Antes del alba


INDICE


I

   Atravesando el tiempo

   La aurora

   Hora de la tarde

   Te bendigo Señor

   La esperanza

   El vuelo de los pájaros

   Relámpagos de lluvia

   Desde el abismo

   Encuentro en soledad

   Hoy

   El descanso silencioso


II

   Día de fiesta

   Hoy canto a la belleza

   La paz

   La vida

   Desde el sol…

   Hollando la raíz

   Soledad y tiempo

   El día que deriva…

   Que yo vivo llegando

   El tedio

   Memoria

   El invierno

   Crepúsculo

   Ocaso

   La noche y su final

   Sólo quiero cantar

   Otoño


III

   La luz

   Revive mi memoria…

   Luces y sombras

   Primavera

   En la nítida voz

   Verano

   El dolor y los panes

   Raíces

   La música

   Atril de la belleza

   La visión de la rosa

   Humilde cántico

I













Atravesando el tiempo


Los tiempos de mi tiempo
recintos del panal que están sellados
dan gracias al artífice
de la vida frutal de tantos días
intentan laboriosos
contemplar el fulgor que humilde abeja
elabora en enjambre
y en perfume de miel se hace desvelo
pequeñas en su trazo
obreros que en el día no decrecen
las flores van libando
clausuran el trabajo que es la vida
no saben del aplauso
y su vuelo pausado me recuerda
mi tiempo atravesado
en latente sendero enriquecido
con brújula señera
del norte que pretende en el navío
de sencilla apariencia
profunda en la virtud del navegante
llenando con su ámbar
el panal que su noche esta aguardando


 
 
   
   

La aurora


Aurora que apareces
desarraigando estrellas del espacio
tus voces esa fuente
con que riegas la tierra en su penumbra
aurora que deleitas
a quien busca soñando aquella hora
de velar el misterio
que se guarda en la noche y su silencio
tú brindas la esperanza
de habitar en la paz iluminada
labrando su armonía
en aquella verdad de tus destellos
cobijo tu presencia
que me invade en la tierra que visitas
celebro tus colores
sus cristales que fulgen a mi vera
acudo a esa presencia
aguardando la savia de tu seno

alumbra mi camino
y haz que pueda servirte hasta el ocaso


 
 
   
   

Hora de la tarde


Espacio de la tarde
que aguardas los destellos del crepúsculo
soleados arreboles
belleza de aquel sol que dio su vida
silencio bullicioso
en el ámbito sacro de los nidos
palabra ensimismada
del obrero guardado en su descanso
lucero de este día
que atisba el horizonte que vigila
sendero abandonado
convertido en frondoso laberinto
paloma que te duermes
y en tus alas se duermen tus desvelos
pelícano que anidas
a los hijos que habitan en tus lares
penumbra que me anuncias
el confuso misterio de la sombra
jardines del ocaso
sin colores que canten su armonía
estrellas que se acercan
a la esfera que guarda sus diamantes
rocío de la tarde
que bautiza la noche cuando canta
veleros que apacientan
su casa en el cobijo de algún puerto


 
 
   
   

Te bendigo Señor


Te bendigo Señor
entonando los versos de tu salmo
yo te busco en la cima
como cantan los ángeles tu gloria
hoy te encuentro en el llanto
o en la luz y el candor de la alegría
necesito tu paz
la gracia y el solaz de tu mirada
y celebro el encuentro
que me lleva a vivir en tu reposo

yo no puedo Señor
caminar sin la fuerza de tu mano
navegar entre sombras
o cantar en oscura madrugada
desglosar tu misterio
el que es rico manjar en este exilio
germinar sin tu sol
la vida que en el surco fue plantada
recalar en tu playa
sin el viento sagrado del Espíritu

aspiro a contemplarte
en la plácida luz de tu belleza
cuando el cielo se abra
y sus brazos auguren mi alborada
cuando el llanto de ayer
se convierta en la gloria prometida
y en la patria celeste
tu vida se nos brinde revelada
hoy labro mi deseo
que me da posesión de tu persona


 
 
   
   

