Libro de la noche


INDICE

   Pensando en una introducción

    La noche oscura

   El espacio de la noche

   Sé que la noche guarda...

   Celebré el tiempo

   Sé que la tarde con su sombra

   Noche que me regalas

   En la noche I

   En la noche II

   Vivo en la noche...

   Las sombras

   Noche oscura

   Simientes que...

   Noche que iluminaste

   El descanso silencioso

   Contemplo en alta esfera

   Fulgor de estrellas

   Recuerdos de aquel día

   Caminos...

   Caminé por los valles

   En párpados que guardan la mirada

   Duerme su silencio

   Revivo en la vertiente

   Celebro las verdades

   Noche estrellada

   Indago en el crepúsculo

   Guardado en Dios

   La noche y su final

Pensando en una introducción


El título de esta página tiene su razón de ser. Porque en verdad resulta dificultoso para mí abrir las puertas, al lector, de un libro de poesía sobre la temática de la noche, vasta y excelentemente tratado por tantos... máxime, además, cuando se trata de poesía religiosa, por tramos contemplativa.

San Juan de la Cruz, maestro de maestros en estos menesteres, es el poeta que con mayor hondura se refiere a la noche. La de los espirituales, que buscan a Dios en las tinieblas de su ser aposentado dentro del alma. Él trata acerca de la noche oscura, la que junta "amada con Amado, amada en el Amado transformada como rezan sus célebres versos.

En este Libro de la noche, el Padre Carlos transmite lo que le es inmediato en cuanto a vivencia interior, explanado en diversas experiencias: la noche de la naturaleza, que sigue al ocaso y finaliza en la aurora; la noche oscura del alma a la que referimos más arriba; la noche brumosa de la prueba... la del combate espiritual y la desolación... y muchas más. Pero todas tienen el común denominador de ser parte de la noche iluminada, culmen de los diversos senderos que se suceden en la vida humana.

En mi opinión, esta poesía siempre está tratando de la noche esplendorosa, porque aún en los momentos más duros, trasciende hacia el lector la convicción de que la fe va a triunfar siempre. Esto sucede porque la tesitura escrituraria remite a la confianza, al Dios misericordioso que abraza al hijo en toda circunstancia. En última instancia: siempre estamos en una vía de salvación.

Puede ayudar mucho en nuestro propio sendero, la lectura y la meditación de un poemario como éste.

Porque como las estaciones, y como los momentos del día, el transcurrir siempre se mueve entre luces y sombras. Y entre estas, la noche suele ser nuestra más fiel compañía.


Ana María Rodríguez Francia

 
 
   
   

La noche oscura

"Sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía" (San Juan de la Cruz)


La noche oscura aquel desierto
donde la luz adormeciera mi retina
porque sus rayos luminosos
en su mirada a los mortales encandila
la noche oscura marca el tránsito
de las tinieblas a la luz que me fascina
mis pobres ojos no soportan
el resplandor que el mismo Dios puso en la cima
oscuridades de la noche
dan la pureza al manantial que aparecía
para que pueda percatarse
que Dios es luz y me redime en la agonía

es noche dura a los sentidos
porque no ven lo que se esconde y encamina
a regalar haces de gloria
cuando persisto en enfrentar tanta fatiga
todos los tiempos han pasado
y sólo Dios en nuevo tiempo se aproxima
para incendiarme en esa hoguera
donde los ojos de la fe muestran la vida
itinerante en el silencio
veo morir los esplendores que declinan







camino a tientas porque veo
en lontananza la respuesta prometida
en lo profundo de la noche
está la tibia densidad de luz divina
que los sentidos no descubren
pero que Dios ha de mostrar a quien camina

oh noche oscura providente
cuánta belleza en tu sendero se perfila
sólo transito en la confianza
de que el Señor me entregará su nuevo día
en la humildad y en la paciencia
en oración he de esperar en mis orillas
entre barrancos silenciosos
y en la penumbra que descubre a quien me abriga
sólo la fe en su desnudez
es la respuesta que ante el cielo no vacila
no puedo ver pero he creído
que en un instante mi Señor vendrá a su viña


 
 
   
   

El espacio de la noche


La noche es el espacio preferido
para ver las estrellas que aparecen
y rumiar las palabras que se ofrecen
en las voces que cantan al oído


es también el momento que ha elegido
el poeta en los versos que florecen
y el cantor en las notas que parecen
silabear el misterio que ha surgido


es la noche la casa cobijada
por ángeles que cuidan con su vida
a los hombres que aguardan la jornada


donde el sol será luz atardecida
en los campos que viven la alborada
y gozan de su tierra renacida


 
 
   
   

Sé que la noche guarda...


