quien te escucha
y pudiste encontrar voces que claman
por vivir en la paz de tu presencia
y gozar tu misterio en la palabra
ten piedad oh Señor de todo el hombre
y acrecienta el clamor de quien te llama
y aunque busquen algunos el abismo
muéstrales que tu lloras por sus lágrimas


 
 
   
   

Eres luz


Eres luz que me alumbras en la noche
y eres fuego que ardes en invierno
eres Verbo de Dios que me regalas
confidencias que nacen de tu seno
eres pura Verdad que al orbe inunda
y arroja las mentiras del sendero
eres vivo alimento de los débiles
y esperanza del hombre sin consuelo
te introduces pequeño en los pequeños
y engrandeces la vida de su cuenco
el silencio acompaña tu presencia
y es diálogo de amor lo que yo advierto
reclamas esa fe sin condiciones
y entregas tu divino sacramento
levantas a quien cae en la celada
y vistes con piedad al harapiento
tu bondad tu misterio y tus pisadas
nos muestran el amor del Padre eterno
que se expresa en tu cáliz redentor
y en tu gloria que es prenda de tu cielo


 
 
   
   

La inefable presencia


Inefable presencia que te escondes
en mendrugos de pan y en ese vino
y es fruto de la tierra generosa
y las manos del hombre que ha querido
ofrecer al Señor del universo
florecillas silvestres que han bebido
del amor con que enciende el hortelano
la savia y la simiente que da el trigo
la mínima labor del hombre encierra
la divina presencia de aquel Hijo
que el Padre nos regala cada día
cual sustento del alma de sus hijos
como viático puro del enfermo
y alimento del diálogo de amigos
que recoge a los hombres de la tierra
para luego reunirlos en racimos
que viven de aquel pan que ya no es pan
y del cuerpo y la sangre que han sabido
ofrecer en pequeño receptáculo
la infinita grandeza del amigo
el amor de Jesús el nazareno
y la prenda de gloria en su destino


 
 
   
   

Contemplo esas cumbres


He cantado Señor tus maravillas
y contemplo las cumbres de tu monte
donde vives y aguardas suplicante
la presencia del hijo que en sus odres
llenará su vacío con tu gracia
cuál cantaros que crecen hasta el borde
pues tu amor en tus aires se regala
y entregas las riquezas de tus dones
a quien vive en tu ser humildes ruegos
y aspira a conquistar lo que propones
la divina amistad que tú regalas
y un llamado a morar en tus albores
que algún día serán gloriosa prenda
de quien supo aparcar en ese monte


 
 
   
   

Celebración


Hoy te canto feliz en este día
y comulgo contigo en tus afanes
que inundan mi existencia con afanes
proyectados por ti con mi alegría

y celebro cantar en este día
que es fruto del manjar de aquellos panes
que cambiaste en tu cuerpo y no son panes
como el vino en la sangre de tu día

hoy celebro feliz tu sacerdocio
que me pide tu amor irrevocable
y se goza en llamarme cual testigo

no me canso en el surco o en el ocio
de mirar la riqueza incomparable
que goza las bondades del amigo


 
 
   
   

Santísima Trinidad


Oh Trinidad santísima que vives
con tu paz y tu amor en mi aposento
produciendo destellos de tu gloria
y buscando en mi ser tu claro espejo
yo soy nada y no puedo hablar de ti
si tú mismo no vienes en tu Verbo
a dar luz a mi noche que te añora
por mirar de tu rostro su embeleso
yo le canto alabanzas a tu gloria
y empeñado en gozar lo que es tu cielo
busco entrar al abismo de mi alma
donde moras feliz en ese centro
derramando las luces de tu estampa
y gozando la voz del que pequeño
aspira a conocerte en tu santuario
y adentrarse en tu amor porque eres dueño
de mi frágil y efímera existencia
donde nada sabré de tus secretos
si no vienes con voces que te expresan
y enseñan tu palabra de maestro

yo bendigo mi Dios tu eterna gloria
y deseo vivir en este cielo
de mi alma posada de tu vida
donde siendo tu hijo soy tu siervo
aclamando tus luces insondables
y viviendo en tu amor en este tiempo
hasta verte en la gloria de tu casa
en un tiempo sin tiempo que es eterno


 
 
   
   

