Para los mendicantes que buscan el reposo, y un sitio seguro donde todas
sus ilusiones se hagan realidad, hay una casa...
Es una casa escondida entre malezas, penumbras, piedras, rocas salvajes,
bruma que se adensa y se disipa...
Sólo hay que buscar esta casa, como mendigo de la noche cerrada;
buscarla sin lenitivo, sin reposo.
Ella siempre está allí, aguardando...
Seráfica arboleda enmarcada en
tapices florecientes
el nido de las aves peregrinas que duermen
en la plácida luz que da tu sombra seráfica
arboleda
donde aspiro y contemplo tu follaje
que nido de las aves
y techo del mendigo vagabundo
me dispensa el descanso
me cobija sonriente
y me enseña a crecer
en la espesura del tiempo...
aleteas con prisa
ante los vientos
recibes ondulante cada brisa
y reclamas el canto
melódico del ave
que posó con su vuelo en tu ramaje
seráfica arboleda nutriente de
frutales y arreboles tú me
envuelves
y conviertes tu savia en sangre límpida
que recorre tus venas
y alimenta tu primavera fértil
Viví en la misteriosa navidad
al niño que fue envuelto en un pesebre
renace en el sublime sacramento
de la boca sagrada de su fuente
y enunciando palabras inefables
el pan ya fue su cuerpo para siempre
y el vino fue la sangre derramada
que el mesías brindara con su muerte
y hoy elige la voz de su profeta
el niño que en pañales se estremece
creando un nuevo altar hacia la vida
y haciendo de ese altar nuevo pesebre
María en el silencio le entregaba el
amor maternal que el niño bebe
calor de aquella noche densa y fría
receptáculo puro que amanece
crujió la madrugada ante la luz
y brilla en esplendor del pan celeste
el hombre en las tinieblas del ayer
quedó reconstituido en alta sede
el hombre oscurecido por el hoy
encuentra la esperanza que no muere
en un poco de pan que entrega el cielo
y en el mismo Señor de aquel pesebre
el Dios que es infinito se hizo niño
y ese Dios infinito es quien me enciende
Joviales los momentos del estío
que regalan las voces del descanso
recorriendo el cantar del rio manso
que navega mi pródigo navío
huyendo la aspereza que da el frío
me refugio buscando algún remanso
en la tibia quietud donde yo avanzo
en el astro que luce con su brío
el calor la amistad y aquel servicio
que entrega solidario el cireneo
son gestos del amor que yo acaricio
sintiendo que descubro en lo que veo
la ausencia del dolor que engendra el vicio
y el poder esculpir lo que recreo
A ti gloria y suprema reverencia
porque vives morando entre tus hijos
alentando su humilde crecimiento
y amando en tu bondad al elegido mi
boca me reclama acción de gracias
mis oídos escuchan tu latido
mis ojos no se cansan de admirarte
mi pecho el pedestal de tu recinto
mi sangre redimida te celebra
mi cuerpo consagrado en el bautismo
con el alma postrada en la esperanza
se alimenta en manjares de tu trigo
María la sublime creatura
te canta su Magníficat divino
y sus hijos buscamos imitarla
en la fidelidad a Jesucristo
Abbá padre bendito eternamente
que me entregas tus dones infinitos
y en el nudo crucial de nuestra historia
nos regalas la gracia de tu Hijo
divina Trinidad que me creaste
y albergaste en tus manos mi destino...