La esperanza


Quien corre ensimismado
reviviendo momentos en el eco
quizás no halla quietud
en oído sensible a su derrota
ni en tiempo aprisionado
que enmarque con su amor la voz secreta
o en voces del amigo
retirado en el gris de su aposento
ni en sol entre sus rayos
por la fuerza del fuego que se eleva

aguardo la esperanza
recordando jardines que han pasado
con pétalos que apremian
su perfume en la noche aletargada
espero a quien camina
paciente en horas tristes que fallecen
la gloria más brillante
en momentos cruciales se avecina
y el sol que siempre alumbra
solidario en su piel será mi techo


 
 
   
   

El vuelo de los pájaros


Percibo en las alturas
bandadas de avecillas zigzagueantes
en aras del crepúsculo
cargadas de silencio en su misterio
en vuelo que en su órbita
describe una parábola ingeniosa
desfilan a su tiempo
remontando el azul que muere al día
distinguen propio norte
por la fuerza y el brillo del instinto
conmueven aleteando
y regalan paisaje en la distancia
no cantan en su viaje
sólo buscan hablar en alta sima
adquieren sutileza
y logran navegar en sus canales
remontando su vida
impulsadas por vientos que atardecen
describen en su espacio
con vuelo magistral su propia historia
e inscriben a lo lejos
el mensaje sublime del ocaso


 
 
   
   

Relámpagos de lluvia


Relámpagos de lluvia
amenazan las horas del otoño
las gotas van cayendo
como granos de siembra que reaniman

la tierra porque fértil
hace fiesta en el agua de mi cielo
celebra su llegada
y aguarda revivir humilde grano
se redimen espacios
con el agua llorada por la lluvia
la fiesta en la pradera
celebra la semilla balbuciente
hay riqueza en su seno
que requiere caudal del agua mansa

los surcos de la tierra
ocultan en su afán esa semilla
que ensaya algún saludo
y sumerge en la muerte por dar vida


 
 
   
   

Desde el abismo


Señor que en los abismos
levantaste mi cuerpo de la sombra
Señor que en las alturas
redimiste mi pecho de su herida
tú vienes a buscarme
en capítulos frágiles de historia
tú quieres ofrecerme
la infinita riqueza de tu rostro
yo canto en tu presencia
y celebro tu gran misericordia
y canto jubiloso
aquel amanecer de tu paciencia
la luz de tu mirada
y la paz que tus manos han tejido
bendito aquel instante
eterno en que tus ojos me han labrado
y bendito tu seno
que quiso regalarme la existencia
doy gracias en tu casa
postrado en humildad y redimido
alabo tu grandeza
deseando en mi interior toda inocencia


 
 
   
   

Encuentro en soledad


Yo canto a mi Señor
viviendo en soledad sin estar solo
gimiendo atardeceres
y enjugando en tus ojos todo llanto
descubro que camino
recreado en tu seno providente
encuentro en en un desierto
tu divina presencia que me invade
deseo en el vacío
colmarme de tu gracia y tu persona
tú sólo me recreas
cuando ves mi pobreza que no abriga
tu luz la que me alumbra
en hostiles senderos de nostalgia
fugaces los humanos
y toda creatura que me envuelve
necedad para el hombre
derramar su existencia en este suelo
radiante tu pureza
me invita a cobijarme en su descanso
feliz en el que crece
la fe en la adversidad que lo intimida
dichosa la jornada
donde Dios ilumina mis frutales
...

endeble tarde gris
encuentra su calor en tu mirada
soy pobre pero vivo
en la casa que rica en su misterio
me invita a comulgar
recibiendo el manjar de tu palabra


 
 
   
   

Hoy


Que paso y no comprendo
los misterios vividos en mi huerta
tampoco aquellos surcos
que busco recorrer en el silencnio
el sol que me sostiene
me inunda en sus destellos inflamados
yo sé de mi existencia
crepúsculo encendido que me alberga
silencio itinerante
no repara las claves de la espera
se explaya en la confianza
en el hoy que aparece repentino
intenso arco celeste
del amor que se mece en la esperanza
yo sabré en este día
responder con pasión en mis mansiones
al que llame a mi puerta
y al que aguarde mi rumbo prisionero
soy aquel caminante
que cobija el amor que me cobija
escuchando sus voces
y empeñando palabra amaneciente
enraizando semillas
y admirando aquel sol que hoy reflorece


