Versos del invierno


INDICE

   Espacio de la sombra

   Cuando el fruto se acerca

   Efluvios de Dios

   Los cántaros

   Nace el silencio

   Seminal reciedumbre

   Paseo en recitales

   He coloquiado con las aguas

   Apaciguo la noche

   Clamorosas verdades

   Camino en pedregales

   Gozaré los eternos manantiales

   Tu palabra

   Arden mis ojos

   Vivo en las fauces del invierno

   De tu rosa…

   El desprendimiento

   Exultan mis entrañas

   La inmolación

   Como el delfín

   El camino de piedras

Espacio de la sombra


He sido espacio en que la sombra
mostró su rostro agazapado en una noche
y fue un candil que con su llama
me hizo beber haces de luz entre los bosques
no pude ver aquel descanso
que me exigiera la piedad en los reproches
no supe ver el sol que alumbra
porque mi sed oscurecida ardió en mi cofre
quise mirar por las hendijas
de aquel portal que me guardara entre sus goznes
y sólo gotas de aquel astro
pude encontrar en la mirada de mi noche
y ya embarcado en lo latente
he caminado laberintos sin fulgores
hasta aguardar que el alfarero
con su milagro transformara mis mojones
sólo la fe me respondía
que no dejara de aguardar las nuevas voces
de las estrellas que mostraban
al cireneo que impulsó mi cruz al monte


 
 
   
   

Cuando el fruto se acerca


Cuando el fruto se acerca
es tarea del hombre recogerlo
y comer de su carne
que es misterio que encierra lo que nace
imposible callar en la tierra
las voces que surgen
y negar los caminos ocultos
que conducen
a encontrar la belleza de la cumbre
a emprender la carrera que urge
a sentir el amor que me fue dado
y en vértice del alma
proclamar las verdades que no mueren
que buscan palabras
y beber de esa fuerza que nace
en el agua profunda
de aquél que me ofreciera su paz
en el coloquio
y el calor que los aires expresan
y es brasero de amor
que me impulsa a morir en el surco
que promete engendrar una espiga
y ha soñado en cosechas
que ninguna porción de la tierra
pudiera soñar


 
 
   
   

Efluvios de Dios


Los efluvios de Dios se me aparecen
anegando los cuencos de mi vida
que rebasa en sus odres y convida
a inhalar en sus aguas que florecen

las miradas del hombre que se mecen
orquestadas en notas donde anida
el misterio sagrado que no olvida
quien contempla las perlas que amanecen

el camino hacia el mar es la fragancia
deslumbrante que teje esa mirada
de quien ve los portales de su infancia

y amparado en dinámica posada
nos conduce al descanso que es errancia
de arrojarse a buscar la paz soñada


 
 
   
   

Los cántaros


Sé de los cántaros que guardan
el agua pura de la lluvia que florece
y en el místico anuncio de su riego
disponen adornar el manjar de su lecho
que sumerge en el surco
la simiente guardada
y bañando esa tierra
no descansa hasta ver la primavera
que llena de arboledas que esplenden
ensayan
su concierto por la tarde
su poema en destellos que alimentan el alma
las ascuas relucientes de los cántaros
cual gemas destinadas a entregar a mis ojos su riqueza
apagan esa sed
de mi suelo avariento
y en las grietas de piedra
alojan el humedal
de cada cántaro
que en mi ser es nostalgia


 
 
   
   

Nace el silencio


Nace el silencio en la postrera casa
donde oigo el trino en madrigal que espera
reverenciar en la feliz ladera
el nuevo tiempo que alumbró mi brasa

es esa paz lo que en su piel rebasa
tanto infortunio que la tierra entera
guarda en el cuenco de su sementera
por ver unido lo que el cielo enlaza

aires nocturnos en la tarde anuncian
ojos del hombre que en la zarza explora
esos misterios que su luz pronuncian

esos ramales cuyo fuego implora
revivir lenguas que en su voz anuncian
aquel deseo de encender su hora


 
 
   
   

Seminal reciedumbre


Seminal reciedumbre
el fértil aposento de la tierra
sembrada
que añora entre los brotes de su rama
apagar esa sed
que entretejida
en la fuerza del árbol
y en el tajo del risco
o en la cepa creciente de la viña
reclama la pureza del encuentro
que le entrega aquel agua
fortaleza vital de su sendero
y preludio
que anuncia aquella savia
que da luz a mi barco
y endereza las ramas somnolientas
donde nacen frutales
que llegan a la boca del sediento
cuando muere su vida
y advierte que se expande
en otro aljibe


 
 
   
   

Paseo en recitales


Paseo en recitales de la historia
que anuncian juveniles ilusiones
fruto santo de vivas emociones
que procuran los aires de la gloria

y escuchando el fervor de mi memoria
recuerdo veraniegas decisiones
de entregar mis frutales como dones
que permitan conquistas de la historia

la gloria se confunde en su desvelo
con la vida que nace amamantada
en el astro que esgrime el alto cielo

por mostrar que el amor es la estocada
capaz de producir en el deshielo
orificios que invaden mi cascada