Es la pascua de Cristo el admirable
momento donde triunfa de la muerte
trayéndonos su sangre inmensa suerte
que redime del fuego perdurable
la pascua del Señor don amigable
es fruto del amor que en rostro inerte
resurge de la sombra y se convierte
en rostro luminoso y entrañable
alabo mi Señor tanta ventura
que entregas con tu manso derrotero
a quien busca la voz de tu figura
y encontrando en tu cruz el bebedero
de la gracia que entrega el agua pura
renace con tu fuerza de su estero
Relámpagos de flores amanecen
la nueva primavera
descubriendo bellezas musicales
en matices del pétalo
en el trino del ave que descansa
en la nube que baña el ventisquero
y en las olas del mar meditabundo
relámpagos de flores
mis recuerdos de tiempos infantiles
la caricia materna que hoy añoro
el júbilo del canto en esa fiesta
la fiesta de mi vida
que celebra el ayer hasta el mañana escondido
el calor del amigo
confidencias del niño que crece bullanguero
relámpagos de flores
la voz de la calandria y el jilguero
el pasaje ruidoso del arroyo
la nieve que derrite mi tiempo
la brisa de la tarde senil
y los rayos soleados del ocaso
que iluminan
la noche que avecina su presencia
Enjambre de palabras son tus pasos
que entregan el calor de tu mirada
desbordando en mi copa tu balada
y escribiendo la vida entre mis trazos
he querido beber entre tus brazos
esa lluvia que llega esperanzada
de regar con sus gotas la portada
de mi ser reclinado entre tus pasos
no he podido encontrar otro camino
que pudiera llevarme hasta tu monte
y recorro la senda que en tu vino
me traerá las bellezas que el desmonte
de las ramas incautas que en su sino
permitan encontrarme en ese monte
Recorriendo el lagar de la memoria
aliento claridades de otro tiempo
propago aquel mensaje que sugieren
pinceladas que viven en mi sueño
esa flor que me invita a su fragancia
las aves que almacenan en su pecho
paisajes de frondosa lozanía
y el nido que es descanso de su vuelo
los árboles enhiestos en su altura
trepando las pirámides del cielo
corolas que ilusionan mi sentido
y alientan con sus voces mis anhelos
el agua del arroyo bullicioso
y el río que es jardín de mi velero
conquistan esa paz que da la vida
bebiendo el manantial su bebedero
recibo agradecido en este mundo
la belleza sembrada en su desierto
y canto el entusiasmo de quien busca
encontrar en la cumbre al posadero
Admiro entre las sombras los destellos
que el maestro promete en el calvario
cuando muerto y envuelto en el sudario
anuncia con su voz que abrió los sellos
son gracias del Señor los que en aquellos
momentos de la pascua y su glosario
permiten comprender en solitario
sentimientos de amor que vibra en ellos
yo vivo la riqueza de la gloria
y en el puro fervor de mi esperanza
recuerdo el susurrar de aquella historia
cuando Dios modulaba en mi añoranza
jalones que almacena mi memoria
en la paz que prodiga la templanza
La trilla que contemplo es una fiesta
emancipando granos de su choza
y augurando en su tramo solidario
convertir su faena en una alforja
que pueda devolver la dignidad
al hambriento que sufre lo que llora
al desnudo que clama por la vida
y a quien busca al Señor a toda hora
y crecido con pan que dio su savia
recita la palabra más gloriosa
del verbo que se encarna en humildad
y es el pan de riquezas que se exploran
dispuesto a alimentar con su presencia
los huecos de la vida penumbrosa
con la luz que proyecta su belleza
y la fuerza que encierra cuanto añora
Entrañable misterio que desborda
y también esa fiesta cincelada
de una trilla de amor que ve en su troja
las semillas sedientas de entregarse
emancipando al hombre de su choza
demuestra agradecida en su tarea
la riqueza que vive y que rebosa
de granos invisibles que enardecen
y surgen desde el ser que vio su hora
de alimentar al pobre en su carencia
y revelan vertientes luminosas
y llevan infalibles a la fuente
donde es pan la palabra clamorosa
y el amor fraternal es diaconía
en el arco secreto de la historia
Regocijo mi tiempo acampando
en el seno del reposo imaginando
cuadros
iluminando escenas
que traslucen
la vida que se escurre entre los vientos
la lucha inexorable
la espera del que busca a tientas