 
 
   
   

El descanso silencioso


Descansan silenciosos
en su esfera luceros invisibles
contempla la luciérnaga
distendida en la sombra que navega
el pájaro nocturno
no presume volando aletargado
camina la vertiente
sin rigores del hombre que ha sufrido
las nubes se desplazan
borrando toda luz del firmamento
y aúllan solitarios
fieros lobos que claman por la presa

la noche ve fantasmas
y gime por lo angosto de sus mitos
ignora la belleza
de la luz que se oculta en el vacío

el hombre se descubre
incapaz de verter su melodía
se duermen los oídos
y el eco desvanece inmensidades
la vida no refulge
ni vuela la sencilla mariposa
el mundo se ha encerrado
y aguarda sentenciando la mañana


 
 
   
   

II













Día de fiesta


Es jornada de gloria
los pájaros esbozan villancicos
los pétalos contemplan
al autor de la vida emancipada
el jazmín floreciente
transmite su fragancia enmudecida
los jardines ensayan
con las flores las notas de un concierto
los esbeltos cipreses
zigzagueando con ritmo amanecido
las mieses en el viento
imaginan danzar con sus espigas
la simiente soleada
se dispone a crear desde la sombra
el capullo se expande
y sueña regalarnos una rosa


 
 
   
   

Hoy canto a la belleza


Hoy canto a la belleza
que emerge de las flores en el huerto
hoy vivo la alegría
que la paz del Señor me ha regalado
hoy busco en la penumbra
descubrir esos rayos que iluminan
hoy quedo contemplando
la melódica voz de muchos pájaros
hoy sueño y lo imagino
el verano que nace en el encuentro
recuerdo mi pasado
y abandono mi sed en la esperanza
hoy rezo agradecido
por la vida tesoro inapreciable
hoy clamo en la hondonada
que los cielos recogen cuando canto


 
 
   
   

La paz


Serena aquella barca
que establece mi suelo en las estrellas
callando la memoria
o venciendo el clamor de altivos vientos
sé morar en la paz
y escalar los caminos que la encuentran
no podría sin ella
percibir la fragancia de la vida
irradiando su halo
e imprimiendo su sello de inocencia
aliviar la penumbra
y llevar mi consuelo a pobre nido
yo me sé su instrumento
y mi ser en su hora se desvela

así puedo en su palma
ser feliz en el sol que me apacienta


 
 
   
   

La vida


El calor del encuentro
como lluvia caída en los trigales
la perla del amor
cual racimo en viñedo florecido
el ardor de aquel fuego
que penetra la fibra de mi pecho
el afán de correr
en sendero quebrado y polvoriento
el jazmín que florece
en estrecho lugar de mi nostalgia
la feroz inclemencia
que derriba los sueños de la noche
la incógnita sufrida
y la página blanca sin respuesta
el frutal que me entrega
la cosecha que aguarda en el estío


 
 
   
   

Desde el sol...


El sol hoy se proclama
elevando el amor amanecido
ilumina sin velos
a través de cristales cadenciosos
de casa que ha dormido
y aguardaba las notas de su gloria
que canales de vida
inundaran con fuerza desvelada
el nido se levanta
y cobija el amor en sus paredes
el sol regala el brillo
enjoyando caireles que aletean
festividad del día
en el aire en la casa y en el tiempo
el viento se desplaza
vestido hacia un umbral inaugurado


 
 
   
   

Hollando la raíz


La vida es honda vida
cuando abreva en el tronco su existencia
la muerte es honda muerte
si busca quebrantar rayos de vida
la paz aquel tesoro
de gotas de concordia y esperanza
el alma de los hombres
la morada de Dios que Dios de vida
impulsa en su vertiente
el camino postrado en el silencio
la vida solo es vida
si la riega su sol en los fulgores
de riqueza en frutales
emergen bulliciosos de la tierra
cobijando clamores
que aguardan percibir salmos de gloria


 
 
   
   

Soledad y tiempo


Soledad el espacio que me enciende
luciérnagas ocultas en la noche
su brillo cual estrella en alto cielo
dialoga en la posada del encuentro
creaturas semejan luminarias
ignorando el color de mis clamores
descalzo en soledad yo fui encontrado
por el sol que alimenta mis deseos
la nítida pureza de aquel diálogo
que germina y florece acompañante
silencio reclamado en cada noche
para darle cabida en mi aposento
soledad el espacio que madura
la siembra que se esparce en mis entrañas


 
 
   
   

El día que deriva...


