Cuando el peregrino va por un sendero de luces y
sombras que inseguran sus pisadas, es el pan y el vino de
la Cena sagrada, la posibilidad de todo sostén y todo
alimento.
Se trata del pan de los ángeles.
Porque podemos asemejarnos a los ángeles a través de
ese bendito alimento. O, recordando el salmo, caminar
como sobre sus alas...
Sé que el árbol dispone dar el fruto
y el fruto que del árbol aparece
anhela desde el árbol donde crece
dar la vida que entrega por ser fruto
alimento de vida es aquel fruto que
no sólo da fuerza al que perece
pues dispone el canal donde se ofrece
la fiesta que comienza en ese fruto
eterna densidad guarda la planta que
alimenta las almas que han bebido
cuando el hombre en su carne se levanta
a comer los manjares que ha vivido
y aumenta aquella gracia con que canta
la certeza del tiempo florecido
Yo no sabría ver tus ojos
sin la luz que me entregan tus
voces del alba
no cantaría yo tus salmos
sin la fuerza del viento que
estriba en mi alma no
correría por la vida sin la
clara visión
que tu amor me regala
y hoy agradezco tu presencia
que me inunda de paz
y contagia esperanza
es el preludio majestuoso
de la senda sutil
que me acerca a tu casa
eres amigo en el ocaso que
redime la sombra
reciente en mi carpa
es tu cayado el que me lleva
a horizontes del mar
que conduce mi barca
y son tus manos mi descanso
donde puedo soñar
recibiendo tu gracia
eres también ese baluarte
que me anima a volar
con mis trémulas alas
eres refugio en la tormenta
y la brisa que entona
cantares que aguardan
eres humilde cireneo
que acompaña la cruz
que doblega mi espalda
te has entregado mansamente
y yo vivo el frutal
en que abreva mi alba
El amor fraternal es diaconía
desovillando nudos de la trama
envolvente en la flor de la retama
que prodiga la fuerza que latía
en ese corazón que enardecía
contemplando al hermano que en su cama
buscaba deslizar su propio drama
sabiendo que un amor lo protegía
fraternizo mi ser con quien comparto
la sublime verdad de mi existencia
y el dolor del que nunca yo me aparto
con quien vive llorando su dolencia
con afanes que surgen de ese parto
que anuncia el despertar y su clemencia
Recito el verso que naciera puro
en la vivencia de un encuentro santo
eco del tiempo en que vivió su canto
la eterna estrella que anunció el futuro
sé que mi vida en el andar seguro
se ha revestido de un glorioso manto
que la impulsara a confinar su llanto
en la confianza que eligió el maduro
tiempo de gracia donde la paciencia
abriera el alma a la frondosa hondura
para cubrirla con su adusta ciencia
alargo el tiempo cuando me apresura
esa carrera de vital sapiencia donde
percibo la vertiente pura
Nace el amor en noche derramada
surge la luz en la jornada oscura
en aquel niño que en su voz procura
darnos aliento en su humildad callada
canta el zorzal en proverbial tonada
por ese brillo que surgió en la altura
donde mi tiempo conoció la pura
sabia palabra que creció en mi nada
viven los tiempos un vergel de aurora
cantan las aves un festín sagrado
alaba el hombre la sublime hora
donde Belén se convirtió en el vado
por donde corre el manantial que adora
al niño pobre que nació en mi prado
Alegres en la vida
sembrada en la esperanza
recogen sus encuentros
de hermanos que reclaman
beber en sus aljibes
las gotas de ese agua
que corre velozmente
cuando el sediento clama
la tarde se aproxima
bañada en añoranzas
y surge aquella noche
que oscura se desplaza
en sombras que aparecen
mostrando lo que callan
y rezagando el tiempo
que alarga la distancia
de tanta hora nocturna
resurge una alborada
la sombra se disipa
y el tiempo se desgrana
con rápidos acentos
que acercan la distancia
y anuncian la armonía
del sol en la jornada
Celebro el día de mi joven sueño
donde escuchaba algún clamor mi alma
una llamada en misteriosa calma
que fue palabra que engendró mi dueño
celebro el día donde aquel ensueño
se concretara en luminosa palma
que portadora de la voz del alma
ha conquistado el caminar que enseño
he de alumbrar con esa voz que escribe
en hontanares de mi humilde vela
y regocija a quien su amor escribe
soy la simiente que en la noche vuela
en aquel sueño donde Dios escribe
misericordia cual fecunda estela
soy caminante que soñando espera
llegar al Reino que engendró el rocío
Señor que en los umbrales de mi tarde
descubro el trajinar que da tu paso
y envuelto en la confianza donde amaso
mi fuego con tu fuego donde arde
el místico deseo de tu alarde
al poder inundar mi frágil vaso
con tu gracia y tu amor que en el fracaso
restaura la belleza de esa tarde
vislumbro la ternura en tu mirada