mi futuro
regocijo mi tiempo desentrañando
hogueras de la tierra
sabiendo que las horas develan el misterio oculto
entonando pacíficas baladas que proclaman
la alegría en la siembra
la belleza en la rosa
la pureza en el alma que renace
la verdad solidaria en cada anuncio
regocijo mi tiempo
aguardando
añorando
confiando en la hermosura providente
respondiendo al clamor de quien vive su llanto
sonriendo
al saber que me guarda entre sus manos
el pastor que recorre los sonidos del monte
entumecido
por hallar a la oveja estremecida
y sanarla en la cuna
del redil que la espera
Padre mío que moras en mi alma
y que viertes amores a porfía
yo vivo desbordado por tu gracia
y busco conocerte en mi partida
de la gracia en mi alma en el encuentro
con las perlas de amor que me recitas
y agradezco Señor y Padre bueno
tu belleza tu amor y tu bebida
yo no tengo palabras que te expresen
pero sé que tus ojos me adivinan
donde están los deseos incunables
de observar tus miradas encendidas
yo no puedo expresar cuanto te quiera
aunque pueda saber dónde tú anidas
y es lugar que reservas a tu hijo
que enseñando tu rostro se fascina
yo te alabo mi Padre con mis letras
sabiendo que traducen mi fatiga
y me basta saber que lo que busco
es tu propio deseo que me anima
Peregrino de eternos manantiales
que aligeras tu paso ante algún río
tú sin ver ya conoces el rocío
que le esconde tu joya a los mortales
no te canses de oír en recitales
la melódica voz de aquel navío
que te puede llevar al hondo río
nacido de tus puros manantiales
peregrino que añoras lo que tienes
y buscas retener lo que has tenido
ignorando el tesoro que contienes
arrójate a ese mar embravecido
y animado por luces de tus sienes
no dudes entregar tu rostro erguido
el hombre que se allega a tus umbrales
se convierte en acérrimo testigo
Una página bella en sus renglones
sintoniza en el alma del creyente
anunciando bellezas en la tierra
y del cielo ensayando sus mercedes
con que el hombre extasía su existencia
contemplando los frutos y las mieses
que el divino hacedor sembró en mi suelo
bañando el sembradío en sus vertientes
una página bella escribe el viento
cuando muestra su ardor en los dinteles
y anunciando el rigor de la centella
avizora tormentas que se mecen
la purísima hoja de la historia
la estela de aquel Verbo que aparece
es la misma creación que se despierta
a cumplir la misión que se le ofrece
y es jardín o frutal o mar abierto
o es halcón ruiseñor o prado verde
son renglones las loas que nacieron
escritas como tientos de sus redes
en racimos de vida que se entregan
para ser aquel surco donde crecen
trigales que nacieron en la sombra
y conquistan el hambre que apetecen
por brindar su solaz al hombre manso
proclamando el anuncio que lo mueve
Vivo en mi tiempo tu anhelada gloria
en esa gracia que nació en tu leño
y en esos clavos que en su crudo empeño
elaboraron mi fecunda historia
oyen mis ojos en mi fiel memoria
esa vertiente donde fuiste el dueño
de la corriente que vivió su sueño
al esgrimir tu singular victoria
es la esperanza la que se proclama
luz vencedora que proyecta al mundo
fuerza que nace de tu voz que ama
a todo el hombre que meditabundo
busca la tienda en que tu rostro clama
seguir tu huella en el andar profundo
Aspirando en las aguas torrenciales
el vértigo que exhala en su vagido
y anudando episodios que enseñaron
a mecerme en los brazos sumergidos
relaté los compases que en la vida
resonaron buscando lo que ha sido
y encontré taciturnos madrigales
endulzando los tiempos en que vivo
el día con sus horas aparece
demostrando la gracia de sus bríos
y entregando en el aire luminoso
el calor de aquel gozo que percibo
rumiando las verdades del pasado
y añorando el espacio vespertino
donde calan muy hondo los recuerdos
y vibran musicales laberintos
el misterio se esconde entre la zafra
y el silencio recorre su escondrijo
la palabra aquietada por la bruma
no sabe cosechar su propio trigo
en soleada mañana al despertar
ignoré los escollos repentinos
y busqué con afán inconfundible
renacer en el árbol bendecido
y escuchar en morada taciturna
angélicos arpegios en los trinos
de quien sabe cantar en el silencio y