Yo sé de mi pasado
de los íntimos versos del mañana
yo sé que en estas horas
acrecienta su vida el caminante
riquezas del ayer
aumenta la belleza amanecida
visiones de alto muro
alivian con su fuerza mi jornada
Dios quiso regalarme
el pasado en destellos de la sombra
y quiere que hoy me exprese
jubiloso esperando tierra nueva
que me entregue su gracia
la que puede en el hoy reconfortarme
solamente este día
que yo vivo y descanso en su nascencia


 
 
   
   

Que yo vivo llegando


Ya ha pasado la noche
la penumbra el recuerdo taciturno
todo nace de nuevo
escuchando la voz que no se apaga
nada oscuro aparece
es el sol cuyos rayos alucinan
no me cansa la marcha
sólo sé caminar lo que se espera
inundado en el brillo
que en destellos de gloria me aprisiona
esplendores de cielo
van labrando mis voces entreabiertas
que yo vivo llegando
y el lucero mis dudas evanesce
yo busco el alto aire
mientras canta el lagar donde me pienso.


 
 
   
   

El tedio


Agonía del alma
que clama por el sol y por la fuente
andamiaje disperso
de recuerdos cansados temerosos
el fugaz desencuentro
de sí mismo en el hombre quebrantado
un diamante sin brillo
por el polvo enlodando su textura
la jornada sombría
en el frío y la lluvia que aletargan
vendaval sin abrigo
que busca guarecer su propia historia
tiritar del enfermo
reclinado en un lecho y taciturno
extenuación desnuda
de naufragio tortura y exterminio
torrentes sin augurio
albergados en hueco interminable
...


 
 
   
   

Memoria


Contemplo en la memoria
el agua visitada por la lluvia
y en día se transcurre
brindando la hidalguía de su tiempo
acaricio ese lago
que dibuja sutil epifanía
los hombres se solazan
al emanar del sol la fuente pura
se internan silenciosos
en atriles que absorben sus pesares
mi espíritu estremece
la calma que perdiera se hace nueva
el rostro de la vida
el hilo que se escurre entre mis manos
y alcanza la belleza
que aparece anunciando lo que canta


 
 
   
   

El invierno


Espacio de silencio
horizonte de estrellas que se esfuman
calidez rigurosa
en paredes bañadas por el fuego
arboleda que seca
aparece cual monte fenecido
capullos de la nieve
cayendo y derramando su nostalgia
y en la cima rocosa
viviendo aquel descanso donde anidan
en el frío que arrecia
el invierno es clamor en carne viva
en la tierra sembrada
solamente los surcos amanecen
el hombre esperanzado
se cobija en un sol de pocas horas
y medita en la noche
las letras que en el día se esparcieron
en invierno maduran
tesoros de verdad que se acrisolan
y recorren su tiempo
regalando memoria del misterio


 
 
   
   

Crepúsculo


En horas de la tarde
todo vuelve a nacer en el regazo
de la noche anunciada
por el sol que se guarda en su silencio
son los últimos rayos
pinceladas vagando en las estrellas
sonoridad de aves
declina con la estela de su magia
el tajo de la noche
comienza a perfilarse en el crepúsculo
el hombre en su labranza
cobija su deseo en lo añorado
el cielo se despliega
como manto de luna amanecida
que trae pausa y sueño
serenidad que calla y se guarece


 
 
   
   

Ocaso


Candelas de la tarde
preparan el pasaje hacia las sombras
las lluvias que han caído
ignoran si las luces las reciban
paupérrimos colores
señalan el ocaso en los jardines
el tono de los árboles
proclama taciturno cirio nuevo
cantores que silencian
invitan a vivir lo contemplado
el manto de los cielos
se esmera en prolongar sus esplendores
luciérnagas reclaman
vigilia que sorprenda en estallido

ya el día dio su vida
que la noche resguarda agradecida


 
 