Oigo la voz purísima del Verbo
escucho madrigales en la selva
recojo los recuerdos de la infancia
corriendo hacia la casa de mi huerta
vivo los resplandores del crepúsculo
canto la eterna gloria que ya llega
adivino la médula del alma
que busca amaneceres en cosecha
sólo en aquel jardín cuya fragancia
perfuma con sus pétalos la siembra
y en puros rosedales que en su cumbre
saben embellecer toda faena
oigo el murmullo suave del arroyo
navegando su música en las piedras
quiero reconocer en cada gesto
la música de Dios que está en su cuesta
busco comer el pan del blanco trigo
fruto que germinal está en mi brecha
ahondando sus raíces en el surco
donde surge la humilde sementera
canto en la sinfonía de los pájaros
sé del esfuerzo grande de la siega
coreo aquellas páginas que enuncian
alabanzas que lucen su diadema






difundo la palabra proverbial
que dio vida al arado de la tierra
y sé que las vertientes navegaron
bañando con sus voces mi pradera
sé que mi faro sabe de la noche
sé que la noche guarda lo que espera
mientras vive en rocíos luminosos
inmersos en la faz de las estrellas


 
 
   
   

Celebré el tiempo


Celebro el tiempo en que la noche avanza
en confidente pretensión de altura
en expresiones donde vi la hondura
que el alma siente por tenaz confianza


vivo el espacio en que la noche danza
en los vergeles de su tez madura
cuando me ofrece con humilde holgura
esa simiente donde me descansa


veo entre sombras ilusoria bruma
que no me impide caminar seguro
pues me recuerda la elocuente espuma


que me impactara en su destello puro
y me enseñara cual humilde pluma
que el tiempo corre tras el bien futuro


 
 
   
   

Sé que la tarde con su sombra


Sé que la tarde con su sombra
se ve gemir en el ocaso que se adentra
en una noche sin vestigios
que deslumbrara la jornada que se aleja
invitación a la plegaria
que enfervoriza oscuridades que se allegan
rememorando aquellos campos
que me encendieran en la noche las estrellas
meditaciones de la tarde
echan raíces en la noche que se adentra
y en un manojo de palabras
saben lograr la densidad del agua inmensa
sé de las noches que he vivido
donde las voces en sus pórticos nacieran
y de las noches cuyo sueño
supo entregar aquel descanso que eligiera
sé caminar en la penumbra
por la costumbre de la senda que entreabierta
permite sólo iluminar
en apacible lentitud la noche entera
esa es la hora del silencio
la preferida por la noche que me entrega
revelaciones sapienciales
que en la jornada al caminar yo no advirtiera
la soledad es de la noche
la compañera inseparable de su siembra
la que en su médula permite



aquella hondura que me abisma en lo que entrega
la luna surge en un momento
iluminando tibiamente lo que sueña
y entre los prados aparece
cual agua pura cuyas voces me apacientan
noche de gloria en el silencio
y soledad que fue grabada en su meseta
donde conquisto la verdad
asimilada por la paz que me libera


 
 
   
   

Noche que me regalas


Noche que me regalas en la estrella
vertiente de penumbras y fulgores
noche que derramaste en tus albores
la sublime esperanza que destella


noche donde palpita la centella
en la oscura tormenta y sus tremores
noche que al caminar brindas primores
a quien busca el tesoro en cada estrella


yo contemplo tu faz iluminada
en humildes versiones de mi canto
y la espléndida sed apasionada


que ha buscado el calor que da tu manto
internándose en hora que escuchada
proclama la victoria tras el llanto


 
 
   
   