me siento cobijado en tu destino
y busco reclinarme en tu ensenada
donde viven fragancias de tu vino
cuando surgen espacios de mi nada
y el todo de tu ser es mi destino
Canto Señor a tu divina gloria
vivo la gracia que me dio tu paz
sé que algún día tu divina faz
será mi palma por tu gran victoria
has descendido hasta mi propia historia
y has abarcado con tu amor veraz
todos los tiempos donde tú me das
aquella vida que nació en tu gloria
dame Señor el caminar sincero
hacia la mesa que me preparaste
en los canales de tu vertedero
quiero encontrar lo que en tu amor dejaste
para alimento de mi propio alero
en esa cruz que por mi ser llevaste
Cabalgando visiones
que nacieron danzando
y acercando mis ojos
al brocal del ocaso
la nostalgia me lleva
en la voz de su canto
a encender esperanzas
que entonaron su salmo
y la vida en la tierra
que madura en su campo
erosiona aquel tiempo
de febriles atajos
añorando de pronto
renacer en el manto
que resguarda mi cuerpo
y que enjuga mi llanto
el camino del hombre
recorrido en su barco
serpentea las olas
que acompañan su paso
y veloz se dirige
hacia el puerto cercano
donde fluye radiante
ese tiempo que aguardo
Simple belleza la que nace y muere
en este tiempo que fugaz camina
destello breve de la voz germina
del paraíso que por siempre quiere
ser el recinto que jamás pudiere
dar hospedaje en su mansión divina
aire de sombra que al final culmina
con la existencia que al mortal refiere
belleza eterna mi horizonte augura
para una vida que murió y prefiere
buscar el tiempo de su sepultura
cuando su alma el creador requiere
darle la eterna y singular frescura
donde ya nadie su talón mordiere
En la voz de la lluvia he descansado
añorando recuerdos que han surgido
en caudales del agua que han podido
revivir los rosales que he plantado
en la voz de la lluvia he pernoctado
renaciendo en vergeles que han nacido
de sencilla simiente que ha nutrido
la aridez de la tierra que ha brotado
beatifica el caudal del agua pura
la pradera que vela por ser lecho
de nutrientes que tejen su envoltura
para dar el cobijo en algún techo
y entregar alimento que madura
esa sed que se oculta en cada helecho
He llorado en las hojas del verano
y gozado la brisa que regala
he contado racimos en la escala
que conduce a vivir en el arcano
manantial que desecha lo profano
y sumerge su cántaro en la sala
donde nace el ardor que se propala
entre sueños que arrojan lo que es vano
celestial creación fue la mañana
empolvada de luces que sostienen
la mirada que busca su campana
donde tañe el amor en que detienen
los hombres el esfuerzo que amilana
y corrigen los pasos que retienen
Camino sin fronteras
Que enmarquen mi destino
sabiendo que la tierra
hogar donde me abrigo
es patria de los hombres
humildes peregrinos
sin techo ni horizonte que
indique mi camino
cualquier palmo de suelo
cobija repentino
mis pasos vacilantes
huyendo del peligro mis
huellas silenciosas
procuran en su trino
intentos de abrevar
en vuelo que percibo
jadeante en el espacio
seguro en el vacío
sin otro aparcamiento
que sombras del estío
camino hacia la patria
sin vallas que en su nido
impidan caminantes mis
pies adormecidos
y vivo en la mirada
el cielo que persigo
en medio de malezas y
el norte que imagino
y sé que quien me salva
me ofrece por mis bríos
la música del alma
la paz en tiempo esquivo
su amor en la tormenta
y el suelo prometido
en brazos que me estrechan
en casco vespertino
Salmodiando en la noche tu glosario
descubrí la bondad que me miraba
y el zorzal en su música tallaba la
suavidad en el tibio campanario
los versículos puros del breviario
entonan esa gloria que guardaba
la cima de aquel monte al que llegaba
el himno que procura el incensario
el salmo que recita la alabanza
recorre los espacios de la vida
invitando a correr y sin tardanza
encontrar en la senda anochecida
la riqueza del sol que en su templanza
ilumina con voz amanecida
Partícula de Dios que te allegaste
al espíritu vivo en mi persona
donde clama el Espíritu que dona
mi propia filiación que tú plasmaste
Espíritu que siempre en mí probaste
ofrecer a mi ser esa corona
y viviendo en templanza me condona
el Padre a quien por siempre tú adoraste
camino en el Espíritu del Hijo
que desciende en mi espíritu sediento
y lo colma de mieses que él predijo
partícula de Dios me da el contento
de vivir transformado en nuevo hijo
que libera el amor en su aposento
Recorrí los caminos de la tierra
donde vi cosechar frutos de vida
y elocuentes cantares donde anida
la riqueza inmortal a que se aferra
el hombre que en sus ojos ya destierra