   
   

La noche y su final


La noche va muriendo
los pájaros desandan sus arpegios
resplandores ocultos
esbozan sus primeros manantiales
el sol desde su vértigo
anuncia que se duermen las estrellas
el lucero del alba
sonido que me entrega un campanario
la sombra se disipa
y el fresco matinal nos acaricia
la oscuridad se quiebra
sus grietas el camino de los rayos
la esfera azul celeste
anuncia que su día ya amanece
la noche fue ganada
por el sol y el calor que se despiertan


 
 
   
   

Sólo quiero cantar


Sólo quiero cantar
como vibra la voz de una campana
que ignora melodía
pero invita a vivir en tiempo puro
derivo mi canción
con las voces que esgrimen mi dolencia
no podría callar
cuando el alma jadeante me palpita
si no lloro en el canto
será llanto mi tiempo en desventura
ensayo mis tonadas
cual bálsamo de amor en la inocencia
arpegios iluminan
pentagramas lanzados al vacío
en clave de sonrisa
a quien gime en el surco y a tu vera


 
 
   
   

Otoño


Contemplo reviviendo
nostalgiosas mañanas de un otoño
contagiado de sombra
y gustando en sus grises la pradera
despojando mi vida
como al bosque el follaje fenecido
caminando en la lluvia
que sugiere rigor en sus umbrales
recorren mis sandalias
los senderos de montes que atardecen
descubro las raíces
signo estrecho del hombre ya plantado
añorando la vida
que en rica densidad fuera enterrada
y acaricio la cuna
que algún día será mi propio lecho


 
 
   
   

III













La luz


Yo no sé mi Señor
yo no veo tus luces en mi viaje
sólo sé que tu amor
se hace vida en la cuna donde nace
mis ojos no te encuentran
y tu rostro se esconde en mi ropaje
sólo tú puedes ver
mi recóndito amor que siempre late
encender con tu fuego
el caudal de mi ser en tu paisaje
sólo tú puedes dar
en la vida la fuerza que me labre
soy pequeña vasija
que no sabe abarcar tu voz amante
instrumento en tus manos
dispuesto a contemplar cuando me hables
soy pequeña canción
que resuena en el bosque donde se abre
un rincón generoso
donde pueda escuchar hasta que llames


 
 
   
   

Revive mi memoria...


Revivo en la memoria
los recuerdos ungidos de añoranza
yo se de su belleza
y también me detengo en la nostalgia
de tiempos silenciosos
marcados por la espina en la quebrada
de fuertes ilusiones
y momentos oscuros de mi traza
las fuerzas han flaqueado
y anhelan revivir en otra danza
mis ojos con sus lágrimas
anuncian el fragor de la jornada
la vida es el camino
embarcado en tormentas y bonanza
y en horas de la tarde
con rumos que descansa en la cascada
escucho aquel sonido
que me ofrece aparcar en la esperanza
levanto en la tristeza
los ojos que me entregan su mirada
y veo por los cielos
las estrellas que anuncian su velada

recreo mi sendero
mientras pasa la noche y su acechanza
pentagramas lanzados al vacío
en clave que divisa
a quien gime en el surco y a tu vera


 
 
   
   

Luces y sombras


Angustias aparecen
develando ilusiones en la tierra
deseos imposibles
gobiernan la nostalgia que se quiebra
relatos infantiles
ofrecen la verdad que se revela
y en boca de los niños
exige contemplar en voz atenta
feroz desgarramiento
acompañan al hombre y su quimera
la cruz está colmada
del angosto paisaje de su cuesta
el hombre redimido
sólo puede aguardar como respuesta
la luz del sol naciente
que percibe el lamento de quien siembra
y entregando sus rayos
es puro manantial que ya despierta


 
 
   
   