En la noche I


Noche de sombras y de brumas
que te enarbolas misteriosa en veleidades
noche que oscura y taciturna
pasas flotando entre mentiras y verdades
tú sabes bien que padeciendo
sin luz de sol ni resplandor en hondo valle
no puedes ver en la distancia
y sólo alcanzas a cubrirte con imágenes
es rigurosa tu prestancia
porque disciernes sin mirar en este viaje
y entregas hálito de vuelos
cuando consigues entregar voces fugaces
en esta lóbrega orfandad
todo sendero lo consigue tu andamiaje
y aún a tientas vas hollando
con la esperanza de quien busca otro pasaje
noche severa por oscura
y oscuridad en que no encuentro variedades
silencio puro son tus horas
y taciturna la hosquedad de tu paisaje
noche alumbrada sin estrellas
tú sólo guardas los destellos que se apiaden
sin claridades que pudieran
desenterrar tanto secreto donde yacen
noche temible ya en camino
hacia los rayos que te anuncian sus cantares


 
 
   
   

En la noche II


Itinerante en tu refugio
eres fecunda en el andar de los mortales
vive tu canto su riqueza
en pensamientos que acompañan a raudales
por encontrar en laberintos
hechos de sombra los senderos más frugales
eres misterio inusitado
que no descubre entre tu sombra lo que sabes
eres desierto aventurado
donde en tu huella se han borrado manantiales
pero en la oscura reciedumbre
de tu querencia refugiada en sus altares
has invitado a recogernos
para poder amordazar horas letales
has insinuado la prudencia
y a comprender que sin la noche no hay hortales
y que la sombra nos convierte
en buscadores de esperanza en tus lagares
en lenta pausa nos invitas
a recorrerte sin temer los avatares
a descubrir que tu riqueza
está escondida en una luz que ya se expande
en la sonrisa esperanzada
de quien aguarda la jornada al fin del viaje
y sólo puede en el silencio
alivianar la oscuridad con su equipaje


 
 
   
   

Vivo en la noche...


Vivo en la noche la fructuosa tarde
que se muriera en el extinto ocaso
cuando la estrella me entregó su abrazo
en alta esfera sin posible alarde


es en la noche donde siempre arde
el arrebol que en su benigno paso
marca la estela que encendió aquél trazo
que dibujara penumbrosa tarde


es pura noche la que iluminara
la senda libre de la tarde adusta
que declinase su habitual mampara


y es en la noche cuando el hombre gusta
ver entre líneas esa luz que aclara
tanto secreto que al rumor disgusta


 
 
   
   

Las sombras


Hay sombras en la noche
resplandores despuntan en el día
el sueño del ocaso
anuncia otra jornada y su fatiga
los días y las noches
se suceden tejiendo su armonía
las horas más felices
presagian nuevo tiempo de sequía
senderos tan angostos
ensamblan con caminos que derivan
en agua silenciosa
o en tormentas jadeantes que suspiran
el hombre se detiene
y contempla versiones encendidas
de la propia existencia
y de aquellos mojones de su viña
que apremian horizontes
y conducen seguros su vendimia
el hombre en sus raíces
apacienta los montes y su cima
y recorre descalzo
pedregales que enmarcan las heridas
de una trágica historia
fuente clara que teje su primicia
cuando anudan exordios





que revelan jazmines que platican
convirtiendo en racimos
los guijarros que flotan en su ría

él lo vive entusiasta
porque advierte suprema diaconía


 
 
   
   

Noche oscura


La luz de tu misterio engendra noche oscura
prodiga sus destellos sinuosos y precoces
atrae con vehemencia imán tienen tus voces
cual cántico de gloria que invade mi espesura


Señor con mi alabanza enciendo tu figura
contemplo soledades que sólo tú conoces
deleito mi nostalgia sabiendo que tus goces
desvelas y compartes y gritan tu hermosura


oh Dios tus luces bellas engendran luminarias
tu voz inadvertida conduce mi desierto
tu Verbo soberano es viva lucernaria


quisiera recrearte con flores de tu huerto
aquéllas que me diste quizá tu flor vicaria
fragancia preferida que lleva hasta ese huerto


 
 
   
   

Simientes que...