La zarza ardiente


Zarza que me regalas del Señor
su divina presencia
arrojando su luz incandescente
en mis ojos sedientos
ardor que me dispones a vivir
escuchando al Espíritu
fuego que me contagias el amor
que rebosa en el Padre
llamarada que llevas la noticia
de eterna salvación
concebida en el seno de María
en el Verbo encarnado
dame siempre Señor ese lenguaje
que inflame mi existencia
de tu fuerza y tu luz que purifican
a las almas que buscan
gloria a ti mi Señor que te abajaste
al pesebre del hombre
a salvar por amor la grave ofensa
que tu diestra ha borrado
eres Padre y amigo que prometes
la gloria de tu estancia


 
 
   
   

Humilde nazareno


Humilde nazareno
que llevaste la cruz por nuestra vida
inocente cordero
que alimentas mi cuerpo en tu bebida
tú no sabes negarte
al dolor al escarnio ni a la espina
que marcaron tus sienes
con los clavos la burla y la saliva
y te entregas al Padre
por salvar a los hombres que acribillan
con su lengua tu cuerpo
lastimando verdades con mentiras
yo te alabo Señor
contemplando tu amor cuando deicida
lo mata el desamor
ignorando los aires de tu brisa



 
 
   
   

En la tormenta


He conocido la tormenta
cuando ha dispuesto visitarnos con su sombra
y he requerido aquel refugio
hecho de paz y de armoniosa voz que implora
quise correr detrás del viento
pero no pude arrebatar su voz canora
busqué mirar desconcertado
y no alcancé a reconocer desde mi alcoba
aquel tornado justiciero
cuando en su raudo trajinar golpeó mi choza
en los aprestos de la vida
necesite recolectar aires de copla
que me permitan elevarme
y estar mirando desde el cielo la congoja
cuando los áridos sembrados
no han conseguido alimentar su propia copa
y vi que el tiempo me invitaba
a coloquiar con esa luz que me conforta
por ser destello de aquel sol
que tanto goza cuando alumbra en la zozobra


 
 
   
   

La Iglesia


Insigne roca fue clavada
como cimiento de la Iglesia peregrina
que nos regala la verdad
que el mismo Verbo quiso dar como noticia
aquel Señor que ha edificado
con piedras vivas la unidad de su familia
es el que anima por su Espíritu
a tal esposa que acompaña a quien la envía
para exhortar con la palabra
que está en el Padre y se encarnara en el mesías
y hubo entregado ese secreto
que el mismo Dios en su misterio pretendía
para que el hombre descubriera
aquel amor que es comunión y es diaconía


 
 
   
   

La Eucaristía


He de comer hasta saciarme
de aquel pan vivo que ha bajado desde el cielo
y convertido para el hombre
en la gloriosa Eucaristía que celebro
ese es el pan que ya no es pan
sino la misma libertad del Nazareno
que da su carne y da su sangre
como refugio del que vive su destierro
es el Señor resucitado
quien ha querido compartir su amor que es fuego
en una hoguera que ilumina
que da el calor y da la gracia en alimento
feliz quien coma de ese pan
con la blancura de su alma en el desvelo
porque Jesús el pan de vida
me invita a ser el comensal del propio cuerpo
fortificando mi esperanza
en el sublime manantial donde yo bebo


 
 
   
   

La Luz de Cristo


La humanidad en su tropiezo
busca beber entre las aguas de la ciénaga
y allí palpita duramente
esa orfandad que la conduce a la ceguera
el cielo busca rescatarla
en esa senda salvadora de su médula
como el Señor del universo
legó su sangre redentora en su carrera
y nos invita a ser el leño
de intenso fuego que produce con su tea
esa pureza de las almas
que hará cambiar su confusión en obras buenas
iluminando cada noche
y despojando toda sombra y las tinieblas
Cristo el Señor de lo creado
es el invicto vencedor que todo eleva
y nos enseña como él
a padecer tribulaciones en la tierra
para salvar a los hermanos
con esa luz que sólo el cielo nos revela
para la gloria del que es Padre
y la esperanza de la vida que es eterna


 
 
   
   

La glorificación


Bendita hora que has venido
para que el Hijo fuera allí glorificado
y cuando en lo alto fuera puesto
atraería la salud a sus hermanos
es esa cruz gloria del Padre
que se ha mostrado en aquel Hijo sobrehumano
donde su gracia redentora
es ese triunfo que el Señor ha consumado
glorificado es este Hijo
por su hermosura y por su amor que es triturado
y el mismo Padre que lo envía
en Cristo muestra su poder de rescatarnos
porque la sangre del cordero
tiene infinita propiedad de restaurarnos
y sólo busca que en el hombre
su libertad acepte el tiempo del hallazgo
la gloria propia del que es Padre
se hace presente en el Señor resucitado