corretear para siempre aquí encendida
su suerte que palpita en esta vida
pero busca las glosas de otra tierra
clamoroso deseo de aquel cielo
prometido en arcano fundamento
que en la tarde del hoy encuentra un velo
invitando a trepar cada momento
por lograr el caudal de aquel anhelo
que le ofrece el sublime firmamento
Jinetes de la tierra
las águilas del cielo
ferviente su carrera
en arduo ventisquero
purísimas las alas
que envueltas en su vuelo
elevan su plegaria
en claro adiestramiento
la gloria de la tierra
fenece en un madero la
gracia redentora
eleva desde el Verbo
canciones que restauran
la voz del harapiento
y encienden majestuosos
los prados del Eterno
cobijo mis pisadas
y entono en mis recuerdos
los pasos que danzando
misterios me ofrecieron
de amor y de justicia
la paz del hombre nuevo
postrado en su descalzo
solar donde contemplo
Vivo Señor la celestial espera
de tu presencia que redime el llanto
mientras envuelto en generoso manto
aguardo firme lo que ya quisiera
sé que la tierra en la fugaz espera
vive las horas del febril quebranto
purificando su primer encanto
que se quebrara en su mortal ceguera
es tu certeza de salvar la vida
lo que apacienta mi aspereza en tierra
dando a mis alas el fervor que anida
en la promesa que el dolor destierra
y en la persona que entregó su vida
que en otro espacio en su calor me encierra
Admiro entre las sombras los destellos
que el maestro promete en el calvario
cuando muerto y envuelto en el sudario
anuncia con su voz que abrió los sellos
son gracias del Señor a que en aquellos
momentos de la pascua y su glosario
permiten comprender en solitario
sentimientos de amor que vibra en ellos
yo vivo la riqueza de la gloria
y en el puro fervor de mi esperanza
recuerdo el susurrar de aquella historia
cuando Dios modulaba en mi añoranza
jalones que almacena mi memoria
en la paz que prodiga la templanza
Hoy escucho los aires concedidos
a quien busca la fiesta ya colmada
en la barca que aguarda esperanzada
los eternos arpegios prometidos
hoy navego los tiempos esparcidos
desde el cuenco del agua aquilatada
inhalando en la voz de una cascada
la purísima voz que vio sus nidos
placentera la tarde somnolienta que
descansa en la sombra vespertina y
promete vivir lo que detenta
la noche que en sus olas adivina
el silencio que humilde se alimenta
cuando emerge la estrella repentina
Entusiastas arpegios
alumbran mi existencia
coloridos esfuerzos
secretos me revelan
relucientes estrellas
en mi techo se esmeran
y ofrecen sus fulgores
en marcos de una esfera
transitando senderos
que nacen en la piedra
del monte en su designio
de entregarme su cena
descanso en el recuerdo
de tiempos que se esperan
para alumbrar la noche
con fuego que no quema
la tarde se desliza
y duerme polvorienta
recordando aquel paso
que surgiera en su huerta
y entrega generosa
las voces que se expresan
al son de gratitudes
y en música deleitan
la vida del concierto
cantado por estrellas
que irradian luz de gloria
felices porque acercan
al niño y al anciano
y al hombre en su pobreza
a divisar el monte
y transitar sus huellas
Recorrí los vergeles de la tierra
y encontré los caminos de tu cielo en
destellos que encienden ese anhelo de
admirarte en las obras de esta tierra
iluminan mis ojos en la tierra
los sublimes versículos del velo
que intenta apaciguarme en el desvelo
y me invita al calor de la otra tierra
no podrían los aires que respiro
responder los deseos de mi alma
de encontrar esa joya que yo aspiro
contemplar poseyendo aquella palma
de la gloria que anuncia en mi retiro
la rosa con que Dios selló mi alma
Elevo los cantares que producen
los salmos del incienso en alabanza
al supremo dador de la esperanza que
regala a los hijos que conducen
su vida a la verdad donde seducen
los misterios de amor que en su añoranza
recitan con la voz de la templanza
ingeniosos acordes que me inducen
a beber en la brisa en que aparecen
caricias del amor que vio su trino
envuelto en ese afán en donde crecen
deseos de vivir el sol alpino
y nostalgias de luz en que decrecen las
noches que atraviesa el peregrino
Es el pan que los ángeles que adoran
aquel pan que a los hijos alimenta
liberando su vida en la tormenta
y enjugando los ojos cuando lloran
es el pan y es el vino los que imploran
por el alma que vive aquí sedienta
del Señor que en su vida la apacienta
entregando a los hombres lo que añoran
es el pan que al enfermo lo acompaña y
al que corre con pies de peregrino
lo hace fuerte aquel vino que restaña
el solar del Señor es mi destino
y bebiendo su sangre que me baña
voy seguro en las huellas del camino