Simientes en la noche
que escondidas engarzan en la tierra
simientes ambiciosas
de frutos madurados en la huerta
felices esos campos
que quieren recibirlas en la siembra
dichosos los mortales
que se nutren bebiendo esa cosecha
pureza la del hombre
que vive enamorando la pradera
vertiendo la semilla
que a morir en el surco ya se apresta
su vida está en la muerte
de aquella levadura que no leuda
su muerte da la vida
a nueva levadura que alimenta
cosecha de frutales
de espigas rosedales y azucenas
son himnos a la vida
que renace en los mares que navega
ferviente sed del hombre
correteando en jardines y en su néctar
bebiendo en los trigales
la copa que desborda su faena


 
 
   
   

Noche que iluminaste


Noche que iluminaste mi desvelo
en la oscura vertiente de tu braza
noche que prodigaste en tu argamasa
recónditos pasajes de mi anhelo


noche que reluciente yo develo
por la sangre estelar que te rebasa
noche que das la vida a quien te abraza
aguardando esplendores de tu velo


eres la senda simple que proclamas
secretos que en el día aletargado
sólo se introdujeron en tus llamas


eres aquella fuente que ha regado
las raíces ocultas en tus ramas
y el camino del hombre en ti postrado


 
 
   
   

El descanso silencioso


Descansan silenciosos
en su esfera luceros invisibles
contempla la luciérnaga
distendida en la sombra que navega
el pájaro nocturno
no presume volando aletargado
camina la vertiente
sin rigores del hombre que ha sufrido
las nubes se desplazan
borrando toda luz del firmamento
y aúllan solitarios
fieros lobos que claman por la presa

la noche ve fantasmas
y gime por lo angosto de sus mitos
ignora la belleza
de la luz que se oculta silenciosa


el hombre se descubre
incapaz de verter su melodía
se duermen los oídos
y el silencio congrega soledades
la vida no refulge
ni vuela la sencilla mariposa
el mundo se ha encerrado
y aguarda sentenciando la mañana


 
 
   
   

Contemplo en alta esfera


Contemplo en alta esfera nocturna su fachada
millares de luciérnagas estrellas que iluminan
algunas fulgurantes que nacen y culminan
dejando en testamento destellos de su nada


existen increíbles aquéllas cuya espada
se explaya reluciente cual voces que caminan
y encienden en la noche fogones que adivinan
al ojo que acompaña su brillo y su tonada


la noche vio su día en puntos irradiantes
estáticos que viven carreras estelares
y danzan como astros que adornan sus instantes


gloriosa aquella noche que en vuelos siderales
prodiga la belleza de joyas palpitantes
que brillan en concierto de místicos cantares


 
 
   
   

Fulgor de estrellas


Con el tenue fulgor de las estrellas
acierto a caminar en pie descalzo
mis ojos se deleitan en el cielo
que irradia resplandores de su manto
mis pasos se descubren temerosos
transitando en sendero derrapado
la mirada recoge en su desvelo
la esperanza de gloria que ha regado
esta tierra postrada que enmudece
cuando observa rumores en su espacio
el cielo en las estrellas nos regala
infinito esplendor que está guardado
y el suelo de los hombres se enriquece
por las notas que surgen de sus rayos
transitando el mortal en tierra esquiva
y en noche que lo arropa ya cansado

y se adensa el fervor de esas estrellas
dispuestas a alumbrar en propio faro


 
 
   
   

Recuerdos de aquel día


Renacen en la noche recuerdos de aquel día
que bullen contemplando misterios encendidos
en luces matutinas o en tardes que en sus nidos
guardaron su pureza en clara melodía


caudal de sus recuerdos la noche en su hidalguía
resume en una historia los broches renacidos
que tejen en la vida de sol enrojecidos
la trama que la noche desanda en su armonía


camina en el sendero brumosa luz nocturna
afinco mi esperanza en aires de su hora
y enhebro los deseos de tanta paz diurna


contemplo que la noche gimiendo lo que añora
entrega con su sombra ferviente y taciturna
el tiempo de la siega soñando lo que explora


 
 
   
   

Caminos...