 
 
   
   

He coloquiado con las aguas


He coloquiado con las aguas
que han refrescado con sus gotas mi desierto
y han sido voces de la gracia
que me instruyeran por forjar el hombre nuevo
no supe andar entre los bosques
sin indagar en la posada de su dueño
buscando el pan que me alimenta
o la alegría que me inspira su embeleso
toda la vida es una búsqueda
llena de prisas y de pausas que en su acervo
con sus palabras me conducen
hasta beber de su frescura y su silencio
y cada hallazgo es la corona
de quien se esfuerza por oír al forastero
cuyo horizonte y cuyo canto
no se conjugan con la luz de mi velero

feliz encuentro el de las flores
que no aparecen en idéntico sendero
pero se enlazan entreabiertas
para alumbrar en otras flores nuevo espejo


 
 
   
   

Apaciguo la noche


Apaciguo la noche con su manto
en la luz que me entrega con su fuego
la luna que aletea con su juego
e impone majestad en el quebranto

y en oscura mansión pronuncia el canto
que alimenta en la fuerza de mi ruego
y me enseña a gozar por lo que brego
cautivando las horas de mi llanto

feliz el andamiaje de ese cielo
que pródigo de sombras y de luces
entona aquel concierto donde anhelo

encontrar de rodillas o de bruces
el camino al hallazgo de aquel vuelo
que germina en la voz de aquellas luces


 
 
   
   

Clamorosas verdades


Clamorosas verdades
ensayan develar mi tiempo
iluminar mis noches
apaciguar el vendaval de incertidumbres

tan sólo la verdad
es el mar del misterio de la vida
y arroja parpadeos de voces invisibles
destellando fulgores
delimitando espacios
y germinando flores
que alegran la existencia

tan sólo la verdad
proclama la belleza de aquello que ha nacido
redime los desvíos
e inunda en regocijo
las praderas del alma
y muestra aquel camino que sinuoso
es legítimo faro
de quien busca escalar enhiestas cumbres


 
 
   
   

Camino en pedregales


En pedregales y malezas
yace escondido mi sendero angosto
luciendo una esperanza
habitado por pétalos silvestres
engarzado en laderas
que palpan su misterio
el perfecto secreto
que clama por los aires montañosos
y busca amanecer en cada huella
del místico que fuera el navegante
de alturas ensoñadas por neviscas
de copiosa arboleda que se enciende
a la vera de pasos que proclaman
entusiasmo en el tiempo
esperanza en las salvas del futuro
y alegría en la torre conquistada que canta


 
 
   
   

Gozaré los eternos manantiales


Gozaré los eternos manantiales
y veré de la gloria las estrellas
ardiendo en su fulgor por ser muy bellas
luciérnagas que estallan sus cristales

viviré los espléndidos corales
y sabré traducirlos en centellas
cual clamores que rugen por ser ellas
habitantes del cielo en rosedales

aquella paz que Dios sembró en la tierra
se desgarra y rechaza la esperanza
cuando surgen fragores de la guerra

pero allá en las alturas mi bonanza
será atar lo que el cielo allí destierra
el temor el dolor y la venganza


 
 
   
   

Tu palabra


Conozco tu palabra
que desgrana cascadas de tu seno
porque soy el amigo
que llamaste a tu lado
para hallar en mi pecho tu recinto
que bendice mi día
oasis de tu amor que me revelas
entre piedras y cánticos
y me anuncias el paso
que origina la historia que me salva
proyectando tu fuego que es mi calle
y busca coloquiar
secretos de bondad en tus afanes intrépidos
y misterios que ignoran los que saben a tientas
y solamente buscan
la ciencia que es efímera en su temple
o incipientes arpegios de la tierra
y su siembra

tú sólo puedes ver
en cristales que nacen de tus ojos
laberintos del hombre
en tus designios
ocultos
para luego envolver
en tu diestra y tu cuenco repentino
que aguarda


 
 
   
   

Arden mis ojos


Arden mis ojos en la tarde
cobijando recuerdos
resurgiendo en la senda que vio mi sementera
contemplando y callando
secretos escondidos
que claman su estallido
vertederos de oro
que alumbran al sediento
imágenes de sueños añorados
sublimes repertorios
en la falda del monte que los viera crecer
gorjeos inefables
regalando el descanso de la noche
pendientes que me invitan
a beber en las voces de la altura
el destello de un cielo
no surcado
y el perfil de la hoguera
que se apresta a vibrar
y transforma en estampas florecidas
la mañana de ayer
portadora de leños que no ardieron


 
 
   
   

Vivo en las fauces del invierno


Vivo en las fauces del invierno aciago
aletargado por la voz del frío
sé que la nieve me estará aguardando
para plasmar aquel muñeco andino
donde descanse de crucial fatiga
en el remanso que prodiga bríos
y en la estocada de la piedra altiva
que me forjara con su doble filo
quiero volar hasta la cima envuelta
y deletrear en su frondoso estilo
esa fragancia que regala el trébol
y la vertiente que nació en su nido
quiero gozar con la mirada en alto
aquel perfume que en la flor ha sido
candor de vida que se proyectara
hasta la tarde del copioso trino
de ave silvestre que nació cantando
por recalar en su feliz destino


 
 
   
   

De tu rosa...