conquista las notas que se han ido
en sublime obertura que detenta
los glaciares regados por los signos que
entona el ruiseñor cuando descubre el
espacio de amor para su nido
Me desplazo en tu gracia salvadora
y refugio mi andar en tu camino
consciente de su senda el peregrino
va encontrando caudales que atesora
y surgiendo misterios que él adora no
descansa hasta ver que su destino
ha encontrado la savia en nuevo vino
y en el pan que alimenta lo que añora
mendicante cubierto de esperanza
va feliz hasta el puerto amanecido
y se apresta a vivir en la confianza
el autor de la vida ha prometido
la sangre que confirma eterna alianza
y aquel pan que es manjar apetecido
Bendigo aquel madero en que viviste
esa injusta crueldad de la sentencia
que negando el calor de tu inocencia
te condena al calvario que sufriste
los clavos que paciente padeciste
expresan el amor de tu clemencia
que redime en tu sabia providencia
el dolor que en los hombres recogiste
es tu cruz el jornal que has entregado
por aquella piedad que ha conmovido
al hombre en los combates que ha librado
y glorioso ese leño ha conseguido
eterna redención a mi pasado
en la voz del amor conque ha gemido
Constelaciones de gaviotas
que en blancas vestiduras
envuelve mis pupilas
con el limo sediento de sus alas intrépidas
con la clara armonía que despliega su hálito
soñando en su desfile acompasado
hasta dar con su puerto
o viajar a lejanas latitudes embebidas
del fuego en su esperanza ensayando
danzares
y bajando a la vera del agua de silente cascada
que acaricia su sed
y descansa su cuerpo enardecido
y entrega el alimento
que permite a las ávidas gaviotas
remontar esa escala milagrosa
y volar y volar hasta el cansancio por
llevar una voz jubilosa que anima y
crear el sublime desafío
de pasar por la tierra
caminando en el cielo
y añorando el anclaje
en propio nido
Silencio que me engendras
palabras encerradas en tu cántaro
horadando el misterio
escudriñando tiempos ya pretéritos
imaginando vidas en los astros
anudando senderos que se encuentran
tú hablas en tu boca enmudecida
tú cantas melodías
y conviertes en paz
la larga historia diurna
y apaciguas ciclones
que amenazan la nave
tú exhortas contemplando
estrellas lejanísimas
jazmines entreabiertos
los designios que anhelan
su reposo profundo
montículos de un tiempo que se yergue
de cara al sol, y entre la lluvia
conquisto tu posada
y extinguiendo vorágines que surgen
bebiendo el manantial que las contiene
descifrando clamores que se apagan
y naciendo en la tarde
que invita a recostarse en su crepúsculo
He servido al rebaño
que buscara horizontes
en las verdes praderas y en el agua sin mancha
caminando en su huella
recogiendo a la oveja deambulante
por quebradas y sombras del vacío
va buscando el candil que le encienda los ojos
y en brumosa tarea sus pasos desencuentra
el sendero
desespera en la noche
y quebranta su ser en el abismo luctuoso
he servido a su andar
descubriendo mis ojos ese aliento aturdido
diseñando escalones de regreso
y entregando mis manos
por llegar a buscarla en su penuria
y llenar su vacío suplicante
con bálsamo de voces
con gestos que nacieron en mi lengua interior
y sacando su vida de las garras
que apremiaron su tiempo solitario
ascendí hasta la huella
y renació la pradera de su infancia
redobló la esperanza
y encontró calidez en el aprisco
cuyas puertas abiertas la abrazaron
Mendigo de la noche
envuelto en los tapices de la sombra callada
rumiando tus recuerdos
abrevando en la sed de la esperanza
paladeando visiones
que crecen en penumbras
y buscando el candil que te conduce
a la morada
de voces irradiantes
escondida en la casa de la noche y su bruma
agazapada y grande
plantada en el recodo de algún monte
aguardando mendigos de la vida que
la encuentren
y llorando su gozo emblemático
el sol del alma pura habita sus
mansiones y su encanto y cobija
en su luz ilusiones
y abriga en lo recóndito
encontrar en la noche mendicante
el agua sapientísima
la luz del laberinto
y la paz que dispersa los fantasmas ocultos
mendigo de la noche
callando me despiertas
jubiloso
porque hallaste el tesoro
que te hiciera gozaren alto risco