Caminos en la noche
despiertan en el sueño una esperanza
de hallar en las estrellas
palabras que fulguren cuando hablan
el Verbo luz eterna
redime aquel silencio que no canta
experta la inocencia
descubre en la espesura la palabra
felices los que puros
contemplan en la noche de su barca
el brillo reluciente
de místicas razones que resguardan
la sed del peregrino
y el hambre de vivir hecho nostalgia
el sol que no se oculta
resurge y vitaliza en su crisálida
la noche se guarece
en íntimas verdades que desgrana
el sol nombra a la noche
buscando apaciguar su fuerte espada
la noche espera el día
suspirando oquedad que se retrasa
la noche oscura gime
esperando el lucero del mañana
y en cánticos el día
responde con clamores de su llama


 
 
   
   

Caminé por los valles


Caminé por los valles donde anclé la mirada
contemplé en una tarde mi faena cumplida
descansé en ese tiempo donde nace la vida
y viví la experiencia de una noche estelada


recibí los frutales que la tierra nevada
fortalecen el cuerpo que en el viento trepida
encendí aquellos cirios con que alumbran su vida
los poetas que escriben una humilde balada


es la vida la braza cuyo fuego derrama
el calor en la noche que velara mi sueño
y la luz que me entrega el candil con que clama


el silencio nocturno cobijó aquel ensueño
de vivir el sonido que encendió una campana
en la torre silente donde mora su dueño


 
 
   
   

En párpados que guardan la mirada


Silencio de la noche
en párpados que guardan la mirada
reposo de la siega
pernoctando aquel tiempo que descansa
la pausa del esfuerzo
y el aliento que espera la mañana
quietud en el reposo
y recuerdos que viven en mi casa
descubro contemplando
los hitos que bebieran mis pisadas
momentos laboriosos
y soleados encuentros en mi alma
colores irradiantes
junto a grises que en honda voz reclaman
presencias musicales
germinando guirnaldas de esperanza
silencio es la respuesta
a quien sabe vivir en la palabra
y la noche el espacio
que escucha a quien la anuncia silenciada
callando yo pretendo
deletrear en el Verbo su voz clara
y hablando soy testigo
recreando el sonido que proclama


 
 
   
   

Duerme su silencio


Duerme la noche su silencio
que se aventura a proferir una palabra
la que se esconde en mi silencio
que es la expresión que sólo entiende su morada
en lo recóndito del tiempo
bullen las olas majestuosas que relatan
en su fragor altisonante
aquel misterio que revela una estocada
ese misterio que contemplo
florece en paz y en el amor de mi portada
y se resguarda silencioso
como el perfume de la voz ensimismada
sé la palabra que en el hombre
sólo camina en el sonido que naufraga
cuando el silencio no fue cuna
de la palabra que se expande en voz callada
cuánta verdad canta el silencio
porque contempla sin hablar una palabra
cuánta verdad fundida en letras
clama el silencio cuando surge contemplada
contemplación pide silencio
pues no concibe proferir una balada
el rico aroma que percibe
la vive en íntimas fusiones de su alma
el Verbo expresa en el silencio
sublimidad que solo exige una palabra




la que resume la existencia
en la solemne perfección de una tonada
quiero habitar en el silencio
y pronunciar en el amor esa palabra
que plenifique su elocuencia
donde al decirla se expansione cuando calla


 
 
   
   

Revivo en la vertiente


Revivo en la vertiente esperanzada
el ardor de vibrar cada momento
por ansias de servir a quien me busca
confiado en redimir algún sendero
recíproco el amor entre los hombres
permite recorrer en alto vuelo
jalones que la tierra emancipada
regala al que sediento está en su techo
difíciles las horas de la noche
proclaman silencioso cancionero
que intenta recrear en la confianza
al hombre que padece el propio invierno
la jornada es el día y es la noche
la alegría se hermana con el sello
del dolor que acompaña a cada hombre
cuando surca la faz de este destierro
espinas pedregales dura ciénaga
aguardan al que angustia su desvelo
rosedales de paz y de bonanza
entregan la certeza de su anhelo
vive el hombre engarzado en peripecias
que ignoran las verdades de lo eterno
mas quien hubo encontrado ansiada estrella
reconoce la paz en su desierto
y camina por fin atesorando





experiencia que clama en su desvelo
por verter ruiseñores en la copa
de quien vive doliente sus deseos
y con manos abiertas y extendidas
aguarda el recital de algún velero
que cobije su sombra en plena noche
y conduzca los pasos de su tiempo