Exhalas de tu rosa la fragancia
destello de la gloria de tu cielo
y ternura de Dios que en mi desvelo
me prodiga su amor en tu prestancia

es la excelsa virtud desde tu infancia
lo que entregas al hombre en ese anhelo
de alcanzar la pureza de tu vuelo
que proclama tu amor sin más distancia

es María ese nombre que el eterno
bautizara en el parto de su hijo
abismando los témpanos de invierno

y en la clara promesa que predijo
sepultó al enemigo en el averno
y en su Madre dio luz a cada hijo


 
 
   
   

El desprendimiento


El vértice del mundo
me invita a conquistarlo desprendido
de mi propia senda
y mis huellas cubiertas del retorno
de hermosas criaturas que entregaron
anuncios de tu gloria
vestigios de vertientes inefables
y ricos manantiales de agua pura

tú quieres que encendido
en el fuego candente de tus mares
no me arraigue a sus pétalos
ni me encierre la voz de su prestancia
ni pretenda emular con esas glorias
tu infinita hermosura en sus celajes

que el supremo Señor de lo creado
me aliente en su palabra
me basten sus altares
y descanse feliz en su regazo

ah, Señor, que mis manos orantes
te suplican
desde esta finitud donde me postro


 
 
   
   

Exultan mis entrañas


Exultan mis entrañas
clamorean las horas por su cauce
donde habitan secretos
de pobres episodios y recuerdos
del tiempo de la siembra
de aquel horno de barro que tejió
el pan sabroso con su fuego
de arroyos que me dieron de sus aguas
clamorean las horas y exultan mis entrañas
en el vasto crisol de la memoria
y buscan encarnar
en un campo desierto
la riqueza que vive en lo más hondo
la esperanza que nace
del manojo encendido en sus colores
la humildad de la niña que reclama su hogar
la senda del retorno prometido
la vid que ya dispuso su bebida
y el concierto que anuncia horas de gloria


 
 
   
   

La inmolación


Me invitas a inmolarme en tus altares
ayudándome a darte presuroso
y acudes en mi auxilio generoso
la vida que se enclava en tus pilares

quisiera aquella cruz que tú llevares
aunque tiemblen mis miembros que en su acoso
pudieran naufragar en ese pozo
de madera que llevan tus andares

y mirando el espacio que infinito
separa de tu fuerza misteriosa
la humilde criatura que recito

manifiesto el temor en que se posa
y al surgir un clamor en fuerte grito
yo me entrego confiado en quien reposa


 
 
   
   

Como el delfín


Como el delfín entre las aguas
busco elevarme en la existencia acongojada
para beber aires de gloria
cuando sumergen mis senderos las espadas
sé que el azul que yo contemplo
tiene colores que invisibles se propalan
y son el manto bienhechor
que me descansa allí en las horas de nostalgia
busca volar mi pensamiento
hasta trepar hacia la estrella que me aguarda
quiero vencer en mi indigencia
la densa sombra que ha creado la distancia
vuelo hacia el cielo azul celeste
aunque yo apenas me aproxime con mi lanza
porque al seguir su trayectoria
me anima el viento de la paz y la confianza
quiero escalar los altos vuelos
y no dejar de conquistar horas de gracia
donde mi dueño se apresura
a descender hasta mi seno con su pascua


 
 
   
   

El camino de piedras


Es camino de piedras y destellos
que conduce a gozar de aquella palma
encumbrada en espacios sin fronteras
que recibe a los náufragos que nadan
es camino de cruces y de flores
recorrido en la paz de la esperanza
y permite alcanzar aquella joya
que ambiciono vivir en otra rama
es camino anchuroso en la certeza
de llevarme al umbral que da a mi casa
y es estrecho en sus márgenes que se abren
al sendero que alumbra a quien me salva
empinado peñón el que me abisma
y cubierto de nieve y rosas blancas
y breve es aquel tiempo que permita
consagrar los laureles que me llaman

he corrido la mística carrera
y supe combatir en la batalla
conservé aquella fe que fue el tesoro
que ofreciera laureles a mi barca
y tan sólo en paciencia sé aguardar
la corona de gloria que es donada
a quien busca la meta del servicio
y pelea en tormentas y borrascas