Primavera


Primavera que surges
y pintas de relámpagos tus hojas
tus flores en el campo
y jardines vestidos de amapola
tus brotes apresuran
el anuncio vital que se incorpora
en la rama callada
adornando su casa majestuosa
primavera la vida
en follaje y color que nos transforma
el cántico del ave
al nacer jubiloso de la aurora
tú eres el regalo
de aquel sol cuyos rayos se desposan
con la tierra añorada
que hoy puede recibirte como esposa
primavera la fiesta
del amor del rosal y de la tórtola
tu verde me apacienta
tus arpegios dibujan nueva historia
que al nacer de la sombra
eleva con pasión en propia fronda
eres vivo remanso
expresado en los versos de una estrofa
tu tiempo la esperanza
que desarma en el hombre la congoja
tu radiante figura
el pimpollo que nace de tu rosa


 
 
   
   

En la nítida voz


Cobijo mi carrera
en la nítida voz de la esperanza
yo sé que mi pasaje
por la tierra que arpegios me depara
encierra en su vertiente
caudalosa visión en donde ensaya
la voz mirada libre
y mis ojos la pródiga palabra
en búsqueda inefable
de la luz en la tierra que me aguarda

yo sé que por mis tiempos
el azul de los cielos me desborda
contemplo entre las nubes
inmensas densidades de la sombra
la vida fue la gracia
que enciende los ciriales de mi historia
la savia redentora
la página brillante de mis coplas
la casa perdurable
la meta a la que arribo con mi glosa

aquél que me creara
para ser la mansión que se eligiera
aumenta en su misterio
el deseo vital de su grandeza


 
 
   
   

Verano


Verano que despiertas
la flor que se durmiera en el invierno
el fruto ya maduro
convertido en el cálido alimento
el sol que impulsa rayos
y entibia el caminar del mensajero
invitando a la sombra
que las hojas del árbol encendieron
el verano ese espacio
donde goza el cansancio su consuelo
su calor la vertiente
que madura la mies en su terreno
y el brillante esplendor
que prodiga presencia en su destello
una imagen que habla
y gestante se acerca hasta mi suelo
en mi casa revela
la verdad y el amor que estremecieron

el verano es anuncio
del descanso en la paz del vertedero


 
 
   
   

El dolor y los panes


Quien persigue la noche
abrumado en recuerdos que él ignora
quien recorre mojones
padeciendo el camino con su sombra
el que llora en la vida
retornando su parto que desborda
o carece de fuerza
por indómita carga que soporta
el que vive sediento
en la dura visión que lo aprisiona
el mendigo que clama
por el fruto de amor para su alforja
el humilde operario
cuya paga en el tiempo se malogra
el febril andariego
recostado en la senda que lo agota

me provoca un impacto
solidario dolor estremecido
en la tierra del sol
es posible sanar al desvalido
el llamado de Dios
nos impulsa al amor y amor sufrido
a vivir en su muerte
y a morir reviviendo al que está herido

el amor esponsal
con que Dios ha resuelto redimirnos
extiende sus ramales
y se encarna en el rostro que está vivo

la sonrisa es la miel
que endulza en el amargo desaliento
el secreto que brinda
el jardín que florece en ese gesto
el amor inmolado
el brillante que al prójimo le entrego
el consejo sencillo
la palabra que ofrece el alimento
el mendrugo de pan
el manjar añorado entre los sueños
el ropaje entregado
el calor de quien llora el desconsuelo
ese vaso de agua
la sencilla mirada en su desvelo

sólo Cristo el Señor
padeció los atajos de mi herida
y me trajo en sus labios
la palabra cual faro que reanima

soportó su pasión
y el dolor en la muerte que germina
me entregó su perdón
en medio de su llaga y sus espinas

y por ello yo sé
que el Señor mi Señor está clamando
la respuesta que aguarda
el tajo que en los hombres ha llorado
es el rostro de Dios
aquel rostro que nace en cada hermano
es el cuerpo del Hijo
al que debo entregarle mi descanso
él está con nosotros
sollozando la angustia que ha sangrado
reclamando su casa
en la humilde posada de mi trazo
y sediento de amor
del amor que transita por mi vado
me regala el encuentro
que juntos viviremos en su abrazo


 
 
   
   