 
 
   
   

Celebro las verdades


Celebro las verdades que en la vida
aguardan encender su propia hondura
anunciando paisajes que en futura
vertiente arroparán con su bebida


descubro el manantial en tierra henchida
que alimenta la diáfana estatura
del monte que en la hora prematura
aligera la sed que me invalida


la verdad es la voz de la respuesta
a preguntas que nacen en el día
y recorren la senda de una cuesta


nadie puede soñar su melodía
si no entrega verdades en su apuesta
que iluminen la sombra en que vivía


 
 
   
   

Noche estrellada


Los astros que contemplo
jalonando la noche en alto cielo
luciérnagas de un templo
candiles que en el suelo
imagino encontrar con vivo anhelo


la noche oscurecida
nos alumbra con ráfagas de estrellas
la hora enriquecida
de flores y grosellas
nos balbucen cual chispas de centellas


la noche contemplada
en la gran variedad de luces nueva
registra la tonada
que nace donde lleva
su cantar a la cima que la eleva


oh noche que divina
te descubre quien vive en la montaña
o en el mar do imagina
que a sus peces los baña
esa luz de los cielos que no engaña




la hora del descanso
apacienta mi vida con su trino
que forma en lago manso
y en pródigo camino
el anuncio estelar que yo adivino


oh noche soberana
eres reina de luces en tu brío
cobijas con tu lana
al hombre que en su frío
no dejó que alumbrara el sol de estío


espléndida morada
la del techo estrellado de la vida
es casa abroquelada
y tiempo que convida
a nadar en su sol toda la vida


oscura y suave noche
que disipas la voz entrecortada
te brindas sin reproche
en hora ensimismada
y es brillante tu esfera iluminada.




la noche de la vida
es puro caminar en la esperanza
el sol su siembra cuida
la lluvia cae mansa
y en la noche germina la labranza


el día en su carrera
esplende con la fuerza de la vida
la noche que acelera
la hora de partida
nos refugia en solar que al hombre anida


 
 
   
   

Indago en el crepúsculo


Indago en el crepúsculo sediento
la noche que llegando con premura
secretos y misterios configura
en la densa verdad de su aposento


riquezas que nocturnas en su aliento
esconde cada noche en su espesura
son riquezas profundas en su altura
y esperan remolinos de su viento


la noche en arsenal de florecillas
madura el manantial que riega el suelo
y vive contemplando las astillas


de horas que sangrando en su desvelo
aguardan encontrar en las orillas
de algún río las voces de su cielo


 
 
   
   

Guardado en Dios


Señor que me guardaste en una noche
sin saber el misterio que escondía
Señor cuyos destellos no aparecen
y vivo en la nostalgia amanecida
tú sabes el sendero que me lleva
a gozar de tu amor y tu alegría
yo no entiendo las luces de tu sombra
no descubro palabras que me envías
sólo veo la extraña incertidumbre
sólo puedo clamar en mi osadía
por saber de tus místicos designios
que has querido ocultar en mi agonía
yo creo en tu poder y en tu bondad
y la fe que es oscura me adivina
no veo los reflejos de tu rostro
pero sé que me aguardas en tu vía
sólo piedras y espinas me acompañan
en la senda que oscura y muy sencilla
contiene los tesoros del encuentro
en honda intimidad que se aproxima
no puedo mi Señor como quisiera
escuchar de tus labios melodías
camino en desnudez y aletargado
esperando en confianza el nuevo día
no abandones al hijo que te ruega
y enciende con tu amor tu llama viva


 
 
   
   

La noche y su final


La noche va muriendo
los pájaros desandan sus arpegios
resplandores ocultos
esbozan sus primeros manantiales
el sol desde su vértigo
anuncia que se duermen las estrellas
el lucero del alba
sonido que me entrega un campanario
la sombra se disipa
y el fresco matinal nos acaricia
la oscuridad se quiebra
sus grietas el camino de los rayos
la esfera azul celeste
anuncia que su día ya amanece
la noche fue ganada
por el sol y el calor que se despiertan