Raíces


Benditas las raíces
que extendieron ramales en mi vida
benditas porque hundieron
en la tierra de gracia su semilla
sus frutos ofrecieron
irradiando sus trémulas caricias
hallaron propia fuerza
en la savia que al árbol vivifica
gestaron el follaje
cuya sombra en descanso me cobija
su copa vigorosa
el seno que a los pájaros abriga

las místicas raíces
alimentan la vida en la vertiente
en vivos manantiales
que aprisionan verdades en su fuente
frutales deliciosos
capaces de entregar hasta su muerte
la vida que ha surgido
con honda vocación en piel silvestre
benditas las raíces
que viven el deseo en la surgente
de ver su primavera
en la boca gimiendo en sed ardiente


 
 
   
   

La música


Acordes singulares
consagran el poema que recitan
adustos pentagramas
cual líricos sublimes que deslizan
las notas que aparecen
y entonan celestiales sinfonías
magníficos acentos
de la fuente que guarda su semilla

coreutas impregnados
de nostalgia fervor y algarabía
compases que en su ritmo
semejan los vergeles que iluminan
efluvios transparentes
ofreciendo su mística alegría
fragancias ancestrales
transformando llanuras en espigas
bellezas inmortales
escritas como humildes aguas vivas
armadura de clave
conduciendo augural en su porfía
concierto de corales
que expresan en la música su fibra
y derraman su sol
a los hombres que buscan paz que anida

la gloria será música
en eternos maitines de ambrosía
oasis donde vibre
la suprema visión contemplativa


 
 
   
   

Atril de la belleza


Atril del nuevo día
natura que proclama la palabra
primera creación
que dispone su techo a nuestra raza
imagen esplendente
surgida desde el Verbo y entregada
espacio de los hombres
que procuran tejer su propia casa
tú muestras el calor
tu bondad y piedad en la enramada
donde viven enjambres
libando aquellos pétalos del alba
y resuenan los cantos
que el pájaro pronuncia en la mañana
naturaleza pura
oasis de los seres que entrelazan
su vida con tu vida
generando virtudes de agua mansa
arroyos y caminos
llanura que del monte se derrama
ovejas que en corrales
aguardan la promesa por enviarlas
a pastos que alimentan
y regalan aliento a la majada
tu voz naturaleza
en fulgores de savia se solaza
tú cantas a la vida
y la vida la canta entre sus brazas
palacio de los hombres
que buscan tu frescura recreada
vergel de aquellas flores
que entregan en su polen tu tonada
abrigo en tus verdades
el rostro que por siempre es viva llama
contemplo tu belleza
y quisiera plasmarme en tu alborada


 
 
   
   

La visión de la rosa


El tiempo se desliza
descubriendo pimpollos de la rosa
también de las espinas
que se alzan en defensa de su joya
los pétalos describen
su belleza en jardín donde reposa
es débil su estructura
pero expande fragancia luminosa
su suave entendimiento
destella la bondad que la hizo hermosa
y anuncia en sus colores
la múltiple riqueza que la adorna
la primorosa urdimbre
invita a conquistar su paz preciosa
y busca sabiamente
albergar con su savia a quien se posa
su tiempo que es precario
sugiere descubrir raíces hondas
la vida en su fragancia
como alas que se expanden de su boca
se sabe flor pequeña
y frágil creatura que provoca
la fraternamistad
y un alba providente y clamorosa
espejo de pureza
en la fuente de amor que la desposa
porque en ella vivimos
delicada visión de eterna rosa


 
 
   
   

Humilde cántico


Señor tú me libraste
de profundos peligros en la vida
tú sólo puedes darme
tu perdón, y el amor que tanto abrigan.
Yo canto tus grandezas
que son luz y calor que da alegría
hoy vivo por tu gracia
el sendero de voces renacidas.
Te agradezco Señor
sin tu luz nadie puede en su partida
vivir en el sendero
con la paz que tu voz siempre prodiga.
Tu rostro me ilumina
y tus manos gloriosas me convidan
a gozar tu Palabra
y a ser voz que a los hombres los anima
a esperar en tu gracia
evitando ambular a la deriva,
tú sólo eres la casa
donde escucho las voces que dan vida
confiando en tu Amor Santo
que derrama en mi ser tu Luz divina.